CAPITULO 37

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A lo largo de ese mes, Haru también comenzó a mostrar su amor por las palabras. "Papá" y "mamá" se habían convertido en algo habitual, y poco a poco se sumaban palabras nuevas: "luz", "agua" y hasta un intento de "Hange" que provocó la risa de todos.

Para el primer cumpleaños de Haru, decidisteis organizar una pequeña pero especial celebración en casa. Alrededor de la mesa, adornada con un par de flores y algún adorno sencillo, se reunieron vuestros compañeros más cercanos: Hange, Armin, Sasha, Jean y algunos miembros más de la Legión. La sala se llenó rápidamente de risas y regalos envueltos en papel colorido, todo para celebrar el primer año de Haru.

Sasha, como siempre, había llegado con una tarta casera, cubierta de crema y frutas, perfecta para la ocasión. Haru, sentado en su pequeña sillita, miraba la tarta con los ojos bien abiertos, asombrado por el tamaño y los colores. En cuanto Sasha se la acercó, Haru alzó una mano curiosa, tocando la crema y llevándosela a la cara en un intento por probarla.

Las carcajadas llenaron la habitación cuando Haru terminó con la carita llena de crema, mirándote con una mezcla de confusión y felicidad.

—¡Haru, parece que tú eres la decoración de la fiesta! —bromeó Hange, riéndose mientras tomaba un pañuelo para ayudar a limpiarlo.

Jean, que observaba la escena divertido, añadió:

—Definitivamente va a ser el más adorable de todos nosotros. Yo también quiero crema en mi cara si eso me da esa sonrisa.

—¿Tú crees que eso te servirá para ligar más, Jean? —dijiste con una sonrisa burlona—. ¿O necesitas una mamá que te limpie también?

Las risas estallaron a tu alrededor, y Jean, fingiendo estar ofendido, se cruzó de brazos.

—Oye, oye, no necesito ayuda para eso —protestó, tratando de mantener la dignidad mientras el resto de los presentes reía a carcajadas—. Aunque... si sirve para que me traten con el mismo cariño que a este pequeño, no lo descartaría.

—Ah, claro —dijo Hange, lanzándole una mirada divertida—. ¿Qué opináis? ¿Le buscamos una niñera o alguien más adecuado?

Sasha, riendo mientras limpiaba la carita de Haru, añadió:

—Bueno, eso no sé, ¡pero al menos Haru tiene una buena excusa! Tú, Jean, creo que estás a años luz de ser tan adorable como él.

Jean se encogió de hombros, rendido ante las risas, y terminó uniéndose a las bromas. Haru, ajeno al bullicio a su alrededor, soltó una risita encantadora al ver tanta atención puesta en él.

Levi, que hasta ahora observaba la escena en silencio, miró a Jean y, con su habitual tono seco, comentó:

—Déjalo, que con esa actitud no necesita ayuda. Si no se las arregla solo, siempre tendrá tiempo para aprender de Haru.

Todos rieron ante la respuesta de Levi, y Jean rodó los ojos, sabiendo que no podía ganar esa ronda. 

Armin se acercó a ti con una sonrisa cálida.

—Es increíble ver lo mucho que ha crecido —dijo, observando a Haru mientras jugueteaba con la crema en sus manitas—. ¿Os imagináis cómo será de aquí a unos años?

Te reíste, lanzando una mirada a Levi.

—No estoy segura, pero, viendo su energía... seguro nos va a mantener ocupados.

Levi asintió, todavía con la vista en Haru.

—No me importa, siempre que sea feliz.

La tarde transcurrió en una armonía sencilla y cálida, entre bromas y recuerdos compartidos. Mientras los demás se turnaban para cargar y jugar con Haru, tú y Levi os encontrasteis un momento para observar la escena desde la distancia, con las manos entrelazadas. Ver a vuestro hijo rodeado de personas que le querían y que formarían parte de su vida os llenó de un sentimiento de gratitud y alegría profunda.

LEVI X TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora