CAPITULO 24

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Dos días después, la atmósfera en la ciudad era completamente diferente. Con la caída de la familia real falsa y la verdad finalmente revelada, Historia, ahora reconocida como la legítima heredera del trono, sería coronada como reina. La coronación era más que un simple cambio de poder; simbolizaba un nuevo comienzo, una promesa de esperanza para todos los que vivían dentro de las murallas. A pesar de la incertidumbre y el peligro aún presente, la gente encontró un respiro en ese rayo de esperanza.

Aprovechando la ocasión, tus compañeros habían decidido organizar una fiesta en tu honor, tanto para celebrar tu despedida oficial de la Legión como para festejar la llegada de la nueva vida que llevabas contigo. El anuncio de tu embarazo había sido una sorpresa para muchos, y la noticia llenó de alegría a quienes te habían acompañado en cada misión, batalla y sacrificio.

La fiesta se celebró en uno de los salones del cuartel de la Legión, donde los soldados habían decorado el espacio con pequeñas luces y algunas guirnaldas improvisadas, aportando un toque de calidez y humor. 

El ambiente en el salón de la guarnición de la Legión estaba cargado de risas, bromas y camaradería. Al entrar junto a Levi, fuiste recibida con abrazos y gritos de felicitación. Hange, con su energía desbordante, fue la primera en acercarse, ofreciéndote un abrazo tan fuerte que por un momento temiste por tu herida. Mikasa y Armin te sonrieron desde el fondo, compartiendo una mirada de complicidad que solo unos pocos podían entender.

—¡Por nuestra futura madre Ackerman! —gritó Hange alzando una copa en tu honor, con una sonrisa tan amplia y genuina que no pudiste evitar reírte.

—No seas tan dramática, Hange... no ha cambiado tanto —murmuró Levi a tu lado, aunque una pequeña sonrisa asomaba en sus labios. Había optado por mantenerse cerca de ti toda la noche, observando a cada uno de tus compañeros y amigos mientras te felicitaban y bromeaban.

Jean, Sasha, Connie y los otros cadetes de la 104 también se acercaron para ofrecer sus buenos deseos y algunas bromas sobre la vida familiar que estabas a punto de comenzar.

—Entonces, ¿tendremos otro Ackerman patrullando dentro de unos años? —preguntó Jean, lanzándote una mirada divertida.

—Bueno, es probable —respondiste, riéndote junto a ellos—. Pero espero que para entonces no tenga que preocuparse de titanes.

—Entonces... ¿vas a enseñarle a luchar? —preguntó Connie, alzando una ceja mientras te miraba y luego lanzaba una mirada divertida a Levi—. Porque si es así, ese niño va a ser imparable.

Levi resopló, cruzándose de brazos mientras intentaba mantener su expresión seria.

—Imparable, seguro —respondió él, con tono seco—. Pero esperemos que al menos herede algo de sentido común.

—Oh, ya veo —rió Jean, lanzando una mirada a Connie—. Quiere que el bebé se parezca a él. ¿No lo niegues, capitán.

Te reíste ante los comentarios de ambos, mientras Levi rodaba los ojos, aunque no sin cierta diversión.

—¿Y tú qué dices? —preguntó Hange, que se había acercado, claramente disfrutando de la conversación—. ¿Qué crees que le enseñará primero?

—Bueno... con Levi como padre, dudo que vaya a crecer sin saber pelear —dijiste, mirando a Levi con una sonrisa—. Pero espero que también aprenda algo de paciencia y... de empatía —añadiste, dándole un ligero codazo.

Levi soltó una breve risa y sacudió la cabeza.

—Ya veremos qué hereda —respondió, mirándote con una mezcla de cariño y algo que parecía orgullo.

LEVI X TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora