Capítulo VI: No hay precio para la justicia

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Pero nuestro llanto no será ignorado,

su silencio es una prueba.

Si logramos mantenernos firmes obtendremos justicia

y seremos restaurados a la antigua gloria.

Génesis de Gélida 12:02


- Según las actas públicas los ocupantes de la vivienda ubicada en Marcha de los Férreos 1034 son Ivone y Gélion Magnara, de cuarenta y cinco y cuarenta y dos años respectivamente, casados. - leyó en voz alta Numa mientras Cáliz tomaba notas en su libreta- El hombre era mecanista y la mujer solía ser anfitriona en el museo de la reconquista. Se dio de baja por enfermedad hace cuatro años, desde entonces no tiene ningún trabajo oficial.

Estaban en el palacio municipal, nombre ostentoso para un edificio relativamente grande pero de arquitectura cuadrada y poco inspirada que servía para almacenar todas los registros de las transacciones públicas relevantes de la ciudadanía. El nivel de eficiencia de la burocracia de ese palacio era increíble, al punto que con solo la dirección de la casa y por supuesto la autoridad de sus placas de reguladores, el equipo obtuvo acceso a casi toda la información de la pareja. Estaban sentados en un pasillo de lecturas interno, donde podían manipular los documentos libremente pero bajo la estricta supervisión de los empleados del municipio.

-Bien - respondió Cáliz anotando su libreta- ¿Antecedentes?

-El tal Gélion fue detenido por una pelea con un compañero de trabajo hace casi veinte años, en ese entonces trabajaba para las obras del tendido férreo, pero fuera de eso nada.

-No nos aporta mucho, -Cáliz se puso de pie y empezó a caminar por los pasillos del registro municipal- volvamos a lo básico, ¿Qué fue lo que pasó?.

-Un incendio quizás accidental quizás intencional con dos muertos- respondió Numa apegándose a su rol en el proceso de investigación.

-¿Cómo podría ser accidental?

- Quizás un cigarrillo que no se apagó bien, y hablando de eso... - Numa miro a Cáliz de costado - ¿Podrías darme mis cigarrillos?

- Numa puedo hacerlo, pero me hiciste prometerte que si me lo pedías te leyera esto - Cáliz sacó un papel de entre las hojas de su libreta- "Hola a ti en el del futuro, soy Numa del pasado. Sé que es un momento difícil, se que extrañas mucho ese contacto en tus labios, esa sensación llenándote el pecho. Pero tenés que ser fuerte, tenés que seguir adelante, tenés que recordar tus metas, tenés que hacer lo que sabes que es correcto. Se que podes, porque estoy dentro tuyo, con cariño y amor Numa del pasado"

- O maldito yo, ¿Por qué tengo que ser tan elocuente?

- No voy a meterme entre ustedes dos. -dijo mientras volvía a guardar la pequeña nota.

- Bien solo por hoy. Continuemos con la suposición de que fue intencional.

-¿Por qué alguien quemaría la casa de otra persona?

-Para hacerle daño, para dañar su propiedad, para hacerle salir o para ponerle en una posición vulnerable.

-En todos esos casos hay una intención de perjudicar a alguna de las víctimas.

-¿y porqué alguien querría dañar a las víctimas? - preguntó Numa respondiendo rápido al cambio de roles. Cáliz se detuvo y miro el techo mientras acariciaba su mentón.

-Motivos personales o motivos económicos. ¿Tenían alguna deuda o necesidad? - Numa revisó las actas unos momentos antes de contestar.

-No, nada. El esposo tenía uno de los trabajos mejor pagos de Aurea, tomó un préstamo hace cuatro años pero fue saldado sin demoras, lo terminó de pagar el año pasado.

Risómico: Determinación de dueloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora