El teatro estaba sumido en un silencio inquietante mientras los actores se preparaban para retomar la escena. A pesar del bullicio habitual en los ensayos, había algo en el aire que hacía que todo pareciera más tenso de lo normal. Los rumores sobre la inminente llegada del supervisor seguían extendiéndose como una sombra sobre todos.
Ei estaba en el centro del escenario, su guion descansaba en sus manos, pero su atención no estaba completamente en él. Las palabras de Yae seguían resonando en su cabeza, cargadas de una seducción que no podía sacudirse tan fácilmente. Cada vez que Yae la miraba o se acercaba, esa mezcla de atracción y tensión la descolocaba más de lo que quería admitir.
—Hoy es un día crucial, ¿no crees? —la voz de Yae rompió el silencio.
Ei levantó la vista. Yae se encontraba al borde del escenario, sonriendo de esa forma que siempre la dejaba desarmada. Los ojos de la kitsune brillaban, como si supiera exactamente cómo hacer que Ei se sintiera fuera de lugar.
—¿Estás nerviosa? —insistió Yae, caminando lentamente hacia ella.
—No tanto como tú piensas —respondió Ei, intentando mantener la compostura, aunque sabía que la presencia de Yae siempre la afectaba de maneras que no podía controlar.
Yae soltó una risa suave y se acercó aún más, invadiendo su espacio personal, como le gustaba hacer.
—Te conozco, Ei. Sé que estás intentando mantener el control... pero esa es mi especialidad. ¿No es más fácil cuando te dejas llevar? —susurró, inclinándose lo suficiente como para que solo Ei pudiera escucharla.
El cuerpo de Ei se tensó al sentir el susurro cerca de su oído. Intentó apartarse, pero sabía que Yae disfrutaba de jugar con esos límites.
Antes de que pudiera responder, el director del ensayo aplaudió, llamando la atención de todos los actores en el escenario.
—¡Vamos a empezar! Repasaremos la segunda escena del tercer acto —anunció con autoridad.
Ei se enderezó, tomando aire para concentrarse, pero el impacto de las palabras de Yae seguía latente en su mente.
El ensayo comenzó, y Ei se esforzó por concentrarse en su papel. Sin embargo, cada vez que le tocaba actuar junto a Yae, sentía la tensión incrementarse. Las líneas que debían intercambiar parecían tener un subtexto que solo ellas comprendían, como si cada palabra fuera una insinuación oculta entre los diálogos que el resto no percibía.
—Nunca pensé que podrías traicionarme —dijo Yae con una voz firme que resonó en el teatro, recitando su línea con perfección.
—Yo tampoco lo esperaba —respondió Ei, aunque su voz temblaba ligeramente, traicionando el nerviosismo que sentía.
Los ojos de Yae se fijaron en ella de una manera tan intensa que Ei sintió un escalofrío recorrerle la espalda. No sabía si estaba actuando o si Yae simplemente disfrutaba demasiado de jugar con sus emociones.
De repente, la puerta del teatro se abrió con un chirrido suave pero que se sintió como una explosión en medio del silencio. La figura del supervisor finalmente apareció.
Lumine, que estaba en el lateral del escenario junto a Ayaka, frunció el ceño, sintiendo el cambio en el ambiente. Aether, quien observaba la escena desde lejos junto a Kazuha, entrecerró los ojos, alertado por la nueva presencia.
Beidou y Ningguang intercambiaron una mirada rápida, tensas por la llegada que todos temían.
El supervisor, de pie en la entrada, observaba en silencio. Su figura era alta, con una postura erguida y una presencia imponente que llenaba la sala. No dijo una palabra, pero todos los presentes sintieron su mirada evaluadora.
Yae, siempre disfrutando de los momentos de tensión, fue la primera en hablar.
—Vaya, vaya… parece que finalmente decidiste unirte a nosotros —dijo con una sonrisa maliciosa.
El supervisor avanzó con pasos lentos y calculados, su rostro imperturbable.
—Continúen —ordenó con voz grave—. Quiero ver cómo manejan la presión.
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Bajo los focos | EiMiko
FanfictionEn el implacable mundo del espectáculo, Raiden Ei, una actriz novata, sueña con hacer su nombre brillar. Pero cuando comienza a trabajar bajo la dirección de la enigmática Yae Miko, una reconocida actriz que controla cada aspecto de su carrera, Ei s...