Encuentros Inesperados

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La ciudad estaba cubierta por un manto de oscuridad, un silencio ominoso que parecía envolver cada rincón de sus calles. Era un lugar donde las sombras se movían como serpientes, y los secretos eran más peligrosos que cualquier villano. En medio de esta penumbra, Dabi, conocido por su rostro marcado por las llamas y su habilidad destructiva, se movía como un espectro entre las sombras. Había un objetivo claro en su mente: infiltrarse en una instalación de héroes. Su misión era una parte crucial de su lucha por venganza, un paso hacia el objetivo que había estado persiguiendo durante tanto tiempo.

Sin embargo, cuando sus pies tocaron el suelo de ese edificio, se encontró con algo más que lo que había anticipado. Mientras Dabi se deslizaba silenciosamente por los pasillos, su corazón latía con una mezcla de adrenalina y anticipación. Se detuvo por un instante, contemplando la misión que tenía entre manos, pero fue entonces cuando un destello dorado cruzó su visión.

Hawks, el héroe número dos, estaba allí. La luz de los focos brillaba sobre él, acentuando su cabello dorado y su figura atlética. La forma en que se movía, con esa confianza innata, lo convirtió en una figura casi mítica, uno que todos admiraban. Dabi sintió que su corazón se detenía por un momento, no por la adrenalina del peligro, sino por la atracción inesperada que comenzó a sentir. Era un héroe, un símbolo de todo lo que él despreciaba, y aun así, no podía apartar la mirada.

—¿Qué tenemos aquí? —dijo Hawks, su tono burlón y desafiante resonando en el aire. Sus ojos se encontraron, y en ese momento, Dabi se sintió atrapado, como si una fuerza invisible los uniera.

—No deberías estar aquí, pajarito —replicó Dabi, intentando mantener su tono sarcástico, pero no pudo evitar que su voz temblara ligeramente.

Hawks sonrió, una sonrisa que no ocultaba nada más que diversión.

—¿Y tú? —respondió, acercándose un poco más—. ¿No deberías estar causando estragos? ¿O es que quizás te has perdido en el camino?

Dabi sintió cómo la ira comenzaba a burbujear dentro de él, pero también había algo más. Esa chispa de desafío que le lanzaba Hawks lo emocionaba, lo provocaba de una manera que no podía ignorar. Sin embargo, la razón le decía que debía irse. La batalla entre sus deseos y su deber lo consumía.

—Esto no es un juego, Hawks —dijo, apretando los dientes. Pero había una parte de él que deseaba que sí lo fuera, que pudiera ser solo un juego entre ellos.

Dabi decidió que era el momento de irse. Con un movimiento ágil, se giró para desaparecer en las sombras, pero la voz de Hawks lo detuvo.

—¿De verdad piensas que puedes escapar tan fácilmente? —su tono había cambiado, ahora era más serio.

Dabi sintió un escalofrío recorrer su espalda. En lugar de responder, aumentó la velocidad de su paso, perdiéndose en la oscuridad. Sin embargo, la imagen de Hawks se quedó grabada en su mente. La forma en que lo miró, la chispa de desafío en sus ojos, era un recuerdo que no podía sacudirse.

Pasaron días, y cada vez que Dabi se encontraba en una misión, su mente regresaba a aquel encuentro. La imagen de Hawks lo perseguía, incluso en sus sueños. Era una conexión que no entendía, algo que desafiaba todo lo que había creído sobre los héroes. Mientras tanto, Hawks también se encontraba atrapado en sus pensamientos.

La noche era tranquila cuando, un par de días después, Hawks se encontró observando la ciudad desde lo alto de un edificio. Las luces parpadeantes abajo parecían un océano de estrellas caídas, y mientras contemplaba, su mente vagaba hacia el villano que había cruzado su camino. Se dio cuenta de que había algo en Dabi que lo atraía, una oscuridad que lo hacía sentir vivo, algo que lo empujaba a conocer más sobre él.

Hawks sabía que esto era peligroso. La vida de un héroe era complicada, y aquí estaba él, pensando en un villano que representaba todo lo que despreciaba. Sin embargo, el corazón no siempre escuchaba la razón. Esa conexión que había sentido al mirarlo a los ojos, esa chispa de entendimiento, era algo que no podía ignorar.

Llamas de la PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora