Después de un día mágico lleno de amor y celebración, Dabi y Hawks se encontraron finalmente en el aeropuerto, listos para embarcarse en su luna de miel. Los destinos de ensueño estaban escritos en su itinerario, pero lo que más emocionaba a Dabi era la oportunidad de pasar tiempo a solas con Hawks, lejos del bullicio y las expectativas.
Mientras esperaban su vuelo, Dabi no podía evitar sonreír al ver a Hawks, quien se veía radiante con su entusiasmo. Vestido con una camisa ligera y pantalones cortos, su cabello rubio ondeaba suavemente en la brisa.
—¿Listo para nuestra aventura? —preguntó Hawks, su voz llena de emoción.
—Listo. No puedo esperar —respondió Dabi, sintiendo mariposas en el estómago. La idea de estar solo con Hawks durante unos días era el escape perfecto que necesitaban.
Finalmente, el avión despegó, y Dabi se acomodó en su asiento, observando a su esposo mientras miraba por la ventana, su expresión llena de asombro. La pasión y la emoción por lo que les esperaba los rodeaban como una nube mágica.
Después de un vuelo relativamente corto, aterrizaron en una hermosa isla tropical. Las palmeras se balanceaban suavemente y el sonido de las olas del mar creaba una melodía relajante. Dabi no podía creer que estaban allí, juntos, listos para disfrutar de su nueva vida como esposos.
Una vez en el hotel, un elegante resort frente al mar, los recibió un cóctel de frutas tropicales. Las habitaciones estaban decoradas con flores exóticas y vistas impresionantes del océano. La atmósfera era perfecta, y la energía entre ellos era palpable.
—Este lugar es increíble —dijo Dabi, mirando a su alrededor con asombro. —¿Te imaginas todas las cosas que podemos hacer aquí?
—Podemos hacer lo que queramos —respondió Hawks, tomando la mano de Dabi. —Hoy es solo para nosotros.
Después de dejar sus maletas, decidieron explorar la playa. Caminaban de la mano, sintiendo la suave arena bajo sus pies. El sol brillaba intensamente, y Dabi sintió cómo su piel se calentaba. Sin embargo, lo que realmente lo hacía sentir vivo era la presencia de Hawks a su lado.
—Quiero darte algo —dijo Hawks de repente, deteniéndose y mirando a Dabi con una sonrisa traviesa.
Dabi levantó una ceja, intrigado. —¿Qué es?
—Una sorpresa —respondió Hawks, con un brillo en los ojos. Con un gesto rápido, llevó a Dabi a un pequeño quiosco que ofrecía deportes acuáticos.
—¿Quieres hacer paddle surf? —preguntó Hawks, su entusiasmo era contagioso.
Dabi dudó por un momento. Nunca había hecho paddle surf antes, pero la idea de compartir esa experiencia con Hawks lo llenó de valentía. —¡Claro, vamos a hacerlo!
Tras una breve lección, los dos se aventuraron a las aguas cristalinas. Dabi se sintió nervioso al principio, tambaleándose en la tabla mientras Hawks se mantenía firme. Sin embargo, al ver la sonrisa de Hawks, se relajó y comenzó a disfrutar del momento.
—¡Mira! —gritó Hawks, saltando y balanceándose con gracia sobre su tabla. Dabi no pudo evitar reírse al ver a su esposo disfrutar tanto. En un momento de juego, Hawks se acercó a Dabi y lo empujó suavemente, haciendo que cayera al agua.
—¡Hawks! —gritó Dabi, emergiendo con el cabello empapado y una gran sonrisa. La risa de Hawks resonó mientras saltaba de su tabla para unirse a él en el agua.
Las olas los envolvieron mientras nadaban, jugando y desafiándose mutuamente. Dabi sentía que la felicidad rebosaba en su interior, y la conexión que compartían se profundizaba cada vez más.
Después de un rato, decidieron regresar a la orilla, donde se tendieron sobre toallas. El sol brillaba intensamente, y el sonido de las olas creaba un ambiente perfecto. Dabi miró a Hawks, su corazón se llenó de amor.
—Esto es increíble —dijo Dabi, sintiéndose completamente a gusto.
—Sí, pero lo mejor está por venir —respondió Hawks, guiñándole un ojo.
Más tarde esa noche, después de una cena romántica bajo las estrellas, Dabi y Hawks regresaron a su habitación. El aire estaba impregnado de un aroma suave y relajante, y la luz tenue de las velas creaba un ambiente íntimo.
—¿Qué te parece si tomamos un baño? —sugirió Hawks, sonriendo mientras se acercaba a la bañera de hidromasaje.
Dabi sintió un escalofrío de anticipación recorrer su cuerpo. —Me encantaría.
Hawks preparó el agua caliente y agregó sales de baño, creando un ambiente aún más acogedor. Cuando Dabi se sumergió en la bañera, sintió cómo la tensión de los preparativos de la boda desaparecía. Hawks se unió a él, y juntos disfrutaron del calor del agua y la compañía del otro.
—No puedo creer que estemos aquí, juntos, después de todo lo que hemos pasado —dijo Dabi, mirando a Hawks a los ojos.
—Tú y yo somos un equipo. No importa lo que pase, siempre estaré a tu lado —respondió Hawks, acercándose más.
Dabi sintió que su corazón latía con fuerza mientras sus ojos se encontraban. La conexión entre ellos se intensificó, y la atmósfera se volvió electrizante. Sin pensarlo dos veces, Dabi se inclinó hacia adelante y besó a Hawks.
El beso comenzó suave, casi cauteloso, pero rápidamente se transformó en algo más apasionado. Dabi sintió cómo la calidez del agua y la cercanía de Hawks lo envolvían, y no podía resistirlo. Sus manos se encontraron, y mientras se besaban, el mundo exterior desapareció.
Hawks deslizó sus manos por la espalda de Dabi, mientras Dabi lo atraía hacia él, intensificando el beso. Las burbujas de la bañera acariciaban su piel, pero nada se comparaba con la electricidad que fluía entre ellos.
—Te deseo tanto —susurró Hawks, su aliento caliente contra los labios de Dabi.
—Yo también te deseo —respondió Dabi, sintiendo cómo la pasión se apoderaba de ellos.
Mientras continuaban besándose, la atmósfera se volvía más intensa. Dabi sintió cómo la tensión y el deseo se acumulaban, y la idea de estar juntos en un espacio tan íntimo los impulsó aún más.
Hawks rompió el beso por un momento, mirándolo a los ojos. —¿Estás seguro de esto? No quiero apresurarte.
Dabi sonrió, sintiendo que todo su ser lo impulsaba a dar ese paso. —Estoy seguro. Quiero estar contigo.
Con un brillo en los ojos, Hawks volvió a inclinarse y los labios de ambos se encontraron de nuevo, esta vez con más urgencia. Sus manos se exploraban, sintiendo cada rincón del cuerpo del otro con deseo. Dabi se sintió completamente vivo, y el amor que compartían se volvía más tangible.
Finalmente, cuando las burbujas comenzaron a desvanecerse, decidieron salir de la bañera y secarse. En el aire cálido de la habitación, la emoción seguía latiendo entre ellos. Dabi miró a Hawks, quien lo observaba con una mezcla de deseo y ternura.
—Nunca pensé que mi luna de miel sería así de perfecta —dijo Dabi, sintiéndose lleno de amor.
Hawks sonrió, sus ojos brillantes. —Esto es solo el comienzo. Quiero explorar cada parte de ti, de nuestra relación.
Dabi sintió que un escalofrío de emoción recorría su cuerpo. Se acercaron el uno al otro, sintiendo cómo la química entre ellos aumentaba con cada movimiento. Finalmente, se encontraron de nuevo en un abrazo, sus labios se unieron en un beso cargado de promesas y deseos.
La noche avanzó, y en su habitación, el amor floreció como nunca antes. La luna brillaba a través de las ventanas, iluminando el espacio mientras Dabi y Hawks se entregaban el uno al otro, explorando su amor en todas sus formas.
Con cada susurro y cada toque, la conexión entre ellos se profundizaba, sellando su amor en un momento que nunca olvidarían. Esa luna de miel se convertiría en un recuerdo precioso, un símbolo de su amor y compromiso mutuo, una celebración de la vida que estaban construyendo juntos.
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Llamas de la Pasión
RomantiekEs una historia intensa que explora la complicada relación entre Dabi y Hawks, dos héroes de mundos opuestos. A medida que se enfrentan a sus pasados y conflictos internos, su atracción mutua se convierte en un fuego incontrolable. La trama se desar...