Llamas de la Pasión

Fuego en el Corazón

El amanecer trajo consigo una nueva luz, y Dabi despertó sintiéndose diferente. Había algo en el aire, una ligereza que no había experimentado en años. La noche anterior había sido un punto de inflexión, y aunque todavía sentía la sombra de su pasado acechando, había una chispa de esperanza que lo iluminaba.

Mientras se preparaba, sus pensamientos volvían una y otra vez al beso que habían compartido. Recordaba cómo los labios de Hawks se habían sentido cálidos y acogedores contra los suyos, cómo su corazón había latido con fuerza al pensar en lo que eso significaba. Dabi sabía que había algo más profundo en su conexión, una conexión que desafiaba todas las expectativas que tenía sobre sí mismo.

Se encontraba en un bar de la ciudad, un lugar que solía frecuentar, pero ahora parecía diferente. La música sonaba, y las risas resonaban en el aire. Pero a pesar del bullicio a su alrededor, su mente solo podía concentrarse en Hawks.

Dabi sintió un nudo en el estómago al pensar en lo que había compartido con él. En un mundo donde la vida y la muerte estaban en juego, encontrar ese tipo de conexión parecía un lujo que nunca había tenido. Pero en el fondo de su ser, sabía que también era un riesgo.

En el transcurso del día, Dabi se encontró con la Liga de Villanos, pero su mente seguía vagando hacia Hawks. La organización estaba ocupada tramando planes, pero Dabi no podía dejar de pensar en la luz que Hawks había traído a su vida. Esa luz le recordaba que había más en él que solo la ira y el dolor.

Mientras la reunión avanzaba, Dabi sentía la tensión en el aire. Las voces a su alrededor se volvían cada vez más altas y ruidosas, pero su mente no podía concentrarse. Su corazón aún palpitaba por el momento compartido con Hawks, y se dio cuenta de que necesitaba tomar una decisión.

Cuando la reunión terminó, Dabi se retiró a un lugar tranquilo, un pequeño balcón en el edificio que solían usar como base. El viento soplaba suavemente, y se perdió en sus pensamientos, sintiendo cómo el fuego en su interior luchaba por salir a la superficie. Había algo tan liberador en reconocer sus propios sentimientos, pero también había un peso que no podía ignorar: la lealtad a su causa, a su familia de villanos, y el inevitable conflicto con Hawks.

Mientras miraba hacia la ciudad, las luces parpadeantes le recordaban lo lejos que había llegado y cuánto había perdido. Sin embargo, al pensar en Hawks, Dabi sintió una oleada de calor en su pecho. Era un sentimiento que desafiaba la lógica, una mezcla de esperanza y deseo que no podía ignorar.

—Dabi —una voz familiar lo sacó de su ensueño. Era Toga, con su sonrisa traviesa y ojos brillantes—. ¿Estás bien? Te veo un poco perdido.

Dabi se giró hacia ella, tratando de esconder sus pensamientos.

—Solo pensando —respondió, su tono más brusco de lo que pretendía.

Toga inclinó la cabeza, sus ojos llenos de curiosidad.

—¿Pensando en tu nuevo héroe? —preguntó, riendo con picardía—. Sé que algo está pasando entre ustedes.

Dabi sintió que su rostro se calentaba, pero trató de mantener su compostura. No estaba listo para hablar de Hawks, no con nadie, especialmente no con Toga.

—No hay nada que discutir —respondió, su voz más seria.

Sin embargo, Toga no se dejó engañar. Se acercó, su mirada profunda y penetrante.

—A veces, los sentimientos pueden ser más poderosos que las razones —dijo suavemente—. Tienes que ser honesto contigo mismo.

Dabi frunció el ceño. Sabía que Toga tenía razón, pero también sentía que cada palabra que salía de su boca era un recordatorio del dilema en el que se encontraba.