Llamas de la Pasión

Destinos Cruzados

El destino parecía estar jugando con ellos. Aquella noche, mientras Dabi se movía en su búsqueda de venganza, decidió visitar un viejo edificio abandonado en las afueras de la ciudad. Era un lugar que había utilizado como refugio en el pasado, donde podía esconderse de los héroes. Al llegar, una sombra se movió en su visión periférica, y cuando se giró, se encontró de nuevo con Hawks.

—¿De verdad pensaste que no volvería a encontrarte? —dijo Hawks, apoyado contra una pared, con una sonrisa que irradiaba confianza.

Dabi sintió una mezcla de sorpresa y emoción. En su mente, esperaba que este encuentro fuera diferente, que pudieran hablar como personas comunes, sin el peso de sus etiquetas.

—No es que me importe —respondió Dabi, aunque sabía que su voz sonaba menos convincente de lo que deseaba.

Hawks se acercó, su mirada fija en Dabi con una intensidad que lo hacía sentir vulnerable.

—Vaya, parece que te molesta que esté aquí —dijo, su tono divertido escondía un trasfondo de interés genuino.

Dabi, intentando mantener su fachada de villano, optó por permanecer en silencio. Pero dentro de él, una parte anhelaba abrirse, compartir sus pensamientos más oscuros y descubrir lo que realmente significaba ser un villano en un mundo que lo rechazaba.

Se sentaron juntos en el borde de la azotea, contemplando la ciudad iluminada. La conversación fluyó de manera natural, como si fueran amigos de toda la vida. Compartieron anécdotas, risas y momentos de vulnerabilidad. Dabi habló sobre su familia y las cicatrices que lo habían marcado, mientras que Hawks reveló sus sueños de ser un héroe y las presiones que eso conllevaba.

A medida que la noche avanzaba, la conexión entre ellos se hacía más fuerte. Dabi se dio cuenta de que Hawks no era solo un héroe arrogante; había una profundidad en él que lo hacía único. Su risa resonaba como un canto, y por primera vez en mucho tiempo, Dabi se sintió verdaderamente vivo.

—No esperaba que tuvieras un lado tan... humano —dijo Dabi, sus palabras sinceras.

Hawks sonrió, y por un momento, Dabi vio a través de la fachada que ambos habían construido. Era un momento de conexión genuina, donde las etiquetas de héroe y villano se desvanecieron, dejando solo a dos almas perdidas buscando su lugar en el mundo.

Esa noche, al despedirse, algo cambió entre ellos. Dabi sintió que su corazón se abría, y aunque sabía que el camino que habían elegido estaba lleno de peligros, estaba dispuesto a arriesgarlo todo por la conexión que había encontrado con Hawks. En su mente, pensó que tal vez, solo tal vez, podrían encontrar un camino juntos, a pesar de las llamas que los rodeaban.