𝙎𝙩𝙖𝙧 𝙩𝙝𝙚 𝙥𝙤𝙧𝙣 (𝓡𝔂𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻)

chapter fourteen

TN se encontraba en la habitación de invitados, pero algo no estaba bien. La puerta se abrió y, antes de poder reaccionar, vio al hombre que le había causado tanto daño entrar sigilosamente.

 Su cuerpo entero se congeló mientras él se acercaba lentamente, con esa sonrisa torcida y las manos extendiéndose hacia ella. TN intentó moverse, gritar, escapar, pero su cuerpo no respondía. Sentía sus manos frías y ásperas sobre su piel, y el pánico le impedía respirar. Lágrimas silenciosas comenzaron a deslizarse por su rostro.

En medio de la pesadilla, consiguió reunir la fuerza suficiente para gritar, su voz resonando en la oscuridad. En ese momento, se despertó de golpe, incorporándose en la cama con el corazón desbocado y el cuerpo empapado en sudor.

Miró a su alrededor, desconcertada y asustada, dándose cuenta de que estaba sola en la habitación y de que todo había sido una pesadilla. Pero el miedo y el dolor eran tan reales que no podía detener su llanto.

Justo entonces, Ryan apareció en la puerta, alarmado por su grito, y al verla llorando, se acercó rápidamente, envolviéndola en sus brazos con cuidado.

—Shh, estoy aquí, estoy aquí... fue solo una pesadilla, no está pasando nada, estás a salvo —le susurró con la voz llena de compasión, sosteniéndola mientras ella se aferraba a él, temblando aún por el recuerdo de la pesadilla.

El miedo comenzó a disiparse poco a poco, pero el dolor permanecía, arraigado en lo más profundo de su ser. Se sentía frágil, rota, y aún furiosa consigo misma por no poder desprenderse de esos recuerdos.

Ryan acarició su espalda suavemente, sin decir nada más, dejándole espacio para procesar su angustia. Aun así, él deseaba desesperadamente poder aliviar su dolor de alguna manera.

Después de unos minutos en silencio, TN finalmente habló, en un susurro apenas audible.

—No sé cómo superar esto, Ryan... siento que nunca podré dejarlo atrás.

Ryan tragó con fuerza, sus propios ojos enrojecidos.

—No tienes que enfrentarlo sola —le dijo, su voz rota—. Estaré contigo todo el tiempo que me lo permitas, sin importar lo que cueste. Lo único que quiero es que estés bien.

TN asintió lentamente, sin estar segura de cuánto tiempo le llevaría sanar, pero en ese momento, en sus brazos, encontró una chispa de alivio. Sabía que sería un proceso largo y doloroso, pero había decidido intentarlo, paso a paso.