Capítulo 25: El peso del avismo

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Lo único que rompía el silencio era un goteo incesante de agua que parecía venir de la zona oscura que lindaba con la gran habitación en la que estaban, pasaron las horas, y todos parecían dormir, todos menos Lysander, quien permanecía en una mesita bajo una luz lúgubre, leyendo uno de los libros que Zael había traído consigo. V se quedó observando a Chloé mientras dormía; ella era la única persona que le inspiraba confianza desde el principio, parecía la bondad hecha persona, y solo mirarla le aportaba tranquilidad.

Al girarse, V se dio cuenta de que Axel no estaba dormido. Él lo miraba con recelo y desconfianza. V se incorporó en su cama y, aunque en otras circunstancias hubiera preferido guardar silencio, esta vez la incomodidad lo impulsó a hablar.

-¿Qué pasa, Axel?

Axel se volteó sin decir nada, como si intentara dormirse sin responderle.

Lysander, quien había notado que V estaba despierto, le hizo un gesto para que se acercara. V sintió de nuevo esos nervios que siempre lo invadían cuando algo importante estaba a punto de suceder, y se levantó lentamente para acercarse a él.

V se sentó en la otra silla que había en esa pequeña mesa donde Lysander estaba inmerso en su lectura y se quedó mirando el libro. Por los dibujos, parecía que trataba sobre algo muy antiguo: una guerra que no lograba entender entre seres celestiales. Lysander pasaba las páginas con cuidado, hasta detenerse en una en la que se veía una figura, un ángel envuelto en llamas. Entonces miró a V detenidamente.

La respiración de Lysander era entrecortada; parecía costarle respirar, quizá por la edad, pero de vez en cuando lucía visiblemente fatigado.

-Tu madre... no se merecía lo que le pasó. Pocas personas eran tan buenas como ella... fue una mártir. No merecía el final que tuvo ni lo que le ocurrió antes. Dijo Lysander, apesadumbrado.

Lysander guardó silencio por un instante, y luego, con un suspiro, añadió:

-Para que lo entiendas todo, empezaré desde el principio. Es lo que ella hubiera querido.

-Hace mucho tiempo, cuando la vida humana apenas comenzaba, una rebelión estremeció el cielo. Para entenderla, debes conocer la estructura de los seres divinos.

-Los ángeles son los de menor rango, mensajeros y guardianes cercanos a la humanidad. Luego están los arcángeles, guerreros poderosos que protegen y entregan mensajes importantes. Sobre ellos están los tronos, que guían a las naciones y mantienen el equilibrio en el mundo.

-Más arriba encontramos a los querubines, guardianes de la sabiduría y secretos divinos, rodeando el trono del Altísimo. Y, en la cima de todo, están los serafines. Son los más elevados, consumidos en fuego y devoción eterna. Algunos de los seres que se rebelaron buscaban esa gloria... y por eso cayeron.

V lo miró, pensativo, antes de preguntar:

-Entonces, ¿ese ser que me encontré en las catacumbas es...?

Lysander lo interrumpió:

-Ithuriel fue enviado para acabar contigo, V -dijo, mirando con gravedad-. Ya lo derrotaste, pero no te confíes. Su presencia es una señal de lo que está por venir. Ithuriel es un ángel, V, uno de los guerreros fieles al Altísimo, y alguien o algo ha decretado tu destrucción. Si uno como él fue enviado, significa que el cielo no piensa detenerse hasta verte eliminado.

Lysander hizo una pausa, como si recordara antiguas historias cargadas de oscuridad.

-El primero en caer al infierno de entre esos seres fue Lucifer. Era un serafín, seguramente uno de los más poderosos. Cayó por tentar a la humanidad y llevarla a la corrupción. Tras él, otros ángeles cayeron... pero hubo uno que no fue enviado al infierno como castigo, sino que fue destinado a ejercer allí la voluntad divina. Ese arcángel fue abandonado con el tiempo, olvidado en las profundidades por el Altísimo. Era un arcángel de la muerte y la destrucción. Al verse despojado de todo vínculo con lo divino, se vio obligado a sobrevivir, y poco a poco sucumbió a la oscuridad. De ese abandono nació un rencor eterno contra lo divino, una ira que lo consume hasta hoy.

V el origen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora