Capítulo XIX: Interrogatorio inverso.

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Pero si los demonios son todo lo que nos rodea,

y si esos demonios nos son constitutivos,

entonces ¿cómo podríamos resistirnos?

¿Cómo podríamos ganar esa batalla?

Génesis de Gélida 12: 07

Mithril estaba en su celda elongando y taráreando alegremente. La muda de ropa le sentaba bien aunque sentía la necesidad de acomodarse el pelo y lavarse la cara para estar a juego con su conjunto. Siempre le había parecido extraño como la ropa podía influir tanto en la conducta de una persona. 

Había usado múltiples disfraces durante su vida, todos habían sido un soporte para alguna identidad pasajera, aunque en ese punto se cuestionaba si no eran todas reales. Eran después de todo personalidades completas, con familia, hijos, trabajo y proyectos. Se había encariñado con Mithril, le agradaba ser una persona hedonista y despreocupada, le recordaba a una época más simple, con menos responsabilidades.

"Todo lo bueno se termina." Susurro para sí mismo mientras escuchaba la puerta del calabozo abrirse. Klein ingresó con una guardia de 6 reguladores, todos armados con shagaleras de 12 mm y el uniforme reglamentario de la fuerza.

—Espero que esté teniendo un maravilloso día principal Klein —dijo Mitrhil con su habitual canturreo.

—En verdad no —respondió con firmeza —aunque veo que usted está pasándola muy bien, si hasta tiene ropa nueva. Me gustaría saber cómo la consiguió.

—¿Puede creer lo descuidados que son sus prisioneros? uno de ellos olvido este conjunto debajo del catre. Se ve que tenía muy buen gusto y hasta es de mi talla, creo que es este un dia de suerte para mi.

—Parece que no entiende la situación en la que está —la guardia de Klein quitó el seguro de sus armas con un sonoro clic —esa actitud suya está acabando con mi paciencia.

—Me disculpo, quizás mis modales no están del todo adecuados a la periferia. —el prisionero se sentó en su catre y mientras evaluaba a la guardia del principal —si hubiera algo que pudiera hacer para mejorar su situación no dude en pedirmelo. —Mithril le dedicó una sonrisa que Klein respondió con una mueca de desprecio.

—No hace falta que sea cínico, si de verdad quisiera ayudarme me diría porque está en mi ciudad.

—Como le dije vine porque mi trabajo así lo amerita.

—Ya me canse de esto.

Klein hizo un gesto con la mano y uno de los reguladores que lo acompañaban disparó su rifle contra la pierna de Mithril quien de inmediato se precipitó al suelo de la celda gritando y apretando el muslo. La bala le había dejado la pierna colgando de una hebra de carne y tendones desperdigando sangre por toda la celda. Tomó la frazada y lo envolvió tratando de detener la hemorragia. El prisionero del frente gritó aterrorizado y se alejó hasta dar tope contra la pared del fondo. El de la celda contigua no se movió siquiera.

—No sea llorón, va a recuperarse de eso en unos días. —Klein hablaba como alguien que por accidente derramó una taza de agua sobre el regazo de su interlocutor —Por si le preocupa vamos a hacer pasar esto como un motín de los prisioneros. No pretendo darle la oportunidad de usar esto a su favor. Naturalmente vamos a matarlos a todos para que no contradigan nuestra versión de la historia. Pero en fin, verá que en la periferia estamos comprometidos con guardar nuestros secretos, principalmente de arcanistas de la mesa roja.

—Bien, —dijo Mithril que había dejado de gritar y se sentó en el suelo como si nada —no dudo de su compromiso ¿pero era necesario que arruinaran mi segunda muda de ropa? son costosas, más de lo que se puede imaginar.

Risómico: Determinación de dueloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora