Esa noche, intentamos dejar la nota de Richard en el olvido, al menos por unas horas.
Mientras cenábamos bajo un cielo estrellado, la risa y las conversaciones fueron tomando el protagonismo, reemplazando la tensión con una sensación de normalidad que nos hacía falta.
TN era la razón por la que todo valía la pena, y mientras estuviera a mi lado, no permitiría que Richard nos arrebatara la paz.
A la mañana siguiente, sin embargo, mi determinación se puso a prueba.
Decidí buscar respuestas por mi cuenta, así que me levanté temprano y me dirigí a la recepción, donde sabía que podrían decirme si Richard aún estaba hospedado en el hotel.
Mientras TN aún dormía, me apresuré, con la esperanza de poner fin a esta intrusión en nuestras vidas.
La recepcionista me miró con una sonrisa educada mientras hacía la consulta en su sistema.
—Lamentablemente, el señor Richard Evans ya no está registrado en nuestras instalaciones, señor Gallagher —me informó. Me tensé, sorprendido.
—¿Ya se ha ido? —pregunté, casi incrédulo.
—Así parece —respondió ella—. Hizo el check-out esta madrugada.
Regresé a la habitación con una mezcla de alivio y escepticismo. No podía confiarme.
Cuando TN despertó, le conté la noticia, y aunque parecía tranquilizarla, yo no podía sacudir la sensación de que Richard no se había ido tan lejos. Era su estilo desaparecer justo cuando creías haberlo olvidado.
Más tarde, mientras paseábamos por el centro de la isla, la conversación tomó un giro inesperado cuando TN me preguntó:
—Ryan, ¿alguna vez te has sentido como si no pudieras escapar de algo... o de alguien?
La miré, captando en sus ojos una chispa de incertidumbre que no había visto antes.
Sus palabras parecían resonar en el fondo de su mente, como si también intentara escapar de algo más que los recuerdos oscuros que habíamos compartido. Tomé su mano y la miré con sinceridad.
—Sí, TN. Y me he dado cuenta de que la única manera de escapar es enfrentarlo.
Ella asintió, apretando mi mano con fuerza. Sin embargo, cuando pasamos junto a una esquina, sentí una mirada fija en nosotros.
Giré la cabeza rápidamente, y por un instante, creí ver una figura familiar. Parpadeé, pero ya no había nadie.
Mi pecho se llenó de una mezcla de alerta y preocupación. ¿Era posible que Richard aún estuviera cerca, acechándonos?
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𝙎𝙩𝙖𝙧 𝙩𝙝𝙚 𝙥𝙤𝙧𝙣 (𝓡𝔂𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻)
RandomAmigos que desde su adolescencia se ganaron la confianza del otro Querían sentir lo que las demás personas le veían de interesante grabarse teniendo sexo, querían experimentar por una vez de lo que llevaban tiempo teniendo curiosidad Comenzaron p...