Capitulo 68

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Llamo a Sebastián, pero no responde.
Realmente no quiero ver a Santiago, le diría lo que me dijo Damián, pero sería causarle una impresión diferente.

Escucho mi celular sonar y veo que es Santiago...
Suspiro y respondo llevándome el celular a mi oreja.

—¿Ya saliste del médico?

Escucho su pregunta y miro mi mano, carraspeó un poco pasando el pequeño nudo que quedó en mi garganta.

—Si, ya me iré a la casa.

Solo quiero llegar a la casa de Sebastián y dormir, siento que me descargué totalmente, siento un vacío y quiero dormir.

—Estoy afuera esperándote, sal.

Escucho como se corta la llamada y suspiro, lo que me faltaba, tener que verlo ahorita justo cuando no quiero.

Camino hacia la salida del estacionamiento y lo veo parado frente a la otra acera.
Aprieto mi boca y fijándome que no venga carro, cruzo hacia el.

Miro sus ojos y después desvío mi mirada.

—Puedo irme sola Santiago, no tenías que venir.

Santiago toma mi mochila y se la cuelga en el hombro.
Frunzo el ceño y volteo a verlo, él ya me observa.
Siento su mirada analizarme y por un momento deseo que no note que llore.

—Vámonos, iremos caminando.

Asiento con la cabeza y comenzamos a caminar uno al lado del otro.
Siento mucho realmente haber perdido a frijolito, él era la llave a este amor... a nosotros, era absolutamente todo para ser felices.

Aprieto mis manos y siento como el nudo quiere volver de nuevo.

—¿Ya estás de alta?

Su pregunta me hace salir de mis pensamientos.
Asiento con la cabeza.

—Si, Damián estuvo explicándome unas cosas y después de unos ultrasonidos, me dio el alta general.

Volteo a verlo y él asiente con la cabeza.
Su cabello está largo, Braulio también lo tiene así...
Literalmente para los demás está difícil saber quién es quien.

Suspiro y seguimos caminando unas cuantas calles.
Damos vuelta y llegamos, Santiago saca la llave y abre.
Entro primero y me dejo caer en el sillón.

—¿Quieres agua?

Me pregunta Santiago mientras me da mi mochila que es pequeña.

—Si por favor.

Veo la nota en la mesita de Sebastián que salió por 3 días a visitar a un contacto de él que nos ayudará a darnos los planos de esas bodegas de Joseph.

Santiago me extiende el vaso de agua y lo tomo de una completamente.
Se lo devuelvo y él se sienta poniéndolo en la mesita del centro.

Veo cómo empieza a desabotonar su camisa y desvío mi mirada.

—¿Qué haremos con Braulio?

Su pregunta me hace temblar un momento, realmente no quisiera matarlo, pero si hace falta... tendremos que hacerlo.

—Hoy en la noche, habrá una fiesta en la playa, Eric dijo que Braulio iría, así que debo ir.

Miro a Santiago y él frunce el ceño.

—Iremos juntos, no puedo dejarte sola Karla, no te confíes de él.

Frunzo el ceño sintiendo una adrenalina empezar a crecer.

—Tu y él jamás se han visto, jamás han estado de frente y siento que aún no es el momento, iré con otra persona, sé que puedo protegerme sola.

Mi respuesta lo hace suspirar y hace una mueca.

POR TI (2/2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora