Un nuevo propósito (parte 3)

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- Narra Ballister -


Sabía que ya era de día, mis ojos se negaban a abrirse y sentía que mi cuerpo pesaba mucho, era como si hubiese trabajado tres días seguidos sin parar; cuando por fin pude abrir los ojos me percate que estaba en el cuarto de Ambrosio, traté de sentarme pero ese mínimo movimiento hizo que sintiera un dolor intenso en mi cadera, no pude evitarlo y grite de dolor; escuché como la puerta se abría y ví a Ambrosio entrar.



- ¡Bal! ¿¡qué sucede!? ¿¡estás bien!?

- Agh, tranquilo, estoy bien, solo me siento algo entumecido.

- Oh, claro, despacio, debe dolerte mucho- me ayudó a sentarme, me acompaño y luego de eso hubo un gran silencio, se estaba volviendo algo incómodo-

- ...

- ...

- Oye... ¿estás bien con lo que pasó anoche?

- ¿Anoche?... ¡Hah!



Recordé todo lo que pasó, nuestras confesiones, el calor del momento y sobre todo... cómo nos entregamos el uno al otro, creo que fue demasiado para mí, fueron tantas veces que después de un tiempo ya no sabía que estaba pasando, pero a parte de eso... sabía que lo que estaba sintiendo estaba cargado de mucho cariño, por más intenso que fuese, no se sentía como un acto solamente carnal.



- Parece que lo recordaste... ¿cómo te sientes?

- Estoy bien.

- ¿Seguro?

- Claro que sí.

- Entonces trata de levantarte sin retorcer tu cara del dolor- me estaba retando así que lo intenté, pero me era imposible no sentir dolor, al ver que me costaba mucho me brindo su ayuda- je, sabía que fui muy duro contigo.

- Eso... eso yo...- me sentí algo avergonzado, aunque no fue mi primera vez nunca antes había sentido este tipo de presión en mi cuerpo- ... no estuvo mal, para nada de hecho, es solo...

- ¿Qué?

- Qué jamás había pasado con un alfa en celo.

- Oh, bueno tiene sentido... dejame llevarte al baño, hice lo que pude pero necesitas lavarte por tu cuenta- con dificultad empecé a caminar y me dejó en el baño- te dejaré ropa aquí afuera, te esperaré en el comedor para desayunar.

- Seguro- con ello se fue dejándome solo, me quite la pijama y me ví en el espejo, tenía muchas marcas suyas en mi piel- ... vaya... en verdad sucedió...



Seguía sin creerlo pero las evidencias eran claras, este dolor y todas estas marcas son reales, pero aunque hice lo mismo que con mis otras parejas... no me sentí triste desde el momento que me tocó... después de tantas rupturas, ese tipo de relación me recordaba vividamente la tristeza del momento, pero lo que sentí con Ambrosio... fue lo más maravilloso que he experimentado en mi vida.

Me baje de las nubes por un momento y me dirigí hacía la ducha, mientras el agua caía sobre mi a los pocos segundos pude sentir algo espeso bajar por mis piernas, me sonroje mucho porque sabía perfectamente lo que era, empecé a lavarme pero parecía no acabar.

"Goldenheart Histories"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora