Rainelis
El sonido de mi despertador me hizo abrir los ojos, a regañadientes me levanté.
Mire a una plácida Alondra dormida a mi lado, no pude evitar sonreír y acariciar su mejilla con suavidad.
- Eres hermosa. - susurré contra sus labios para luego robarle un beso.
Ese simple beso me hizo sentirme tan bien, aunque ella no lo sintió.
Hoy sería un buen día ya que hoy iría a terapia, estoy trabajando en mi forma de pensar y controlar mi ira solo por Alondra.
Pero esto se vuelve difícil cuanto tienes una amiga como Angie encima de Alondra, y eso hace que todo lo que trabaje se vaya a la mierda.
Pero de algo estaba segura, no quería volver a lastimar al amor de mi vida como lo hice anteriormente, aunque a veces pierdo la paciencia con ella y solo la golpeo para hacerla entender.
Si, está mal, pero vamos, no pueden decirme nada si tuve traumas en mi infancia, ¿cómo podría reaccionar? si mi padre era así con mi madre, de ahí comprendí que lo que es mío, es solo mío.
Después de terapía..
Me sentía mucho más relajada, pero tenía incomodidad de que Angie se había quedado en mi casa, con Alondra allí, pero no pensé mal.
La señorita Smith me comprendió perfectamente, me ayudó y habló conmigo para poder seguir trabajando en mi.
Hoy me sentía tan feliz, así que hoy llevaría a Alondra a comer a un restaurante lujoso. Había pensado en que ya estaba lista para salir a un lugar que no sea el patio.
Estacione mi BMW en mi cochera, bajé y procedí a caminar hacia la puerta de mi casa para entrar.
Entré y todo estaba muy callado, pero sobretodo incómodo, traté de no tomarle importancia y subí para darle la noticia a Alondra de que hoy saldríamos.
Se me hizo extraño no ver a Angie pero supuse que salió.
- Alondra, cariño, hoy te lle.. - me quedé en silencio cuando presencie la imagen más horrorosa y dolorosa que he visto en toda mi vida.
Alondra y Angie estaban teniendo sexo, en mi propia habitación y en mi cama.
Mi corazón comenzó a latir fuertemente, pero no por algo bueno, sino por el repentino shock que tuve al ver eso.
Mi vista se nubló, un nudo en mi garganta comenzó a formarse y de repente, ya estaba sollozando. Las lágrimas mojaban mis mejillas, haciendo que mi nariz se pusiera roja, mis labios rojizos y mis pestañas se mojaran.
- U-Uste-des.. - no podía formar ninguna palabra aún, estaba en shock, ni yo misma podría creérmelo.
Rápidamente Angie me miró y se puso pálida, su mirada se perdió y comenzó a cambiarse rápido.
Pero Alondra ni siquiera parecía estar consciente, estaba como ¿borracha?
- Eres una hija de puta. - solté antes de tomar fuertemente de las muñecas a Angie.
- Se supone que eres mi mejor amiga, ¿acaso eso lo hacer las casi "hermanas"?Ella todavía no respondía, solo me miraba con la cabeza agachada, mirando el suelo.
De repente mi enojo incrementó y por mi cabeza pasó una idea.
Matar a Angie por haberme faltado el respeto y sobretodo, tocar algo que solo a mí, me pertenece.
Mi mirada se transformó, sentía mi sangre hervir y solo recordaba a Alondra y Angie teniendo sexo.
Recordé que siempre guardaba un cuchillo en las bolsas de mi pantalón (no pregunten por qué). Lo saqué y pasé el cuchillo por su mejilla.
Como era de esperarse, ella no tuvo reacción por su condición, pero lágrimas por sus ojos comenzaron a caer.
- Rai, no lo hagas por favor. - comenzó a rogar, pero estaba tan sumisa en mis pensamientos sobre vengarme que no le preste atención.
- Tienes una condición que hace que no sientas dolor, ¿cierto? entonces no te dolerá. - sonreí sin humor cuando le clavé el cuchillo en la frente.
Angie comenzó a gritar, entonces rápidamente le di puñaladas en el estómago. Por su boca comenzó a salir sangre, sonreí malévolamente.
- Esto es lo que te ganaste por meterte con algo que es mío. - di una última puñalada en su cuello, para luego caer en el suelo y convulsionar.
Me quedé parada mirando la imagen de Angie, ver el cuerpo de mi supuesta "mejor amiga" tirado enfrente de mi, era algo, raro.
Mi mirada se dirigió a Alondra, la cual aún estaba jadeando por haber tenido ese tipo de contacto.
Me acerqué a ella, con una mirada profunda, la tensión se sentía en el aire.
- Eres una maldita zorra. - le escupí en la cara.
- Y-Yo, no fue l-lo que piensas.. - suspiraba, con su típica mirada sumisa.
- Te entregaste a Angie, eres igual de zorra que ella. - la tomé del cabello tirándola al suelo, haciendo que se tropezara y se lastimara.
- Auch.
Tome el cuerpo de Angie, enseñándoselo a Alondra.
- Esto es lo que pasará a cualquiera que te toque, porque tú, eres mía. ¿¡Cuando vas a entenderlo!? - comencé a gritarle.
Alondra solo me miraba horrorizada por la imagen, yo con las manos llenas de sangre al igual que manchas en mi cara de ese líquido rojo.
La mirada de la rubia se perdió, ella solo me miraba asustada, temiendo por su vida, si supiera lo que estoy apunto de hacerle.
- Haré que este día sea inolvidable para ti, hoy no tendré piedad contigo, me has traicionado y a las traicioneras se les castiga.
Tire el cuerpo de Angie lejos. Tome a Alondra del cuello y comencé a estrangularla, le coloqué un collar y luego tomé sus muñecas para ponerle unas esposas.
Alondra ya estaba desnuda, así que no tenía porque desvestirla, pero en este momento mi sangre hervía de celos.
- No puedo creer como esa hija de puta tocó tu maldito coño, algo que me pertenece.
Le pegue un fuerte golpe en el ojo, el cual al contacto se hinchó, le di otro aún más fuerte y así sucesivamente.
Deje de golpearla cuando su ojo se puso morado al punto de no poder abrirlo.
- R-Rai, no lo hagas... - sus palabras se fueron cuando le di otro golpe en su estómago.
Rápidamente se sofocó, llevó ambas manos a su barriga para cubrirse, solo podía retorcerse de dolor.
Mientras miraba esa escena, me desabroche mi pantalón, me quité mi correa y la tomé en mis manos.
- Esto por traicionarme. - levanté la correa lista para golpearla, y la golpe en su trasero. Vi como le quedaban marcas notorias.
Alondra solo lloraba y suplicaba que parara, pero yo no lo hacía, yo seguía con mi mentalidad de castigarla.
Hasta que sentí que fue suficiente, le di un último tirón de su cabello y luego la solté, le escupí en la cara y luego me retiré.
- Maldita perra.
Estaba en el borde de la locura y Alondra pagó eso.
Ay, me encanta hacerlos sufrir.
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YOU'RE MINE
FanfictionCada paso, cada mirada, cada respiración es mía. No hay rincones donde puedas esconderte, no hay libertad fuera de mi control. Te amo, te poseo, y jamás dejaré que escapes. Eres mía, Alondra, ahora y siempre. Siempre le suplicaba que me dejara ir. Q...