22: Asqueroso reptil.

3.6K 213 30
                                    

¿Me convertí en princesa? Por supuesto que no. Pero me sentía como una y se vale soñar.

Estábamos Shane, James y yo en una de esas carrozas que usan en las películas de princesas, estaba en medio de ambos.

—Esto será divertido —sonreí con entusiasmo.

Me sentía soñada en la carroza.

—Aja —dijo Shane de mala gana.

James me miró y sonrió.

—Oiga, ¿podría ir más rápido? —le pregunté al anciano que se encargaba de los caballos.

Él me miró mal de eso le dio más rápido.

Cuando bajamos de la carroza Shane fue a un baño, James y yo lo esperamos sentados en una banca junto a los baños, James y yo estábamos hablando.

Una gota cayó sobre mi frente resbalando sobre mi mejilla.

—Támara —se acercó a mí para secar la gota. Nuestras miradas se conectaron de una manera tan intensa, justo como James Dallas lo era. Iba a besarme, él se lamio los labios como si estuviera ansioso por probarme.

Oh Dios.

Escuché unos pasos acercarse a nosotros, pero una parte de mí no se podía alejar de James como si estuviera en una clase de hipnotismo. Sus ojos marrones son tan intensos.

Pero entonces llegó Shane. Y le empujó frente alejándolo de mí.

—Lo siento tenías una araña —le dijo Shane sonriéndole falsamente.

Lo tire una mirada de ¿es enserio Shane?, él se encogió de hombros y se sentó de mi lado.

—¿Cuál es tu problema Evans? — preguntó James poniéndose de pie frente a Shane.

Shane suspiró y de eso sonrió—. Tú —le dio un leve empujón.

Me levanté de inmediato y me puse en medio de ambos.

—Chicos basta —dije separándolos.

—Ah, ¿sí? —carcajeó James y es obvio que como siempre, soy invisible en medio de éstos dos—. ¿Tan celoso estás de que este con Támara?

Shane negó con la cabeza y sonrió.

—Y si estoy celoso, ¿a ti qué? —espetó y le arqueó una ceja.

James abrió la boca para decir algo, pero yo le tome la palabra.

—Que ya basta dije —repetí molesta.

Ambos se echaron una mala mirada y seguido de eso me vieron a mí.

—Bien, ¿vamos por un café? —preguntó James soltando un suspiro y relajado su semblante.

Asentí con la cabeza y me adelanté dejando a los peleoneros atrás. ¿Qué carajo pasa con éstos hombres?

Al llegar a la cafetería Shane y yo pedimos café negro y James pidió un frapuccino de caramelo.

—¿No te gusta el café negro? —le pregunté seguido de eso bebí un poco de mi café.

Negó con la cabeza e hizo una mueca.

—Demasiado amargo.

¿¡Demasiado amargo!? Yo diría demasiado rico.

—¿Y tú? —le pregunté a Shane arqueando ambas cejas.

—Me encanta lo amargo —me sonrió.

Las cosas eran bastantes incómodas tenía que estar hablando con ambos porque entre ellos no había ninguna clase de plática, solo miradas intimidantes y resoplidos.

Mi inmaduro favorito. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora