Al llegar el postre, me costó terminar mi crepa. Era tarde. El restaurante casi se había vaciado de todos sus clientes muy discretos.
—Voy a tener problemas mañana en la mañana para los ensayos —bromeó Eliel—. He comido y bebido demasiado.
Con el rostro cansado, pasó una mano por su cabello negro y suspiró. Nuestras miradas se cruzaron nuevamente. Hábilmente, cambió de tema.
—Creo que es hora.
Su voz era débil, incierta. Leía en sus ojos cierto cansancio.
—¿Hora de qué? —logré preguntarle a pesar de mi confusión.
Extendió hacia mí su brazo sobre la mesa. Bajé la cabeza y fijé mi vista en su mano entreabierta. Nuevamente, me costaba respirar. La ansiedad contraía los músculos de mi cuello.
—Una cena a solas no será suficiente —declaró como si intentara convencerse a sí mismo.
Intenté mostrar una expresión alegre cuando deslicé mi mano temblorosa en la suya. Con una mezcla de incomodidad y torpeza, la envolvió lentamente, haciendo que los latidos de mi corazón explotaran de inmediato. Con la mirada siempre hacia abajo, me negué a mirarlo. Con las mejillas enrojecidas, la cabeza cada vez más pesada, no podía pronunciar una sola palabra. Era la primera vez que compartía un contacto físico con un hombre. Y tenía que ser él.
—Lo siento —murmuró—. Me gustaría que este momento fuera lo menos desagradable posible para ti. Los paparazzi necesitan estas fotos.
Con dificultad, tragué saliva y me obligué a sonreír antes de levantar la vista hacia él.
—Está bien —mentí.
Eliel parecía tener dificultades para creerme. Inclinó la cabeza y luego intentó relajar el ambiente:
—Danbi me va a matar cuando vea las fotos mañana. Es muy celosa por naturaleza.
Una pregunta me cruzó la mente en ese momento:
—¿No tienes miedo de que tu agencia lo arruine todo entre ustedes?
Él soltó un suspiro y miró hacia otro lado. Su expresión había vuelto a cambiar. Bajo la mesa, sentía su pierna moverse. Su apariencia impecable desde el comienzo de la cena comenzaba a resquebrajarse. Detrás de la deslumbrante fachada se ocultaba un hombre lleno de secretos sofocantes que nunca revelaría.
—Haré todo lo posible para mantener a Danbi lejos de la locura y el acoso mediático. Lograremos superar todo esto. Mientras sigamos juntos, todo estará bien. Ella es el centro de mi felicidad.
Esas palabras me conmovieron por lo sinceras que eran.
—Tienes razón. Creo que en la vida debemos luchar por lo que realmente queremos. Las cosas acabarán por arreglarse.
Con mi mano todavía en la suya, asintió con la cabeza para aprobar mis palabras.
Afuera del restaurante, me sorprendí al descubrir dos vans negras, una de las cuales me esperaba. Me volví hacia Eliel, que adivinó mis pensamientos:
—Es tarde y hemos bebido. Uno de nuestros choferes te llevará.
Dudé un momento antes de dirigirme al vehículo. No saber qué tenían planeado para mí al día siguiente me incomodaba.
—Tendremos que vernos a menudo en los próximos días. ¿Tú o la agencia se pondrán en contacto conmigo?
—¡La agencia! No tenemos permitido contactarnos directamente.
Parte de mí se sintió aliviada con esa respuesta. Imaginar recibir un mensaje o una llamada de su parte era demasiado... extraño. Satisfecha, le deseé una buena noche antes de girarme hacia la van. Finalmente, iba a ser libre. No tuve tiempo de dar un paso antes de que Eliel me atrajera hacia él. Desequilibrada, me encontré en sus brazos, donde la fragancia de su perfume me mareó. Un segundo después, sus labios se posaron delicadamente en mi frente. Contuve la respiración. Fuera del tiempo, ya no sentía el suelo. Los paparazzi tenían su exclusiva para mañana y yo, algo con qué alimentar mis sueños esta noche.
—Buenas noches —susurró.
Impactada, avergonzada, no levanté la mirada. Giré sobre mí misma, con las mejillas ardiendo, y me apresuré a subir al vehículo, con el corazón latiendo a mil por hora.
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Fake Love : K-Pop romance [versión español]
RomanceEliel es una estrella mundial del K-Pop. Su físico perfecto y su sonrisa arrolladora vuelven locas a sus fans. Destaca dentro de su grupo, Duskfire. Bora, de 20 años, sueña con convertirse en actriz. Casi en la calle, encadena audiciones sin éxito y...