🥀My Beauty Flower🥀Genshin Impact🥀FemReader

❄️Kaeya - Deseo Corrosivo II

◞───────˚ღﾟ───────◟

🌺Kaeya🌺
Deseo Corrosivo II
Cronología: Omegaverse AU
Advertencias: Contenido Sexual, Lenguaje Sexual, Incesto, Dubcon.

◝───────˚ღﾟ───────◜

Los hijos de la Casa Ragnvindr eran destacados en la sociedad, fuera por sus cualidades en los campos del conocimiento y combate, o por el hecho de que la genética de esa familia siempre les había brindados Alfas intimidantes y poderosos, u Omegas bellos, pulcros y fértiles. Eran uno de los orgullos de su nación.

Sin embargo, en aquella había una joya más, una que había venido del extranjero pero que había sido catalogado como uno de los más grandes tesoros del clan vinícola. Un precioso chico de piel morena, cabello azulado y ojos oceánicos; la misma belleza en todo su esplendor. No era de extrañar que hubiera veces de que al chico, un Beta, lo confundieran en ocasiones con un Omega por su cuerpo tan bien delineado y cuidado.

Su actitud era segura y serena, como cualquiera de su casta, un chico bien portado y refinado, algo esperado al pertenecer a la familia con mayor poder económico de Mondstadt. Sin embargo, así como era una chico tan lindo y amable en las calles de la ciudad que lo había cobijado, también era cómplice de uno de los secretos más oscuros de esa región del continente.

La familia Ragnvindr era adinerada gracias al célebre Viñedo del Amanecer, de eso no había duda; pero también habían negocios que se debían atender "por debajo del agua."

Kaeya no podía llevar la cuenta de cuantos niños y jóvenes había visto en los cargamentos mandados a otras naciones, sobre todo a Snezhnaya, donde solían, o venderlos como simples juguetes, o llevarlos a los laboratorios de los Fatui para experimentar con ellos. Si él no había sido parte de alguno de esos grupos era por el hecho de que Crepus le había tomado cariño, al igual que sus hermanos. Además, no podía dejar ir a una belleza como él a esos lugares, tenía mejores planes para él.

—Entiendo lo que quieres que haga, pero no entiendo por qué no te encargas de eso tú— expresó, habían pasado solo algunos días desde que el segundo plan de su padre había iniciado —¿Sabes las probabilidades de que una Omega, más encima una ya reclamada por un Alfa, pueda ser criada por un Beta?

—¿Crees que no podrás, o no quieres hacerlo?— preguntó, como siempre, no quitaba sus ojos de los documentos que se la pasaba revisando gran parte del día.

—Sé que puedo, y no me importa hacerlo... La cosa es que las probabilidades son mínimas— mencionó, tratando de persuadir al otro —Sé que entre Alfas y Omegas no afecta tanto ser de lazo sanguíneo para tener hijos... A veces incluso resulta mejor, ¿Por qué confiarme esa tarea a mi entonces?

—Es solo la fachada, Kaeya— mencionó, colocando durante unos segundos sus dedos sobre sus ojos cansados —Solo es tener un cachorro con Erika, después de eso, es obvio que si llega a tener más, esos serán de su Alfa.

—Podrías mentir con que son míos, solo que la genética de Eri es la que sobresalió.

—No está a discusión, hijo, creí que este tema ya había quedado claro antes— posó su mirada rojiza por primera vez en el chico de piel bronceada —Además, es la única oportunidad que tienes de tener hijos como Beta si quieres seguir en plan con Diluc.

—Eso es una cuestión muy diferente— no quiso entrar en ese tema ahora —No te estoy contradiciendo ni quejándome, ya había dado mi palabra y la cumpliré, solo que me preguntaba el por qué de que tomaras esa decisión. No puedo negar que ver a Eri con un hijo mío sería muy lindo.