15: ¡Ya me quiero ir!

3.6K 228 5
                                    

—¡Bájame ya! —grité golpeando su espalda con mis puños. Me ignoró por completo y no se inmutó a mis golpes—. ¡Shane bájame!

—Con una condición —estipuló.

Conecté cables y saqué conclusiones en cuestión de segundos—. ¡No, no te perdonaré!

—Esa no es —carcajeó.

—¿Entonces qué? —pregunté.

—Hablar.

Umh... astuto.

—Está bien, pero ya bájame.

El obedeció.

—En la habitación —dije refiriéndome a la charla que tendríamos. El asintió.

Y sin más, ambos nos dirigimos a la fraternidad.

En la puerta había una maleta algo grande que me hizo fruncir el ceño y obviamente desconfiar.

—¿Es tuya? —le pregunte a Shane.

—No, ¿tuya? —preguntó.

—No.

—Mh, me iré adelantando —dijo.

—Está bien, iré por agua.

El entró, me giré hacia la maleta y entre cerré los ojos. Era bastante sospechoso y poco común que cosas como éstas pasaran aquí, pero no dudaba ni por un segundo que podría ser una ocurrencia del mismo Jason o de Aidan. Pero tampoco podía subestimar la locura de las chicas.

—Ah, ah, ah... ¡achu! —se escuchó dentro de ésta.

Solté una carcajada. Recosté la maleta para abrirla. Me puse de rodillas y la abrí. Deduje todo en segundos, y ya tenía idea de quién se trataba.

—No te deseó el mal ni nada, pero mamá te matará —pronuncie con diversión mientras liberaba la cabeza del intruso.

Me fulminó con la mirada—. Agh, ayúdame —gruñó.

Reí y lo ayudé.

—¿Qué haces aquí? —le pregunté una vez que estaba fuera de la maleta.

Se sacudió la ropa y se enderezo, me sacaba una cabeza de altura. Sus ojos marrones con ese característico aire tan similar a papá, su cabello castaño claro estaba desordenado y sus músculos más grandes de como los recordaba, su rostro tan similar al mío, pero con las facciones más rudas e incluso más intimidante que yo.

—¿Tú que crees? —me miró con sarcasmo—. Te extrañaba hermanita —me abrazó. Acepté su abrazo, pero un olor tan repulsivo inundó mis fosas nasales.

—Ew, Joe apestas —hice cara de asco.

Se rio—. Ya lo sé, pise excremento de perro cruzando la reja.

Hice mueca de asco—. ¡Ew! ¡suéltame, ya!

Él obedeció. Como verán mi hermano mayor estaba en mi fraternidad.

—¿Cómo saliste de la académica militar?

—Mh, tengo contactos —rio.

—¿Qué hizo Jason? —rodé los ojos y me referí a mi propio amigo, no era la primera vez que hacían esto.

—Llamó a su primo.

—Mamá te matará —reí.

—No tiene por qué saberlo, me iré pronto.

—Está bien —reí.

Ambos entramos. Subimos a mi habitación, él se fue a la de Jason y yo entre a la mía.

Mi inmaduro favorito. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora