33: Las chicas tenemos un sexto sentido.

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Sentir su cuerpo presionado al mío es tan excitante. Nuestros labios perdidos en un beso que parece no tener fin.

—Shane tenemos que parar —susurré a centímetros de su cara.

—No —protestó y volvió a besarme.

Estábamos en el armario de limpieza de la escuela, era la hora del almuerzo, pero nuestras hormonas se están apoderando de nosotros.

Shane me colocó en la pared estampándome contra ella, pasé mis brazos rodeando su cuello, él bajó sus manos hasta mi trasero subiéndome, automáticamente rodeé su cadera con mis piernas, una de sus manos bajó hasta mi entre pierna llevando escalofríos por todo mi cuerpo.

No puedo detenerme.

No le puedo pedir que paré porque no quiero que paré.

Sus manos están en mi ropa interior, lo apreté más hacía mi deseando sentirlo aún más contra mí, escondí mi cara en su cuello dejando besos húmedos mientras él aún seguía tocando mi intimidad, aguantando mis gemidos jalé su cabello provocándole un gruñido y que me presionará más contra él.

Tenemos que parar antes de que mi auto control desaparezca.

—Shane —dije entre cortadamente.

Colocó ambas manos en mi cintura—. Ya sé —dijo de manera agitada—, tenemos que parar.

Me bajó de él, lo miró directo a los ojos, acomodó mi falda y se acomodó su desordenado cabello caramelo. Me regaló una sonrisa y acomodó mi camisa la cual se encontraba desabotonada.

—Eres un pervertido —dije negando con la cabeza. Pasó sus manos por mi cintura y unió nuestras frentes.

—Y eso te encanta —murmuró.

Tiene razón. Me encanta demasiado. Le regalé una sonrisa y depositó un corto beso en sus labios. Me gire para abrir la puerta, asomé la cabeza verificando que no haya nadie en el pasillo, una vez que confirmo salgo de ahí y camino en dirección a la puerta de la cafetería que quedaba justo a mi derecha. Tome mi celular y le envíe un mensaje a Shane.

"Ya puedes salir"—envíe.

Volví la mirada a la puerta del armario de limpieza y vi salir a mi hermoso novio de ahí, quien venía hacía mi con una sonrisa genuina. Una vez que estaba juntó a mí me ofreció su mano para tomarla, la acepté y juntos entramos a la cafetería. Busque a mis amigos, ellos estaban en una mesa al final de la cafetería, estaba Jason haciendo sus ridiculeces juntó a Aidan, Summer estaba con Nathan charlando y Amber se estaba burlando de los chicos.

—Pequeño cacahuate —dijo Jason con una sonrisa. Le sonreí y nos sentamos con ellos, vi a Jason acercarse a mí de manera un tanto sospechosa que me hizo mirarlo—. Mónica quiere hablar contigo, está en las gradas —susurró en mi oído.

Lo miré extrañada y asentí con la cabeza.

—Voy al baño —le avisé a Shane, él me sonrió y asintió. Antes de que pudiera salir de ahí el posó un beso en mi mejilla.

Me siento mal por mentirle, pero puede que sea algo importante.

Salí de la cafetería en dirección a las gradas del campo de fútbol. Una vez que llegué me encontré con Mónica sentada a unos cuántos metros con la mirada perdida en su celular sin notar que yo había llegado. Así que en lo que ella está ocupada haciendo Dios sabe qué, me acerqué con cautela.

Ella levantó la mirada una vez que llegué hasta ella, me senté a su lado colocando mis manos sobre mi regazo.

—Bien, ¿Qué pasa? —arqueé ambas cejas y la miré.

Mi inmaduro favorito. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora