El aire en el callejón era denso, lleno de tensión y la fragancia de la vida urbana. Dabi y Hawks se miraron fijamente, una chispa de desafío y determinación brillando en sus ojos. A pesar de la amenaza inminente que se cernía sobre ellos, la conexión entre ambos era más fuerte que nunca.
—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Dabi, sintiendo el peso de su propia vulnerabilidad. Sabía que su relación estaba siendo puesta a prueba, y cada momento se sentía como una línea delgada entre el peligro y la salvación.
Hawks tomó un profundo aliento, evaluando la situación.
—Lo primero es asegurarnos de que no nos encuentren. Debemos encontrar un lugar seguro para planear nuestros próximos pasos —dijo, su tono decidido pero suave.
Dabi asintió, sintiendo una mezcla de agradecimiento y miedo. La idea de esconderse nuevamente le resultaba agotadora, pero también sabía que debía ser cuidadoso. La vida que había elegido, y las decisiones que había tomado, pesaban en su corazón.
—Podemos ir a mi apartamento. Es un lugar discreto, y no hay muchas personas que sepan de él —sugirió Dabi, sintiendo un leve rubor al pensar en invitar a Hawks a su espacio personal.
—Perfecto, vamos —respondió Hawks, con una sonrisa confiada que lo animó un poco. Dabi tomó la mano de Hawks, sintiendo su calor y la seguridad que irradiaba.
El camino hacia el apartamento de Dabi fue rápido, cada paso estaba impregnado de una mezcla de anticipación y nerviosismo. A medida que se acercaban, Dabi sintió un torbellino de emociones. ¿Cómo sería recibir a Hawks en su espacio personal? ¿Qué pasaría cuando estuvieran a solas?
Finalmente, llegaron al edificio de Dabi. Las luces del pasillo parpadeaban de forma intermitente, añadiendo un aire sombrío al lugar. Dabi abrió la puerta y dejó entrar a Hawks, sintiéndose vulnerable al permitir que alguien entrara en su mundo privado.
El apartamento era pequeño y desordenado, pero tenía un encanto singular. Las paredes estaban decoradas con imágenes enmarcadas de sus recuerdos más preciados, momentos que lo habían hecho sonreír a lo largo de los años.
—No es mucho, pero es mi hogar —dijo Dabi, tratando de quitarle importancia al desorden mientras se movía hacia la cocina.
—Me gusta —respondió Hawks, mirando a su alrededor con curiosidad. —Es acogedor.
Dabi se sintió aliviado al escuchar esas palabras. A pesar de su naturaleza sarcástica y a veces distante, había algo en la forma en que Hawks lo miraba que hacía que se sintiera aceptado.
—¿Quieres algo de beber? —preguntó Dabi mientras buscaba algo en el refrigerador.
—Agua estaría bien —respondió Hawks, sonriendo mientras se recostaba contra el marco de la puerta.
Mientras Dabi servía el agua, el silencio se volvió pesado. Ambos sabían que tenían que hablar sobre lo que había sucedido en el parque y las amenazas que se avecinaban.
Finalmente, Dabi se dio la vuelta y se apoyó contra la encimera, su expresión seria.
—Hawks, no puedo seguir así. Mi vida es un desastre y tú... tú eres un héroe. ¿Por qué arriesgarías todo por mí? —preguntó, sintiendo que el nudo en su garganta se hacía más fuerte.
Hawks tomó un sorbo de agua antes de responder, su mirada fija en Dabi.
—Porque eres más que un villano para mí. Has mostrado una parte de ti que pocos han visto, y me importa lo que piensas. No estoy dispuesto a dejarte caer.
Dabi sintió que su corazón latía más rápido. Las palabras de Hawks resonaban en su interior, haciendo que las paredes que había construido a su alrededor comenzaran a desmoronarse.
—¿Y si te descubren? —preguntó Dabi, su voz casi un susurro—. ¿Qué pasaría si me atrapan a mí y tú terminas herido o peor?
—No me importa —dijo Hawks, acercándose a Dabi con una intensidad que hizo que el aire se volviera denso entre ellos. —Lo que importa es que estamos juntos en esto.
Dabi se sintió abrumado por la sinceridad de Hawks. Era como si hubiera sido sacado de la oscuridad, una luz que le mostraba el camino hacia un futuro que nunca había imaginado. Pero la realidad seguía acechando, recordándole que la felicidad tenía un precio.
Antes de que pudiera decir algo más, Hawks dio un paso más cerca, sus rostros casi tocándose. La tensión entre ellos se volvió palpable, como si el aire mismo cargara con la electricidad de lo que estaba a punto de suceder.
—Dabi —susurró Hawks, su voz suave y profunda—. Quiero que sepas que estoy aquí, sin importar lo que pase.
Las palabras resonaron en el corazón de Dabi, y de repente, el mundo exterior desapareció. La necesidad de conectarse, de abrazar lo que estaban construyendo juntos, lo llevó a cerrar la distancia. Dabi, sintiendo la urgencia, se inclinó y capturó los labios de Hawks en un beso.
El momento fue intenso, cargado de emociones reprimidas y anhelos no expresados. Dabi sintió cómo todo su ser se encendía con el contacto. Los labios de Hawks eran cálidos y suaves, y la forma en que respondió al beso hizo que Dabi se sintiera vivo como nunca antes.
Cuando se separaron, ambos respiraban con dificultad, sus miradas llenas de sorpresa y deseo.
—¿Qué fue eso? —preguntó Hawks, su voz temblorosa, como si aún estuviera tratando de procesar la intensidad del momento.
—No lo sé —respondió Dabi, su corazón latiendo con fuerza—. Pero quiero más.
La revelación lo sorprendió, pero también lo llenó de una profunda felicidad. Hawks había entrado en su vida de una manera que nunca había esperado, y esa conexión era demasiado valiosa para dejarla ir.
Hawks, con una sonrisa traviesa en su rostro, se acercó nuevamente, esta vez con una mirada decidida.
—Entonces, sigamos explorando esto juntos —dijo, su voz cargada de promesas y posibilidades.
Dabi asintió, sintiendo que el miedo comenzaba a desvanecerse, dejando solo el deseo y la esperanza. Estaban en medio de un torbellino de emociones, pero esa incertidumbre no era suficiente para detenerlos.
Sin embargo, la realidad aún los acechaba. Sabían que cada momento de felicidad debía ser apreciado, ya que la vida que llevaban siempre estaba en la cuerda floja.
—Pero debemos ser cuidadosos —advertió Dabi, su tono volviéndose más serio—. No podemos permitir que nos descubran.
—Lo sé —respondió Hawks, pero en sus ojos brillaba una determinación inquebrantable—. Pero eso no significa que no podamos disfrutar de este momento.
Dabi sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. La forma en que Hawks lo miraba lo hacía sentir deseado, comprendido, como si todo lo que había pasado finalmente estuviera valiendo la pena.
Con una sonrisa que se dibujó en su rostro, Dabi se acercó a Hawks nuevamente, y esta vez, el beso fue más profundo, más cargado de pasión y promesas. La tensión se convirtió en un torrente de emociones, y Dabi supo que no había vuelta atrás.
Mientras se perdían en el momento, la puerta del apartamento se cerró detrás de ellos, y aunque el mundo exterior continuaba girando, en ese instante, solo existían ellos.
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Llamas de la Pasión
RomansaEs una historia intensa que explora la complicada relación entre Dabi y Hawks, dos héroes de mundos opuestos. A medida que se enfrentan a sus pasados y conflictos internos, su atracción mutua se convierte en un fuego incontrolable. La trama se desar...