Capítulo 74

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3 días después...

Tomo otro trago de chocolate caliente y observo el mar desde mi casa de la playa que Casandra me dejo, aun no esta terminada por la remodelación que estaba haciendo, la amplíe demasiado y aun le falta mucho, pero el avance que lleva me encanta, este balcón central es precioso.

Me levanto observando el mar y en mi mente aparece la imagen cuando Frijolito dio sus primeras patadas.

Suspiro y doy media vuelta, bajo las escaleras las cuales aun no tienen azulejos, solo son de semento o realmente no se que es.

En la mañana del día que tuvimos que escondernos Santiago, Braulio y yo en una de las Cabañas del señor Jones, simplemente nos fuimos por caminos separados, dejamos a Santiago con Sebastian porque no quiso quedarse en la casa de mis padres, Braulio me llevo a la casa de mis padres después el se fue, antes de irse me dijo que se pondría en contacto conmigo para darme lo que le pedí.

Dijo que no tardaría mucho y justo hoy en la mañana que venia de camino a mi casa de la playa me marco que nos veríamos en un restaurante cerca de aquí de la carretera donde será difícil que alguien nos persiga.

Subo al auto de mi hermano, que es un auto común y corriente para no llamar tanto la atención, es un KIA Rio color blanco.

Conduzco por la carretera y veo los tacos de carne asada y algunos más tipos de tacos.

Me estaciono y bajo sintiendo ansiedad, no sé si deseo que mi frijolito esté vivo o no, si está vivo... me lo quitaron desde pequeño, nos separaron de él, dos semanas sin el.

Entro y veo a Braulio, no dudo en pensar en Santiago... son iguales, lo único diferente ahora son su cabello y sus ojos.

Me siento a lado de él y lo miro a los ojos.

—Hola extraño.

Braulio ríe un poco y me mira a los ojos también.

—Hola Karla.

Nos sonreímos y observo que saca la carpeta de su maletín.

Siento esa ansiedad en mi estómago y ganas de vomitar.

Me la entrega y siento un peso, uno muy grande en mis manos, tengo el poder de destruir a mi peor enemigo, alguien a quien alguna vez amé y me traicionó.

Aprieto mis manos y cuando voy a abrirla, Braulio me detiene con su voz.

—Está vivo.

Siento una corriente helada recorrerme por todo el cuerpo y volteo a verlo sintiendo mis ojos cristalizados.

—¿M-mi hijo?

Braulio asiente con la cabeza y noto en su cara cambiar a un semblante de enojo.

—Lo tiene bien cuidado, pretende ser su padre, justo ayer este maldito hijo de perra, me llamó para enseñármelo, me dijo que era su hijo y pensé... él no ha tenido relaciones serias con alguna mujer para dejarla embarazada al mismo tiempo que tú.

Aprieto mis manos y me levanto pero Braulio toma mi mano.

—Se que quieres ir ahorita y lo haremos, pero tenemos que hacer un buen plan, está en riesgo la vida de tu hijo y el de Santiago.

Siento tantas emociones en mi estómago y empiezo a ver muchas luces.

—Braulio... no me siento bien.

Empiezo a sentir que todo me da vueltas y Braulio me sostiene, pero no logro escuchar lo que me dice.

De un de repente todo se ve oscuro...

POR TI (2/2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora