"Monserrat, la ubicación."
11:57 p.m.Ruedo los ojos.
—¿Qué pasó?
—Mi novio —contesto—. Está súper insistente con que le mande mi ubicación, pero lo conozco... mejor así.
Una de mis primas vino a visitarnos junto a sus amigas. Después de mucho insistir, acepté salir, aunque a Junior no le gustó la idea.
—¿Te enojaste? —le pregunto.
Él niega mientras come. Suspiro y ruedo los ojos para seguir en lo mío.
—¿Sabes lo que se hace en los antros? —me pregunta, después de varios minutos en silencio.
—Bailar y tomar.
—Y ligar también.
—Pues yo tengo novio —alzo los hombros—, no voy a eso.
—Monserrat, ¿cuántas veces has ido al antro?
Miro a mi alrededor y niego. Nunca. Cuando tenía la edad, solo fui a fiestas caseras, pero después de Mateo, todo eso se perdió.
—Déjame ir contigo.
Niego, y él se queja, golpeando levemente la mesa.
—Somos puras mujeres, Antonio, no voy a ser la castrosa que lleve a su novio.
—Ni me vas a notar, voy a estar sentado y ni te voy a hablar.
—Sabes que no es así.
Él me rueda los ojos.
—¿A dónde van a ir?
—No sé —miento.
—Sí sabes. ¿Dónde es?
—Es que si te digo, vas a ir de todos modos.
—¿Y si voy qué? —pregunta enojado—. ¿Qué vas a andar haciendo o qué?
Abro la boca, molesta.
—¿Sabes qué? Ya me quiero ir a la casa.
—Monserrat, estamos hablando.
—No, te estoy diciendo que saldré de fiesta el viernes y ya.
—Te estoy pidiendo el lugar, y ya.
—No.
Asiente, enojado.
—¿Y Mateo?
—Pues con mis tíos.
—¿Segura que son puras morras?
Asiento.
—¿Pero y si no fuera así, qué?
—Ay, ya, ya, Monserrat —contesta—. A veces me caes bien mal, mi amor.
—No me importa.
Termino de comer y dejo mi plato en el centro. Llevábamos ya casi cuatro meses juntos y no habíamos tenido ni una sola pelea. Nos habíamos adaptado muy bien el uno al otro.
Hasta ese día.
—Oye amor, ¿y si mejor van a uno de mis antros favoritos? Las mando con seguridad y que les den lugar VIP.
Frunzo el ceño.
—No.
Suspira, molesto.
—¿Ahora por qué?
—Junior, quiero una salida normal y ya —respondo, desesperada—. No quiero nada de eso.
Me ve y alza los hombros mientras sigue comiendo.
—Quiero salir y estar tranquila, ¿puede ser?
Suspira y asiente.
—Está bien, amor —contesta, ya resignado—. Solo, por favor, avísame que estás bien, ¿sí?
Y así quedó. Aun así, hoy, que llegó el día, no había dejado de recibir mensajes de él.
"Aunque sea dime si ya estás en el antro o algo, Monserrat."
12:09 a.m.—Puta madre...
"Junior, te avisé cuando salí de casa, estoy bien. Te aviso cuando vaya de regreso."
12:11 a.m.Pasan apenas unos segundos y veo que está escribiendo.
"¿Te van a llevar? ¿Quieres que vaya yo por ti?"
12:11 a.m."Traemos coche. Yo te aviso cualquier cosa, amor. Bye."
12:12 a.m."Espérame, espérame."
12:12 a.m."Mándame una foto, aunque sea, mi amor. Quiero ver cómo te ves ): "
12:13 a.m.Sonrío. Lo odio, pero me encanta. Busco en mi galería una de las fotos que me tomé antes de salir y se la envío.
"Puta madreeee 😍😍. Y eso me lo comí yo ayer, chingado."
12:14 a.m."¿Así cómo no quieres que te ande celando tanto, mi amor? Si estás bien chula."
12:14 a.m."Me encantas."
12:15 a.m."Te quiero, mi amorcito. Ya te dejo, seguiré acá. Te aviso cualquier cosa, ¿sí?"
12:16 a.m.Después decido guardar el celular en la bolsa. Me pongo a tomar y a bailar.
—Te extrañaba mucho, Monse —dice mi prima con aliento a alcohol.
Me río y la abrazo de vuelta.
—Yo a ti.
—Ya no has ido a vernos, recién conocí a Mateo.
—Ya sabes que allá no me quieren ni ver por mi bebé—recuerdo.
—No te preocupes, yo siempre te querré.
Sonrío y decido dejar el tema de lado para seguir bailando. No sabía ni la hora, llevaba muchísimo tiempo sin convivir con otras personas y estaba muy feliz.
Veo que mi prima le baila a uno de los chicos que se nos acercan, y nuestro círculo se une al suyo. Pronto ya éramos un mix.
—¿Tú cómo te llamas? —me pregunta uno de ellos.
—Monserrat —sonrío y sigo bailando con una de las chicas.
—¿Cuántos años tienes?
—Veintidós —respondo, cortante.
Sigo bailando, pero el chico constantemente me hace preguntas. No es nada feo, pero sabía que tenía a mi hombre esperándome en casa.
—Eh, ¿de alguien es este teléfono? No deja de sonar —dice una de las chicas, regresando de la mesa.
Veo que es mi celular. Lo tomo y veo que, de hecho, hay una llamada entrante.
—¿Bueno?
—Monserrat, llevas como cuatro horas sin contestarme.
Frunzo el ceño.
—¿Pues a qué hora es?
—¡Casi las cuatro! —escucho con dificultad por la música.
Me alejo un poco el celular por la música y decido caminar al baño para poder escucharle mejor.
—Eh, ¿ya te vas? —me grita el chico de antes—. Yo también, te regreso a tu casa, sirve que pasamos a comer algo.
Inmediatamente pienso en que Junior seguramente lo escuchó. Volteo hacia él y niego con la cabeza; él entiende y se va.
—¿Bueno? ¿Ya me escuchas?
—No, pues ya escuché que ya te van a llevar a tu casa —me contesta, serio—. Está bien, mi amor, ahí me hablas cuando llegues.
Me cuelga.
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reloj: junior h
FanfictionUna camarera designada para atender al exitoso cantante de corridos, Junior H.