Llamas de la Pasión

Un Compromiso para Siempre

El tiempo pasó rápidamente después de la conversación tensa con Endeavor. Dabi y Hawks se sumergieron en su vida juntos, trabajando en sus carreras como héroes mientras fortalecían su relación. A medida que se acostumbraban a estar uno al lado del otro, el amor que sentían se profundizaba, convirtiéndose en una fuerza poderosa que desafiaba todas las adversidades.

Los días se convirtieron en meses, y Dabi encontró una nueva rutina en su vida. Junto a Hawks, había explorado nuevos lugares, compartido risas y enfrentado desafíos juntos. Sin embargo, había un sentimiento que había comenzado a germinar en el corazón de Dabi, una pregunta que no podía dejar de repetir en su mente: ¿Y si Hawks era el indicado?

Una noche, mientras estaban acurrucados en el sofá, viendo una película, Dabi se sintió abrumado por la necesidad de hacer una propuesta. Miró a Hawks, quien estaba disfrutando de la película con una sonrisa en su rostro, y sintió que su corazón se llenaba de amor.

—Hawks —dijo Dabi, rompiendo el silencio.

—¿Sí? —preguntó Hawks, girando su cabeza hacia Dabi, su sonrisa aún iluminando su rostro.

—¿Alguna vez has pensado en el futuro? —preguntó Dabi, sintiendo que la pregunta era más profunda de lo que parecía.

Hawks frunció el ceño, tomando un momento para considerar la respuesta. —Claro, pienso en el futuro. Pero lo que más me importa es que estemos juntos, sin importar lo que venga.

Dabi sintió que su corazón latía con fuerza. Era el momento perfecto, pero también era un momento que podría cambiar todo. —¿Y si ese futuro incluyera algo más... formal?

Hawks lo miró, la curiosidad brillando en sus ojos. —¿Te refieres a...?

—A casarnos —respondió Dabi, su voz apenas un susurro. —Quiero pasar el resto de mi vida contigo, y no puedo imaginar un futuro sin ti.

La expresión de Hawks cambió de sorpresa a alegría. —¿Estás hablando en serio?

—Sí —respondió Dabi, sintiendo cómo la emoción se apoderaba de él. —Quiero que sepas que no solo te amo, sino que quiero construir una vida juntos, ser tu esposo.

Hawks sonrió, y Dabi se sintió como si el mundo se detuviera. —Eso es lo más hermoso que he escuchado. ¡Sí, quiero casarme contigo!

El corazón de Dabi se llenó de alegría. En ese instante, se dio cuenta de que no había nada que deseara más que tener a Hawks a su lado para siempre. Sin pensarlo dos veces, Dabi tomó la mano de Hawks y la llevó a su pecho.

—No sé cuándo, pero quiero hacerlo pronto. Quiero que el mundo sepa lo que somos —dijo Dabi, sintiendo que una nueva determinación brotaba dentro de él.

Hawks se inclinó hacia adelante y lo besó, una expresión de amor y pasión que hizo que Dabi se sintiera como si flotara. —Prometido.

Mientras compartían un beso apasionado, Dabi sintió que todo encajaba. Se imaginó junto a Hawks en el futuro, compartiendo risas, sueños y, sobre todo, un amor que desafiaba todas las adversidades.

Con la decisión de casarse, Dabi y Hawks comenzaron a planear su boda. Cada pequeño detalle se convertía en una forma de celebrar su amor. Desde la elección de un lugar hasta la lista de invitados, cada decisión se tomaba juntos, creando recuerdos que atesorarían para siempre.

Sin embargo, no todo fue fácil. A medida que se acercaba el día de la boda, Dabi se dio cuenta de que tenía que enfrentar a su padre nuevamente. Aunque Endeavor había expresado su desaprobación anteriormente, Dabi sintió que era necesario invitarlo a la ceremonia. Quería dar un paso hacia la reconciliación, incluso si eso significaba lidiar con el dolor del pasado.

—Dabi, ¿estás seguro de que quieres invitar a tu padre? —preguntó Hawks, preocupado por la reacción de Endeavor.

—Sí, lo estoy. Quiero que esté presente en este día tan importante para mí, aunque no pueda aceptar nuestra relación —respondió Dabi, sintiendo que era un paso necesario.

El día de la boda llegó, y la emoción llenó el aire. Dabi y Hawks se prepararon, rodeados de amigos y familiares que apoyaban su amor. El lugar de la ceremonia estaba decorado con flores y luces brillantes, creando un ambiente mágico. Sin embargo, Dabi no podía dejar de pensar en lo que podría suceder cuando Endeavor llegara.

Cuando el momento llegó, Dabi estaba en el altar, su corazón latía con fuerza. Miró a Hawks, quien estaba igualmente nervioso pero sonriendo, y sintió que todo iba a estar bien. Con cada segundo que pasaba, la tensión en el aire se hacía más palpable.

Finalmente, Endeavor apareció. La mirada de Dabi se encontró con la de su padre, y aunque había una tensión evidente, Dabi sintió que estaba dando un paso hacia la aceptación. Endeavor tomó su lugar en la primera fila, observando la ceremonia con una expresión seria.

La ceremonia fue hermosa, llena de risas y lágrimas de felicidad. Cuando llegó el momento de intercambiar los votos, Dabi sintió que el mundo se desvanecía a su alrededor. Miró a Hawks a los ojos y, con la voz temblorosa, dijo:

—Prometo amarte en los buenos y en los malos momentos, siempre a tu lado, apoyándote en cada paso del camino.

Hawks sonrió, y con una voz llena de amor respondió: —Prometo ser tu compañero y tu apoyo, construir un futuro juntos y nunca dejarte ir.

Cuando se intercambiaron los anillos, Dabi sintió que una oleada de felicidad lo invadía. El amor que compartían era un vínculo poderoso, y finalmente, después de tanto tiempo de lucha y dolor, estaban listos para comenzar una nueva vida juntos.

Cuando el sacerdote los declaró marido y marido, el aplauso estalló en la sala. Dabi se sintió abrumado por la emoción y, cuando se acercó a Hawks para besarlo, supo que había tomado la decisión correcta. Este era el comienzo de su futuro juntos, y estaba listo para enfrentarlo, sin importar los desafíos que se presentaran.

Mientras se retiraban del altar, Dabi no pudo evitar mirar a su padre. Endeavor estaba en pie, observándolos con una expresión que era difícil de leer. Sin embargo, Dabi sintió una chispa de esperanza al pensar que quizás, con el tiempo, su padre podría llegar a aceptarlos.

Con su mano entrelazada con la de Hawks, Dabi supo que el amor que compartían era suficiente para enfrentar cualquier tormenta. Juntos, estaban listos para cualquier cosa que la vida les lanzara.