19: ¡Usted es una... agh!

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—Les juro que estando lejos de esa casa me siento más segura —confesé soltando otro suspiro.

Desde que salimos de la esa casa desde la mañana, me la he llevado suspirando de paz.

—Solo tenemos que preguntarle al señor Jordán que pasa con su casa —dijo el supervisor Jackson como si no fuera tan importante.

—Capaz y sólo fue uno de sus hijos —completó la supervisora, o sea la ex esposa de Jackson, Marianne.

—Jackson —le dije al supervisor—. ¿Crees que me pueda quitar el color rosado aquí? —le pregunté.

Me sonrió—. Por favor. Pareces emo cuándo usas negro y llevas el pelo rosado.

Ahora para todo somos emo, no tengo absolutamente nada en contra de ellos. Pero los adultos para todo y repito todo salen con que somos emo, bueno ese es mi caso.

Rodé los ojos.

—Summer, Shane. Vayan con Támara, al rato los llamaremos.

Asentimos.

Habíamos andado por el pueblo que está cerca de la mansión, nos dieron un tour por este lugar tan bonito, parecía sacado de una película. Todo era muy antiguo y agradable, parecían aquellas épocas donde no existían los Smartphone, las mujeres llevaban ropa campesina y sus jardines tenían sus propios huertos de frutas y verduras, era increíble. Cuando llegamos a la estética me percaté que era el lugar que estaba menos acorde al pueblo, era moderno. Sin embargo, lo que llamó mi atención fue la señora que atendía, era japonesa.

¡No sabe hablar mi idioma!

Me acerqué a ella con una sonrisa y algo apenada—. Hola buenas tardes —le sonreí—. Quería saber si podría quitarme lo rosado del cabello —le dije.

Ella frunció el ceño confundida, al parecer no tenía idea alguna de lo que decía, maldita sea.

Le hice señas, señalé mi cabeza y luego la de Shane. Diciéndole que quería su color de cabello.

Ella asintió emocionada, me sentó en una silla, llegó una señora. Creo que era su empleada.

—¡Hey! —le dijo Summer en cuanto la interceptó.

La chica castaña dio un respingo y giró sobre sus talones encarándonos, sonrió—. ¿Si?

Los ojos de Summer se abrieron más de lo normal y chilló de emoción—. Oh Dios, ¿me entiendes? —preguntó emocionada.

La castaña carcajeó y asintió—. Un poquito.

Summer aplaudió entusiasmada—. Si, mira. Mi amiga quiere que le quiten el rosado, lo quiere rubio, su color natural. ¿Entiendes? —sus palabras fueron algo demandantes por lo que la chica frunció el ceño algo disgustada pero después sonrió.

—Qué ruda —rio Shane.

Ella asintió. Le dijo algo en japonés a la señora que me arreglaría.

***

—¡Ta-ra! —exclamó la señora que me atendió dándome vuelta al espejo.

Sonreí en grande y aplaudí entusiasmada con los ojos cerrados, abrí los ojos. Mi sonrisa se esfumó y fue sustituida por mi semblante horrorizado.

—¡Ah! —grite palpando mi cabeza con ondas increíbles—. ¿¡Qué demonios!? ¡dije rubio como Shane, no rojizo!

Y en ese momento, apareció Summer con la postura de Bob Esponja cavernícola—. ¿Qué pasó? —preguntó Summ con la respiración acelerada y con Shane a su lado, ambos agitado. Sus cayeron en mí y los abrieron más de lo normal—. ¡Madre de Dios! —gritó haciendo que Shane diera un respingo.

Mi inmaduro favorito. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora