El sol se filtraba a través de las ventanas, iluminando la habitación con una luz dorada. Dabi se despertó antes que Hawks, disfrutando de la tranquilidad de la mañana. Había estado pensando mucho en su relación con Hawks, y en cómo dar un paso más en su vínculo. Un pensamiento lo había estado persiguiendo: era hora de que Hawks conociera a sus padres.
Mientras observaba el rostro de Hawks, tan sereno en su sueño, Dabi sintió una mezcla de emoción y nerviosismo. Había muchas cosas en su pasado que lo atormentaban, pero sentía que si Hawks estaba dispuesto a quedarse a su lado, también debía enfrentar su historia.
Hawks se despertó lentamente, parpadeando mientras la luz del sol lo envolvía. —¿Buenos días? —preguntó con una sonrisa somnolienta.
—Buenos días —respondió Dabi, devolviendo la sonrisa. Pero su mente estaba lejos, pensando en cómo plantear la idea que había estado gestando.
—¿Qué te preocupa? —Hawks lo miró con curiosidad, notando la expresión pensativa de Dabi.
—Quiero que conozcas a mis padres —dijo Dabi finalmente, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. Las palabras salieron con más decisión de la que había anticipado.
Hawks se sentó de golpe, sus ojos amplios por la sorpresa. —¿A tus padres? ¿En serio?
Dabi asintió, sintiendo una mezcla de nervios y emoción. —Sí. Creo que es el momento.
—Eso es... grande —dijo Hawks, su voz reflejando su asombro. —¿Estás seguro?
—No estoy seguro de nada —admitió Dabi, sintiendo la presión de la incertidumbre. —Pero siento que si vamos a hacer esto, debería ser real.
Hawks tomó las manos de Dabi, sus ojos fijos en los de él. —Entiendo. Pero, ¿estás listo para lo que eso significa? Conocer a tus padres es un paso enorme.
—Lo sé —respondió Dabi, sintiendo el peso de la decisión. —Pero quiero que vean quién soy ahora. Quiero que conozcan a la persona que he elegido estar a mi lado.
Hawks sonrió, su mirada llena de amor y admiración. —Eso es increíble, Dabi. Estoy aquí para ti, sin importar lo que pase.
Dabi sintió que la calidez de esas palabras lo llenaba de valor. Había pasado mucho tiempo tratando de escapar de su pasado, pero ahora sentía que era el momento de enfrentarlo. No solo por su propio bienestar, sino por el futuro que quería construir con Hawks.
—Bien —dijo Dabi, tomando una decisión firme. —Voy a llamarles.
Se levantó de la cama y buscó su teléfono. La ansiedad burbujeaba en su pecho mientras marcaba el número de su madre. Se sentó en el borde de la cama, con Hawks observándolo con una expresión de apoyo.
El tono de llamada resonó en la habitación, y Dabi sintió que el tiempo se detenía. Después de unos segundos, su madre respondió.
—Hola, cariño. ¿Cómo estás?
—Hola, mamá —respondió Dabi, sintiendo que su voz temblaba un poco. —Quería hablar contigo sobre algo importante.
—Claro, ¿qué sucede?
Dabi tragó saliva, sintiendo que su corazón latía con fuerza. —Quiero que conozcas a alguien. Quiero que conozcas a Hawks.
Hubo una pausa del otro lado de la línea, y Dabi sintió cómo su madre procesaba la información. —¿Hawks? ¿Es tu pareja?
—Sí —respondió Dabi, sintiendo una oleada de nervios. —Quiero que lo conozcan.
—Eso suena emocionante. ¿Cuándo puedes venir? —preguntó su madre, con un tono cálido que hizo que Dabi se sintiera un poco más seguro.
—Podríamos ir este fin de semana, si les parece bien.
—Perfecto, cariño. Estoy deseando conocerlo —dijo su madre, y Dabi sintió una mezcla de alivio y emoción.
Después de colgar, se volvió hacia Hawks, quien lo miraba con una mezcla de orgullo y ansiedad. —Lo he hecho. Vamos a ir este fin de semana.
—Eso es increíble —dijo Hawks, sonriendo ampliamente. —Me siento honrado de que quieras que los conozca.
—Solo espero que les guste —admitió Dabi, sintiendo que los nervios volvían a apoderarse de él.
—Ellos tienen que amarte —aseguró Hawks, acercándose a Dabi y abrazándolo. —Y si están contigo, estoy seguro de que también les gustaré.
Dabi sonrió, sintiéndose un poco más relajado. —Gracias, Hawks. No sé qué haría sin ti.
El resto del día pasó en un torbellino de emociones. Dabi se sintió como si hubiera dado un gran paso, y la idea de que Hawks conociera a sus padres le daba una mezcla de esperanza y miedo.
A medida que se acercaba el fin de semana, la anticipación crecía. Dabi preparó todo lo necesario para la visita, eligiendo cuidadosamente su ropa y pensando en lo que diría. Quería que todo saliera bien. Quería que su familia aceptara a Hawks y lo viera como la persona que realmente era.
Finalmente, llegó el día de la visita. Dabi y Hawks se subieron al coche, el corazón de Dabi latiendo con fuerza. Mientras conducían hacia la casa de sus padres, sentía la adrenalina y la ansiedad mezclándose en su interior.
—¿Estás listo? —preguntó Hawks, su voz calmada y firme.
Dabi tomó una respiración profunda. —Listo o no, aquí vamos.
Cuando llegaron, Dabi sintió que la ansiedad lo envolvía. Pero al abrir la puerta y entrar, el ambiente familiar le dio un poco de consuelo. Su madre los recibió con una sonrisa amplia.
—¡Dabi! ¡Es tan bueno verte! —exclamó, envolviéndolo en un abrazo cálido. Luego, se volvió hacia Hawks. —Y tú debes ser Hawks. Bienvenido a nuestra casa.
Hawks sonrió, su nerviosismo visible pero disimulado. —Gracias, es un placer estar aquí.
Dabi observó cómo su madre y Hawks intercambiaban palabras amables, sintiéndose aliviado. Pero, al mismo tiempo, la presión seguía aumentando en su pecho. ¿Cómo reaccionarían su padre y su hermano?
Cuando su padre apareció, Dabi sintió que el aire se volvía denso. —Hola, papá —saludó, tratando de sonar seguro.
Su padre lo miró, y luego se centró en Hawks. —¿Este es el chico del que me has hablado?
—Sí —respondió Dabi, sintiendo que su voz temblaba un poco. —Papá, este es Hawks.
Hawks extendió la mano, su sonrisa sincera. —Es un honor conocerte, señor.
La mano de su padre se estrechó con firmeza, y Dabi sintió que el ambiente se aliviaba un poco. Había nervios, pero también había espacio para la aceptación.
Mientras la conversación fluía, Dabi se dio cuenta de que había tomado una decisión valiente al presentar a Hawks. A pesar de sus temores, el amor que compartían brillaba con fuerza.
El día pasó entre risas y anécdotas, y aunque había momentos de tensión, Dabi sintió que su familia comenzaba a aceptar a Hawks. Fue un paso hacia adelante, y aunque sabía que aún había desafíos por venir, también sabía que no estaba solo.
Cuando finalmente se despidieron y regresaron a casa, Dabi se sintió aliviado y lleno de esperanza. Había compartido una parte importante de su vida con Hawks, y había dado un paso hacia la aceptación de su propia historia.
—Lo hicimos —dijo Dabi, sonriendo mientras se acomodaban en el sofá.
—Lo hicimos —replicó Hawks, su mirada llena de cariño. —Y me alegra haber estado contigo.
Dabi se inclinó y besó a Hawks suavemente, sintiendo la calidez de su amor envolviéndolo. Había más por venir, pero sabía que, juntos, podrían enfrentar cualquier cosa.
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Llamas de la Pasión
RomanceEs una historia intensa que explora la complicada relación entre Dabi y Hawks, dos héroes de mundos opuestos. A medida que se enfrentan a sus pasados y conflictos internos, su atracción mutua se convierte en un fuego incontrolable. La trama se desar...