Risómico: Determinación de duelo

Capítulo XXI: Quienes estaban en la cueva.

El primer don fue la palabra absoluta.

En su naturaleza divina y perfecta

fue una fuente de conexión para unirnos,

para comprendernos y para amarnos.

Génesis de Gélida: 8:01

La conciencia de Aenean vagaba entre recuerdos, como una hoja mecida por una corriente de una brisa onírica. Recordaba los jardines del orfanato Davila donde sus padres trabajaban una vez por semana. Eran enormes, llenos de maravillas que difícilmente se podían ver en algún otro lugar. La familia Davila era de las más poderosas en Central y cada cosa que llevara su nombre debía ser espléndida en todo sentido. Recordaba sus años en la tecnicatura, donde había aprendido una amplia gama de conocimientos generales antes de especializarse en la ingeniería.

Recordó la clase que la llevó a elegir su carrera, irónicamente fue biología. El profesor estaba hablando de la fauna de los grandes animales de Gélida hasta que llegó a los shagales. Las características generales se le escapaban, pero recordaba la descripción de sus músculos con la misma claridad que recordaba las oraciones a los Arcanos Mecanistas. Las fibras de los músculos de los shagales están organizadas de manera diferente a la humana. están dispuestas en ángulo en lugar de paralelas a la longitud del hueso, lo que hace que sus fibras musculares sean más eficientes a la hora de aplicar fuerza. La organización anatómica de los propios músculos también contribuye a su fuerza desproporcionada. La musculatura de los shagales parecen funcionar en una especie de sistema de palanca, lo que resulta en un inmenso volumen de fuerza de tracción con muy poca masa muscular y gastando muy poca energía.

Aenean quedó fascinada con aquella demostración de eficiencia, eficacia y efectividad que provenía simplemente de la disposición. Colocar la cantidad necesaria de materia en la disposición adecuada antes de aplicarle energía podía dar resultados tan variables como un aumento en la velocidad de reacción, mayor poder o menor consumo energético. Esa disposición era un ejemplo de diseño inteligente, una muestra de la increíble capacidad de creación de los Arcanios Mecanistas. Y Aenean quería aprender a hacer eso, quería recuperar los dones que la humanidad había perdido, quería buscar una mejor manera, porque siempre hay una mejor manera.

Recordó su tiempo en la Universidad Federada de Central, conociendo a las mentes que le darían forma al mañana. Recordó a Sandon Brander su primer amor con quien había proyectado una vida juntos. también recordó como hecho esa relación a perder cuando se acostó con Mity Sandchel una persona más desorganizada pero también más divertida. Descubrió gracias a aquel triángulo amoroso que era una persona egoísta y que debía cuidar a los demás de esa parte suya, al menos a quienes quería.

Recordó sus pasantías universitarias, su primer trabajo optimizando los motores a vapor de los ferrocarriles. Recordó el momento en que consiguió un lugar para presentarse en el concurso para el proyecto Raíces de Hierro. Lo ganó y recordó cómo logró conectar Aurea y Sagrada Arquitectura pasado a la historia como... No, eso no era un recuerdo, era una fantasía.

Aenean abrió los ojos de repente cuando sintió el picor de un golpe en su mejilla. Veía borroso, estaba oscuro y le tomó unos instantes acostumbrarse a la penumbra. Se incorporó de apoco entornando los ojos y sintiendo un fuerte dolor en su nuca. Empezó a divisar dos siluetas entre las sombras que estaban de cuclillas al lado de ella.

-¿Estás bien Aenean? - Preguntó el geólogo que la estaba abofeteando para que despierte. Aenean le respondió con una mueca de desaprobación que pasó desapercibida entre las sombras de la caverna, apenas alumbrada con unas antorchas.