Bienvenida - Final

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Sentía que estaba en un lugar suave, tal vez una cama y al mismo tiempo escuchaba el ruido del equipo médico pero más importante escucho el llanto de su esposo. Este estaba a su lado tomando su mano... la única que le quedaba, lo escuchó cuando el médico le informó de su estado.




- El trauma fue muy grave, tanto que no pudimos salvar su brazo, y el golpe en su cabeza llegó a tal magnitud que cuando llegó aquí el ya estaba en coma.


- Por Gloriana... todo esto es mi culpa... Ballister, si me oyes por favor perdóname, en verdad lo siento, ¡no debí tragarme todas esas palabras!

- (Ambrosio, por favor esto no es tu culpa, ya no llores, te perdono, por favor detente... Maldición no puede oírme)



El médico salió del lugar dejando a la pareja a solas, mientras Ambrosio se disculpaba con su delicado esposo, también se despedía de el ya que el tiempo de visita había acabado.

Cuando se fue del hospital las visitas al orfanato cesaron, mientras Ambrosio visitaba a su marido en ocasiones solía pensar en que habrá sido de la niña, dejaron de visitarla por más de mes y medio y el sabía que Nimona no hablaba ni interactuaba con nadie más que con su esposo, no pudo evitar sentir pena por ella, al siguiente día paso su mañana sentado en una banca de un parque cercano con el objetivo de matar el tiempo hasta la hora de su visita al hospital, de repente pensó en todo lo que sucedía a alrededor.




- Hah... todo... se está derrumbando, por mi culpa mi esposo está en coma, es mi culpa que haya perdido un brazo... es mi culpa que haya pasado meses sintiéndose triste por mi insistencia para no adoptar a la niña... es mi culpa que ella también este sufriendo... Nimona... perdóname... lo siento pequeña...


- ¿Mmm? ¿P-porqué?

- ¡Eh! ¿N-Nimona? ¿que haces aquí?- la niña estaba escondida detrás de la banca, sorprendido por verla tan lejos del orfanato trato de levantarla pero ella se negó-

- Y-yo, no quiero, no.

- Oh amm cierto, sabes... no debes tenerme miedo.

- Usted no me asusta, pero se que tu me tienes miedo- ante su respuesta no pudo negar que tenía razón, vió como sus manos empezaban a temblar- ves, yo te asusto.

- Nimona... yo no te tengo miedo.

- ¿Y si hago esto?- dijo para transformarse en un gato- ¿aún te asusto?

- Emm... sabes, ahora que te veo de cerca... te ves muy adorable- dijo para sonreírle y para su sorpresa sin miedo alguno- (vaya, no... le tengo miedo) ¿me dejas cargarte?



La niña aún con dudas se le acercó poco a poco, una vez cerca de sus manos cambio a su forma humana y dejo que el la alzara, con la niña en sus manos la cargo, la acercó a su pecho y la abrazo, una vez lo hizo sintió felicidad pura, la pequeña no dijo nada solo lo abrazo de vuelta sonriendo y sintiéndose muy a gusto en los brazos de su ahora nuevo amigo.



- (Ballister tenía razón, puedo sentirlo, ella... ella es...) N-Nimona... lo siento... en verdad lo siento- dijo empezando a llorar, darle una oportunidad era todo lo que necesitaba para asegurarse de que la pequeña era su hija, sintió mucho arrepentimiento sobre sus acciones, sus lágrimas salían y salían y la niña solo se limitaba a abrazarlo más fuerte-

- ... Estás muy triste ¿que pasó? ¿te duele algo?- pregunto inocentemente-

- Yo emm, bueno... si estoy triste, cometí muchos errores y por eso lastime a tu amigo... y también te lastime a ti...- la niña lo escuchaba y logró entender lo que dijo, de cierto modo era verdad ella también se sentía triste-

"Goldenheart Histories"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora