El día de la boda había llegado, y el aire estaba impregnado de una mezcla de emoción y nerviosismo. Dabi se despertó esa mañana con una sensación de anticipación que hacía tiempo no experimentaba. Mientras los rayos del sol se filtraban por la ventana, iluminando su habitación, la realidad de lo que iba a suceder le golpeó con fuerza.
Mientras se preparaba, Dabi miró su reflejo en el espejo. Llevaba un traje oscuro que acentuaba su figura, y su cabello estaba perfectamente peinado. Sin embargo, a pesar de su apariencia, sentía una mezcla de nervios y felicidad.
—Vamos, Dabi, ¡es solo una boda! —se dijo a sí mismo, intentando calmar la agitación que sentía en su pecho.
En la casa de Hawks, la atmósfera era igual de electrizante. Hawks se vestía con un elegante traje blanco, el cual resaltaba su figura atlética y su aire despreocupado. A pesar de su habitual confianza, el nerviosismo también lo envolvía.
—¿Listo para dar el gran paso? —le preguntó su mejor amigo, que estaba ayudándolo con la corbata.
—Listo, aunque no puedo dejar de pensar en cómo reaccionará mi padre —respondió Hawks, sintiendo que una pequeña preocupación se asomaba.
—Deja eso a un lado. Hoy es sobre ustedes, no sobre lo que piensen los demás —dijo su amigo, ajustando la corbata con firmeza.
Después de prepararse, Dabi se dirigió al lugar de la ceremonia. El jardín elegido era un lugar encantador, lleno de flores de colores vibrantes y un ambiente mágico. Las decoraciones estaban perfectamente dispuestas: sillas blancas alineadas, arcos de flores y luces suaves que brillaban con el sol.
Cuando Dabi llegó, su corazón latía con fuerza al ver a sus amigos y familiares reunidos. Sin embargo, su mirada se dirigió rápidamente hacia el altar, donde Hawks lo esperaba. Al verlo, una oleada de amor lo invadió. Hawks, con su elegante traje blanco, parecía más radiante que nunca.
A medida que la música comenzaba a sonar, Dabi se sintió cada vez más seguro. Con cada paso que daba hacia el altar, se alejaba de las dudas y los miedos, acercándose a la promesa de un futuro juntos.
Cuando finalmente se plantó frente a Hawks, la mirada en sus ojos se llenó de amor y ternura. Era como si el mundo a su alrededor se desvaneciera, dejando solo a los dos en ese momento.
—Tú estás increíble —susurró Hawks, incapaz de contener una sonrisa.
—Y tú, mejor —respondió Dabi, sintiéndose más tranquilo al estar cerca de su pareja.
La ceremonia fue hermosa. Los votos se intercambiaron con sinceridad y emoción. Dabi se sintió conmovido al escuchar las palabras que Hawks había preparado, expresando su amor y compromiso de una manera que resonó en su corazón.
—Prometo ser tu compañero en todos los momentos de la vida, apoyarte y amarte —dijo Hawks, su voz firme pero llena de ternura.
Dabi sonrió mientras sus ojos se llenaban de lágrimas de felicidad. —Prometo estar a tu lado, en la risa y en las lágrimas, y siempre encontrar la manera de hacerte sonreír —respondió, sintiendo que su corazón se expandía de amor.
Cuando llegó el momento de intercambiar los anillos, Dabi sintió una mezcla de alegría y emoción. Colocó el anillo en el dedo de Hawks, sintiendo que cada momento estaba destinado a ser recordado. Cuando Hawks hizo lo mismo, Dabi sintió que un nuevo capítulo de sus vidas estaba a punto de comenzar.
Finalmente, el sacerdote los declaró marido y marido. En ese instante, el mundo estalló en aplausos y vítores. Dabi se sintió como si estuviera flotando. Miró a Hawks, quien sonreía con una felicidad que iluminaba su rostro, y lo besó con una profunda pasión, sellando su unión con un gesto que prometía un futuro lleno de amor.
La celebración continuó después de la ceremonia, con una recepción que se extendía por el jardín. La decoración era encantadora, con mesas adornadas con flores frescas y luces que brillaban en la noche. La música resonaba mientras amigos y familiares compartían risas y alegría.
Dabi y Hawks disfrutaron de la fiesta, bailando juntos y compartiendo momentos íntimos rodeados de sus seres queridos. La tensión de los preparativos se desvaneció, y lo único que importaba era el amor que se compartía entre ellos.
Durante la recepción, Dabi notó que Endeavor estaba presente. A pesar de la distancia que había entre ellos, Dabi sintió que su padre estaba allí por una razón. Había llegado un poco más tarde, y su mirada era difícil de leer. Dabi decidió no dejar que eso lo molestara; hoy era su día.
En un momento, Dabi se acercó a su padre, sintiendo el peso de la conversación pendiente. —Papá, gracias por venir —dijo Dabi, tratando de mantener la voz firme.
—Lo hice por ti, Dabi. Quiero que sepas que estoy intentando entender —respondió Endeavor, su tono más suave de lo habitual.
Dabi asintió, sintiéndose agradecido. —Aprecio que estés aquí. Espero que puedas ver lo feliz que soy con Hawks.
Endeavor lo miró a los ojos, y por un breve momento, Dabi sintió que había una chispa de aceptación. —Te deseo lo mejor, Dabi. Cuida de él —dijo su padre antes de alejarse, dejando a Dabi con una sensación de alivio.
La celebración continuó, llena de risas y momentos inolvidables. Dabi y Hawks bailaron juntos, sintiendo la conexión que los unía. En ese instante, Dabi se sintió completo, como si todos los desafíos y el estrés hubieran valido la pena.
Cuando la noche avanzó y las luces comenzaron a parpadear, Dabi y Hawks se tomaron de las manos, disfrutando de un momento a solas. —¿Lo logramos? —preguntó Dabi, una sonrisa radiante en su rostro.
—Lo hicimos. Y fue perfecto —respondió Hawks, apretando suavemente la mano de Dabi.
Ambos miraron hacia las estrellas, sintiendo que su amor brillaba más que nunca. En ese instante, Dabi supo que había tomado la decisión correcta al seguir su corazón. Había superado sus miedos, y ahora estaban listos para enfrentar el futuro juntos, unidos en un amor que no conocía límites.
El resto de la noche estuvo lleno de baile, risas y momentos de intimidad. Cada mirada y cada toque reafirmaban el profundo amor que compartían. Dabi nunca había sido tan feliz, y cada pequeño detalle de la boda se convirtió en un recuerdo precioso que llevarían en sus corazones.
Al final de la noche, cuando todos comenzaron a retirarse, Dabi y Hawks se quedaron mirando el jardín, iluminado por luces suaves.
—Nunca olvidaré este día —dijo Dabi, sintiendo una mezcla de emoción y gratitud.
—Yo tampoco —respondió Hawks, mirándolo a los ojos. —Esto es solo el comienzo, Dabi. Estoy emocionado por lo que viene.
Y así, bajo el cielo estrellado, Dabi y Hawks se abrazaron, sintiendo que el amor que compartían era un refugio seguro. Con el mundo a sus pies, estaban listos para construir un futuro lleno de aventuras, risas y amor, enfrentando juntos cualquier desafío que pudiera venir.
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Llamas de la Pasión
RomanceEs una historia intensa que explora la complicada relación entre Dabi y Hawks, dos héroes de mundos opuestos. A medida que se enfrentan a sus pasados y conflictos internos, su atracción mutua se convierte en un fuego incontrolable. La trama se desar...