Mientras Sofía y Agusa trabajaban en los ejercicios, Candela levantó la mano y le preguntó a la profesora:
—Profesora, ¿podría explicar nuevamente cómo se balancean las ecuaciones de combustión? No estoy segura de cómo colocar los coeficientes.
La profesora asintió y se acercó al pizarrón, donde comenzó a repasar el proceso paso a paso.
—Recuerden —dijo—, siempre empezamos balanceando primero los átomos de carbono, luego los de hidrógeno, y por último los de oxígeno.
Sofía y Agusa aprovecharon para escuchar la explicación también, repasando sus propios ejercicios para asegurarse de haber aplicado el método correctamente. Candela, más tranquila, sonrió agradecida cuando la profesora terminó de explicar, y volvió a sus ejercicios con más confianza.
Cuando terminó la clase de química, todos los estudiantes comenzaron a recoger sus cosas y a salir del aula entre charlas y risas. Sofía guardó sus apuntes en la mochila, se despidió de sus amigos con una sonrisa y se dirigió hacia la salida del cajal Al llegar a la parada de colectivo, se acomodó mientras esperaba que llegara su transporte, disfrutando de un momento de tranquilidad después de un día lleno de estudios.
Cuando el colectivo llegó, Sofía subió y encontró un asiento cerca de la ventana. Al sentarse, sacó su celular y notó que tenía un mensaje de Bruno. Él le había enviado un reel, y al abrirlo, descubrió que era un video divertido sobre química, en el que los personajes luchaban de forma cómica por balancear ecuaciones. Sofía soltó una risa y le respondió:
—¡Justo lo que necesitaba después de tanto estudio! Gracias por hacerme reír.
Bruno respondió al instante:
—Sabía que te iba a gustar. ¿Cómo estuvo el día en el cajal?
Sofía le contó un poco sobre la clase de biología y la de química, explicándole que había sido un día intenso, pero que siempre disfrutaba aprender y ver a sus amigos.
Mientras Sofía intercambiaba mensajes con Bruno, él le contó sobre su día en el gimnasio.
—Entrené bastante bien —escribió Bruno—. Hice una buena rutina de pesas y terminé con un poco de cardio. Además, vi a algunos amigos y nos reímos un montón.
Sofía respondió con entusiasmo:
—¡Qué bueno! ¿Qué ejercicios hiciste?
Bruno continuó:
—Hice algunas series de press de banca y levantamiento de pesas. También estuve en la sección de barras, intentando mejorar mi fuerza. Aunque tengo que admitir que a veces me distraigo un poco, especialmente cuando pienso en cómo me gustaría tener un cuerpo más tonificado.
Sofía sonrió al leer su mensaje, sintiendo que Bruno estaba cada vez más cómodo compartiendo sus pensamientos con ella.
—¡Seguro que lo logras! —le contestó—. La constancia es la clave. Y me encantaría verte en el gimnasio algún día.
Bruno, sintiéndose motivado por su apoyo, le respondió:
—Gracias, Sofía. Me encantaría que vinieras. Tal vez te pueda mostrar algunas rutinas. Además, creo que podrías ayudarme a motivarme aún más.
Ambos continuaron charlando animadamente sobre sus intereses, sintiendo que la conexión entre ellos crecía cada vez más.
Sofía, emocionada por la idea de unirse a Bruno en el gimnasio, le escribió:
—Cuando llegue a casa, hablaré con mis padres para ver si me dejan ir al gimnasio. Creo que sería genial.
Bruno respondió rápidamente:
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Caminos cruzados 1
Mystery / ThrillerEntre el tiempo, los desafíos y los sueños de una vida nueva, Sofía y Bruno se enfrentan a un destino que les ha dado más de lo que esperaban, pero también les ha quitado mucho más. En un mundo donde la realidad y el futuro se mezclan, estos jóvenes...