Risómico: Determinación de duelo

Capítulo XX: Bajo las Cenizas.

Recuperaremos los dones uno en uno.

Aprenderemos a ser responsables.

Aprenderemos a sentir las intenciones.

Aprenderemos a ser nuevamente dignos.

Génesis de Gélida 11: 11

Numa casi escupió el agua que estaba bebiendo cuando Cáliz contó cómo Porter le curó el brazo. Ceres estaba más interesada en el arcanismo que en otra cosa y Firo no podía creer que Gélion tuviera alguna relación con algún tipo de magia, magia real. La reguladora entendía que era difícil de asimilar y aun luego de mostrarles la herida de su hombro sanada seguía sintiendo cierta incredulidad en el aire.

La parte de su percepción rizomática era aún más difícil de digerir, no tenía forma de demostrarlo. El único que pareció entenderlo era Numa, él había visto de primera mano cómo sus corazonadas resultaban ser acertadas. Él había estado con ella desde el principio. Se moría de ganas de pedirle que la abrazara y descansar de todo aquello aunque fuera unos instantes. Pero no podía por múltiples razones, se resignó al estado de las cosas rápidamente y reprimió el deseo de desplomarse. Todavía tenía trabajo por hacer.

A pesar de la incredulidad la estaban acompañando y esa lealtad era todo lo que se atrevía a exigirles en esas circunstancias. Se esforzó en transmitirles lo importante que era la discreción ahora que estaban metidos en esta cacería secreta. Temía que entre todas las novedades la cautela quedara en segundo plano. también les aseguro que no fue Porter quien modificó el informe oficial, o al menos eso fue lo que le dijo antes de despedirla. Todos aceptaron acompañarla hacia Marcha de los Férreos 1034 para averiguar lo que pudieran sobre Gélion Magnara.

Acordaron viajar en el Motocarro forense por ser el más grande. Numa y Firo subieron adelante junto con Hollín por insistencia de Ceres, quien quería examinar el brazo de Cáliz en la zona de cargas. Cuando Ceres palpo la cicatriz de la detective quedó en shock, debió cortar y retirar el hilo quirúrgico que había quedado entre la carne recién cicatrizada, pero fuera de eso la herida había sanado correctamente. Le hizo todas las pruebas que se le ocurrieron, comprobó sus reflejos, la sensibilidad, le realizó un pequeño corte para comprobar la respuesta de la piel y la sangre eran normales. Si bien le incomodaba que la tocaran Cáliz lucho por mantener la calma, ella tambien queria saber como reaccionaria su cuerpo ante tal milagro.

—Con esto me alcanza. — Dijo Ceres guardando sus instrumentos— Entonces ¿un poco de carne seca, fluido incandescente y ya está? ¿puedes curar cualquier cosa?

—No estoy segura — Contestó Cáliz enfundando su brazo en la chaqueta de regulador— por lo que Porter me dio entender se necesitan conocimientos específicos de lo que queres hacer y algo llamado risomita, creo que es un precursor del fluido incandescente. Pero voy a ser sincera, no me quedó en claro la diferencia.

—No es posible, ¿entonces todo lo que aprendí no sirve para nada?.

—No necesariamente, aunque puedan sanarse las heridas mediante... Arcanismo sus habilidades para la investigación siguen siendo irremplazables.

—Y qué hay de tu habilidad ¿no es básicamente saltarse los peritajes?

El tono de Ceres era frío y cortante. Cáliz empezó a reflexionar en las implicaciones que tendrían sus poderes en la estructura social. En parte lo que Ceres decía era cierto, existiendo este método de cura e investigación la medicina y los peritajes convencionales quedarían rápidamente obsoletas.

—No, para nada, es mucho más sutil — Cáliz intentaba sonar amable— sé que puedo potenciarlo si me concentro y aprendo a identificar las intenciones residuales. Pero no sabría cómo ni porque pasaron las cosas y aun así solo tendría vagamente una idea de que paso.