S.E.L "Unión en la Oscuridad" / En corrección.

Capítulo 34 : Operación Halcón

Mientras los días transcurren con una calma extraña para algunos, para otros se vuelven más intensos.

La tarde está avanzada, el sol ya no castiga, pero el calor aún persiste sofocante.

Finas gotas de sudor se deslizan por la frente de Rui, recorriendo lentamente su rostro antes de caer. El hombre golpea con brutalidad el poste de entrenamiento frente a él, sus nudillos descubiertos chocando con la superficie acolchonada que rodea el grueso tronco.

Sus músculos, se contraen con cada impacto y las venas resaltan en sus antebrazos.

Él exhala profundamente, el aire escapando de sus labios entreabiertos mientras se aparta del poste. Con un movimiento rápido, eleva la pierna, su cintura se curva en un arco perfecto y el empeine impacta con fuerza. Sin perder el ritmo, gira y lanza una segunda patada, esta vez más alta, más violenta.

La madera resuena bajo la fuerza del golpe.

Rui sonríe.

Su cuerpo aún responde como en sus mejores días.

Flexibilidad, control... todo sigue allí.

Inhala profundamente, entre puños y patadas, su respiración se vuelve errática y con cada movimiento, el gruñido que emerge de su garganta se hace más ronco. Es un sonido bajo, masculino, pero que lleva una intensidad que raspa el aire.

El cuerpo, exuda un aura salvaje.

Aunque no haya podido dedicarse como hubiera querido, esa pasión sigue ardiendo. Con los músculos tensos y la mirada fija en el poste de entrenamiento, sigue siendo un guerrero, un 5º Dan que no ha perdido su toque.

Él se detiene por un momento. Pasa el dorso de la mano por su frente, limpiando las gotas que se deslizan lentamente por su piel. Justo cuando está a punto de continuar, un ligero sonido proveniente de los arbustos detrás de él capta su atención.

Una sola pregunta cruza por su mente.

¿Los han encontrado?

Se gira de inmediato. Al voltearse, se sorprende al ver una figura familiar. El hombre de piel morena que se acerca, carga en su hombro una mochila de forma casual.

Por un segundo, en el pecho de Rui late algo más que la simple adrenalina del momento. Una sonrisa lenta se curva en sus labios y sin perder tiempo, se coloca en guardia.

El hombre, tira la mochila al suelo y le responde con un guiño travieso.

—¿Te estás divirtiendo solo? —la voz de Rubio vibra con una sensualidad implícita.

Sin embargo, él no le responde.

No con palabras.

En cambio, su cuerpo actúa en un abrir y cerrar de ojos.

El enfrentamiento comienza.

Rui lanza un golpe veloz hacia el abdomen de Rubio, pero este lo esquiva con agilidad. Sus cuerpos giran en un intercambio fluido, como si cada uno anticipara los movimientos del otro.

Las patadas de Rui son certeras y poderosas. Al mismo tiempo, Rubio responde con defensas rápidas, siempre un paso adelante, pero nunca lo suficiente como para alejarse demasiado.

Rui se desplaza lateralmente mientras Rubio intenta un nuevo golpe. Lo esquiva por milímetros, sintiendo el aire rozar su rostro cuando la pierna de su contrincante pasa sobre su cabeza.

Rubio suelta una risa profunda y baja.

Los dos se reincorporan con la misma rapidez. Sus pechos suben y bajan al mismo ritmo, sin apartar la mirada el uno del otro.