capitulo 2

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Bruno se sentó en el pupitre, sumido en sus pensamientos sobre Sofía, cuando Joaquín se acercó, inclinándose hacia él y hablando en voz baja.

-Oye, ¿vendiste drogas anoche? -preguntó Joaquín, mirándolo con curiosidad.

Bruno sacudió la cabeza, frustrado. -No, no tenía. Tengo que cambiarlas por algo, pero no encuentro nada.

-Tienes que hacer algo, hermano. Seguro que algún celular puedes robar o algo así -sugirió Joaquín, con un tono entre preocupado y desafiante.

Bruno lo miró fijamente y asintió. -Eso va a hacer. Además, necesito ahorrar para invitar a Sofía cuando la conozca.

-Eso sí que es una buena motivación -respondió Joaquín, sonriendo con complicidad-. No te olvides de lo que te dije: hazlo rápido.

Bruno se encogió de hombros, decidido. Tenía que encontrar la forma de juntar el dinero. Pensar en Sofía le daba fuerzas para salir adelante.

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Bruno sonrió al escuchar la sugerencia de Joaquín. -Cuando vea un celular en una mesa de alguien distraído, lo sacaré -dijo, con una chispa de determinación en los ojos-. Así podré ahorrar un poco más rápido.

Joaquín se rió. -Eso es lo que quería escuchar. Solo asegúrate de no dejar huellas, ¿eh?

-Tranquilo, tengo un plan -respondió Bruno, encogiéndose de hombros con despreocupación-. No tengo intención de complicarme. Solo necesito un par de billetes para invitar a Sofía a salir.

Joaquín le dio una palmada en la espalda. -Eso es, hermano. Por Sofía, vale la pena.

Bruno se sintió impulsado por la idea de conocer a Sofía, mientras su mente comenzaba a formular un plan para conseguir lo que necesitaba.

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Justo cuando la conversación entre Bruno y Joaquín comenzaba a tomar un giro más serio, la puerta del aula se abrió y entró la profesora de física. Con un aire de autoridad, se dirigió a los alumnos, quienes rápidamente enderezaron sus posturas y dirigieron su atención hacia ella.

—Buenos días, clase —saludó la profesora, ajustándose las gafas mientras miraba a su alrededor—. Hoy continuaremos con la unidad sobre leyes de la física. Espero que hayan hecho la tarea que les asigné.

Bruno y Joaquín se intercambiaron miradas, recordando que se habían olvidado por completo de la tarea. Joaquín murmuró un "estamos en problemas", mientras Bruno se concentraba en no hacer contacto visual con la profesora, temeroso de que pudiera percibir su distracción.

La profesora comenzó a explicar conceptos sobre movimiento y fuerza, y Bruno trató de concentrarse en la lección, aunque su mente seguía vagando hacia Sofía y cómo podría invitarla a salir. Era un tema que le preocupaba, y no podía dejar de pensar en cómo podría conseguir un poco de dinero para hacerla sentir especial.

A medida que la profesora hablaba, Bruno esbozó una sonrisa al imaginarse planeando una cita perfecta con Sofía. Pero la realidad del aula y sus responsabilidades pronto lo atraparon de nuevo, y se obligó a escuchar atentamente.

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Mientras tanto, en su clase de Biología, Sofía se encontraba concentrada en su cuaderno, tomando apuntes de lo que la profesora explicaba sobre la célula y sus funciones. Las palabras de la docente resonaban en su mente, pero su atención se deslizaba en ocasiones hacia el ventanal del aula, donde el sol brillaba intensamente, iluminando el ambiente.

Aunque disfrutaba de la biología, había algo más que ocupaba sus pensamientos. No podía dejar de pensar en Bruno, el chico que había conocido en el curso de fotografía en el campus virtual de Córdoba joven. Había algo intrigante en él, y la conexión que sentía durante sus charlas la dejaba con ganas de conocerlo más a fondo.

Caminos cruzados 1Where stories live. Discover now