—Pues te lo advierto... —le susurraste, manteniendo tu sonrisa divertida—. Cuando me recupere, no pienso dejarte descansar en toda la noche. Voy a asegurarme de que no puedas quejarte de nada.
Levi arqueó una ceja, y aunque su rostro mantenía su expresión seria, el leve brillo en sus ojos revelaba una mezcla de sorpresa y diversión.
—¿Ah, sí? —murmuró, cruzando los brazos y mirándote con esa intensidad que tan bien conocías—. Primero recupérate, cabeza dura. No voy a permitir que te esfuerces ahora... ni que me vuelvas loco después.
Sonreíste, notando cómo sus palabras, aunque disfrazadas de advertencia, llevaban un trasfondo de genuino afecto. Podías ver que el tiempo que habían pasado juntos, cuidándote y compartiendo cada momento, lo había hecho suavizar esa coraza suya, y lo decías en serio: cuando estuvieras bien, no pensabas dejarlo en paz.
—Estaré esperando —murmuró, su tono bajo y seguro—. Pero hasta entonces... soy yo quien manda.
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Mientras te recuperabas en casa, Levi llegó un día con los brazos cargados de bolsas de comida, dejando los suministros en la cocina con su característico aire de eficiencia. Notaste que su expresión estaba más concentrada de lo habitual, como si estuviera organizando sus pensamientos antes de hablar.
—Voy a estar fuera unos días —te dijo finalmente, mirándote con una seriedad que solo empleaba en los momentos más importantes—. Tenemos una misión en marcha. Estaré entrenando a Eren para que domine su habilidad de cristalización. Queremos ver si puede replicarla... y cerrar las brechas en las murallas.
Sus palabras te sorprendieron; hasta ahora, la capacidad de cristalización solo se había visto en los titanes enemigos. Si Eren lograba dominar ese poder, podrían salvar la ciudad y proteger a la humanidad de una manera que antes parecía imposible.
—Así que... ¿Eren podría cerrar los muros por completo? —preguntaste, imaginando el impacto que eso tendría en todos. Cerrar las brechas significaba ganar tiempo, y tal vez una oportunidad real de supervivencia.
Levi asintió, aunque su expresión permanecía sombría.
—Esa es la esperanza —dijo—, pero no sabemos cuánto tiempo llevará o si Eren realmente puede hacerlo. Necesitará todo el entrenamiento que podamos darle. Y habrá riesgos.
Guardó un momento de silencio, mirándote como si evaluara si debía decir algo más.
—Hay otra cosa que debes saber... sobre Christa —continuó Levi, con una mirada seria—. Su verdadero nombre es Historia Reiss. Es parte de la familia real.
La revelación te dejó perpleja. Christa... o Historia, la chica tímida y reservada a quien todos veían como una aliada tranquila, en realidad pertenecía a la familia que, en secreto, regía la estructura de poder dentro de las murallas.
—¿La familia real? —repetiste, intentando procesar lo que eso significaba—. Entonces, ella...
—Ella es clave para entender la verdad de lo que ocurre detrás de las murallas —respondió Levi—. La historia que nos han contado ha sido manipulada por generaciones. Historia tiene un papel en todo esto, y el comandante Erwin cree que podría ser crucial para desentrañar el verdadero poder de los titanes.
Sabías que este descubrimiento era monumental. Historia llevaba consigo respuestas y secretos que podían cambiar el rumbo de la guerra, y el hecho de que Erwin confiara en ella como pieza central significaba que, con su ayuda, podían estar más cerca de la verdad.
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LEVI X TU
RomanceTú y Levi sois los mejores amigos desde que teníais cinco años. Él se preocupa mucho por ti y te quiere, pero no lo confiesa ni lo demuestra porque tiene miedo al rechazo. Sólo es amable contigo, pero con los demás es un hombre frío.