Sempiterno Compañía | Chestappen

CAPITULO 27

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Max no entendia por que pero estaba nervioso, su corazon latia desembocado y tenia mucho miedo, ¿los muertos realmente volvian? Si era asi, esperaba que sus amigos que habian muerto lo visitaran aunque sea una vez mas, o a sus mascotas que habian muerto. Pero fuera de eso, tambien se sentia nervioso, Sergio yaconocia a su padre pero él ni siquiera sabia como se llamaban sus padres. Sabia que tenia hermanos pero no sabia el nombre de ellos ni de sus padres.

— ¿Como se llaman tus padres, amor? — pregunto Max viendolo directamente.

— Marilú y Antonio — respondio aunque se sentia notablemente tenso. Max solo hizo un sonido de asentir. — Antes de llegar al panteon tengo que hablar contigo.

Max se tenso. Habria algo malo, tal vez adelanto las cosas.

— Dilo.

— Mi familia, no tuve un buen final con ellos, fueron realmente malos y yo no fui exactamente la definicion de ser buen hijo, por que siempre fui respondon y revelde sobre todo cuando supe de su homofobia. Entonces llegaremos al panteon, tal vez veamos de lejos o si corremos suerte podre ver a mis muertos aunque sea unos minutos. Solo no te vayas de mi lado y si por alguna cosa hay algun enfrentamiento solo no caigamos nosotros tambien. Y te pido perdon de antemano por cualquier comentario pendejo que hagan. — dijo rapido, veloz y directo al punto.

Max solo asintio, cuando llegaron al panteon entraron, Max fue reconocido un par de veces pero quien lo reconocia respetaba el momento por lo que un par de fotos fue suficiente, incluso unas chicas se tomaron una foto con Sergio diciendo que lo admiraban.

Max estaba facinado de todo lo que veia, ese lado mexicano era bonito, le hacia sentir bien, miles de familias estaban alrededor de las tumbas alumbrando con velas y poniendo de esas flores naranjas que huelen rico, huelen a nostalgia, vio a un hombre solo, completamente solo en una de las tumbas, habia pocas flores y una sola vela.

— ¿Quien es? — pregunto Max a Sergio

— Don Octavio, su esposa se le murio hace veinte años y desde siempre cada año viene a verla. — explico Sergio, claro que conocia al señor.

— ¿Por que pocas flores? — pregunto de nuevo

— No es de muchos recursos y no muchos quieren ayudar. — respondio siendo sincero, Max lo comprendio, la tumba se veia pobre.

— ¿Como calificas mi español? — pregunto sacandole una sonrisa a Sergio.

— ¿Desde cuando sabes? — pregunto con una sonrisa, caminaban entre las tumbas. Don Octavio no salia aun del campo de vision del piloto. Queria hacer algo.

— Hablo poquito — hizo una seña con su mano — Lo basico.

Sergio reia por su pronunciacion, su voz sonaba algo rara en el español pero una duda entro en su mente, si habla poquito eso significaba que tal vez cuando le dijo que le gustaba si lo entendio y no pudo evitar enrojecer.

— Amor, quiero hacer algo. — confeso el piloto

— Lo que quieras — dijo Sergio deteniendose.

— Volvamos a la entrada, vi varios puestos de esas flores y velas en venta, podemos ir y comprar algunas. Tanto para tus muertos como para Don Octavio — tal vez el nombre no salia muy bien en sus labios pero lo intentaba. Sergio sonrio bonito e hizo un puchero, que daria por que ese hombre realmente lo amara.

Beso sus labios con solo un pico.

— Vamos.

Compraron varios ramos de flores de cempasuchil, diez en total, seis para Don Octavio y cuatro para los de Sergio, Max se encargo de comprar varias velas, una bolsa completa. Max no entendia mucho pero por alguna razon se sentia en paz.

Fueron con su familia primero. Los sobrinos de Sergio lo abrazaron con gran felicidad, Jose muy apenas lo saludo, Maria lo abrazo y Paola beso sus mejillas, Antonio su papá solo le dio un apreton de manos y Marilú se nego a verlo. Por lo que en silencio y muy doloroso, Sergio deposito las flores en la tumba familiar y un par de velas. Max se mantuvo a su lado.

— Iremos con Don Octavio — aviso pero nadie dijo nada solo asintieron.

Cuando llegaron a la tumba, el señor se levanto rapidamente, Don Octavio era un señor ya grande, tenia cerca de ochenta años, llevaba un sombrero y se cubria con una gran cobija de tigere, se le veia que era alguien humilde que se mantenia al dia. Le sonrio con gran familiaridad a Sergio y Max supuso que ya se conocian.

— Hola Don Octavio, mire no se si me recuerde soy Sergio el de doña Marilú y don Toño — dijo Sergio sonriendole bonito, el señor solo asintio — Este es Max, mi novio. Nosotros le trajimos flores y velas pa' doña Josefa.

Max entendio que Sergio le habia dicho que eran novios y tuvo miedo por un momento de como fuera a reaccionar el señor.

— Octavio Ramirez — se presento el señor ofreciendo su mano a Max quien la tomo

— Max Verstappen — se presento tomando esa mano con una sonrisa

— Gracias por las flores muchachos, este año no junte suficiente. — confeso

— No se preocupe. — dijo Max pronunciando de mas la letra "r" Sergio se rio de eso.

— ¿Apoco el gringo este, sabe español? — pregunto Don Octavio viendo a Sergio con burla

— Eso dice, don — dijo Sergio con burla

— Poquito, pero no soy gringo, soy neerlandes — explico Max causando una sonrisa en ambos mexicanos.

— Sientense, mijos — ofrecio el señor pasandoles dos banquitos y una cobija — Perdoname hijo se me olvido que aqui tienes a tus abuelos, seguro querras ir con ellos.

— No se preocupe, aqui nos sentamos — al menos Don Octavio no los habia recibido mal, ademas no se sentia comodo dejandolo solo.

No supo como pero Max se hallaba acomodando flores en la tumba de Doña Josefa mientras Don Octavio lo reprimia por no saberle.

— Voy a conseguir comida — dijo Sergio levantandose

— ¿Quieres dinero? — pregunto Max sacando su cartera, por ley habia cambiado unos cuantos dolares a pesos mexicanos antes de ingresar al pais ademas de sus ya respectivas tarjetas de credito.

— No, amor. Yo traigo gracias, no tardo. — dijo Sergio — ¿Que se le antoja don?

—Nombre mijo sufiente con que me hayan traido flores y velas. — confeso con una sonrisa apenada quitandose el sobrero

— Ande pida, sin penas — dijo Max

— Unas gorditas mijo, si no es molestia — pidio

— Andele, unas gorditas — contesto — ¿Tu que quieres, mor?

— Lo que vayas a comer tu. — pidio con una sonrisa Sergio solo asintio llendose de ahi. 

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Este es el cap mas largo que he escrito con esta historia, y aprovecho para pedir perdon estoy pasando por una mala etapa con mi mamá y practicamente estoy a cargo de mi abuela, de verdad mil perdones.