Primera vez

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El aire en la habitación estaba impregnado de deseo y urgencia. Dabi se encontraba en un punto crítico, donde el deseo ardiente por Hawks superaba cualquier preocupación. La conexión entre ellos había trascendido lo físico; era una necesidad profunda de estar juntos en todos los sentidos.

Mientras sus cuerpos se movían al unísono, Dabi sintió cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. La mirada de Hawks era intensa, llena de deseo, pero también de una profunda comprensión. Aquel momento era más que solo pasión; era un reconocimiento de lo que habían construido juntos en medio del caos de sus vidas.

—¿Estás seguro? —preguntó Dabi, su voz un susurro entrecortado. La vulnerabilidad en su pregunta se entrelazaba con la urgencia de lo que ambos deseaban.

Hawks le sonrió, su mirada repleta de confianza. —Más que nunca —respondió, atrayendo a Dabi hacia él, sus cuerpos presionándose de manera electrizante.

Con un suave empujón, Dabi se encontró encima de Hawks, sintiendo cómo la piel de su amante ardía contra la suya. La sensación lo envolvió, y no pudo evitar sonreír, sintiendo que estaba en el lugar adecuado.

—Nunca pensé que esto pasaría —murmuró Dabi, sus ojos fijos en los de Hawks. En ese momento, toda duda se disipó. Lo que estaba a punto de suceder era inevitable, y Dabi se sintió listo.

Hawks le devolvió la mirada, su expresión seria pero llena de deseo. —Tú y yo, aquí y ahora. No hay vuelta atrás —dijo, la profundidad de su voz llenando la habitación.

Con un movimiento decidido, Dabi se inclinó hacia adelante, sus labios encontrándose con los de Hawks en un beso que encendió cada centímetro de su piel. La química entre ellos era palpable, un fuego que ardía más allá de lo físico.

Dabi se deslizó hacia abajo, explorando el torso de Hawks con sus manos, sintiendo cada músculo, cada curva. La piel de Hawks era suave, y Dabi no pudo resistir la tentación de dejar un camino de besos a lo largo de su abdomen.

—Dabi... —susurró Hawks, su voz llena de un deseo apenas contenido.

Sin perder el impulso, Dabi se centró en la reacción de Hawks, cada gemido y cada respiración entrecortada lo llenaban de confianza. La pasión lo guiaba mientras se movía más bajo, sintiendo cómo el calor de su amante lo atraía.

Mientras Dabi se movía con destreza, la conexión entre ellos crecía, envolviéndolos en un mundo de sensaciones. La vida exterior y sus problemas se desvanecían. Era solo él y Hawks, unidos en este momento.

Hawks arqueó la espalda cuando Dabi encontró un lugar sensible, un punto que lo hizo gemir en voz alta. La voz de Hawks era música para sus oídos, y Dabi sintió una oleada de orgullo al saber que tenía ese efecto sobre él.

—Eres tan... increíble —declaró Hawks, su voz un susurro que resonó en el aire.

—Y tú me vuelves loco —respondió Dabi, sintiendo cómo la necesidad se intensificaba. La pasión lo consumía, y no podía contenerse.

Con un movimiento ágil, Dabi se posicionó entre las piernas de Hawks, sintiendo la energía entre ellos aumentar. La forma en que Hawks lo miraba, con una mezcla de deseo y entrega, lo impulsó a dar el siguiente paso.

—Voy a cuidarte —murmuró Dabi, su voz grave mientras se inclinaba para capturar nuevamente los labios de Hawks.

La intensidad del beso se intensificó, y Dabi sintió cómo Hawks respondía con la misma urgencia. Sus cuerpos se movían juntos, como si fueran uno solo. Dabi podía sentir el ritmo de sus corazones latir al unísono, creando una melodía propia que los envolvía.

La habitación parecía girar a su alrededor, y el mundo exterior se desvanecía aún más. La vida que habían dejado atrás era solo un eco distante. Estaban sumergidos en su propio universo, donde nada más importaba.

Dabi, sintiendo la urgencia crecer, se separó un momento para mirar a Hawks, buscando su aprobación. —¿Listo? —preguntó, su voz llena de deseo.

Hawks asintió, su mirada ardiente, y con eso, Dabi se sintió completamente liberado. Comenzó a moverse, guiándose por sus instintos, dejando que la pasión los llevara a ambos.

Los gemidos de Hawks se mezclaban con los de Dabi, creando una sinfonía de placer. Cada toque, cada caricia, encendía el fuego entre ellos. Dabi no podía contenerse; cada movimiento lo llenaba de un deseo que parecía infinito.

Con el cuerpo de Hawks bajo él, Dabi sintió cómo su mundo se transformaba en un caos de sensaciones. La vulnerabilidad de su conexión se tornó en una fuerza que los unía de maneras que nunca habían imaginado. Era un baile de entrega y deseo, un intercambio de cuerpos y almas que los hacía sentir completos.

—Dabi... —susurró Hawks, su voz temblorosa mientras el placer los envolvía.

Esa simple palabra fue suficiente para empujar a Dabi a un nuevo nivel de pasión. La habitación se llenó de un ambiente cargado de electricidad mientras se movían al unísono, como si el tiempo se hubiera detenido y el mundo exterior se hubiera desvanecido por completo.

Cada caricia, cada susurro, era una promesa de lo que vendría. Dabi se sintió cada vez más ansioso y excitado, y la conexión entre ellos se intensificó aún más. Era como si todo lo que habían vivido los hubiera llevado a este momento, y no había forma de volver atrás.

La intensidad de la pasión los envolvió por completo, y en medio de ese caos, Dabi sintió que finalmente había encontrado su lugar. Con Hawks a su lado, se sentía invencible.

Llamas de la PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora