El famoso apego evitativo (sí, hablamos de ti)
¿Alguna vez te ha pasado que alguien se quiere acercar emocionalmente a ti y tú como que... mejor te haces la que está ocupada viendo tu serie favorita? O quizás piensas: "¿De verdad necesito a alguien para ser feliz? Nah, mejor sola que mal acompañada." Bueno, amiga, te presento al famoso apego evitativo. Las personas con este tipo de apego son expertas en la distancia emocional. No es que no quieran a la otra persona, sino que tienen este "talento" especial para mantener todo bajo control y no dejar que nadie se acerque demasiado. ¿La razón? El miedo a la intimidad y a ser vulnerables. Vamos, que prefieren tener su independencia antes que arriesgarse a sufrir. ¿Cómo identificarlo? Si sientes que: Te sientes súper incómoda cuando alguien quiere profundizar en una relación. Prefieres resolver todo tú sola, porque eso de depender de alguien suena... agotador. Evitas las peleas como si fueran virus, porque hablar de emociones no es lo tuyo. ¡Enhorabuena! Puedes estar lidiando con el apego evitativo.
¿De dónde viene todo esto?
Esto viene de la infancia, como casi todo. Si cuando eras pequeña tus papás o cuidadores no estaban mucho presentes emocionalmente, es muy probable que hayas aprendido a depender solo de ti misma. ¿Resultado? Te convertiste en una adulta que mantiene todo bajo control (o al menos lo intenta) y que huye de la intimidad como si fuera una película de terror. El impacto en las relaciones (y cómo no morir en el intento) En el mundo de las relaciones amorosas, el apego evitativo es como el amigo que no sabe cuándo soltar una broma. Puedes querer mucho a tu pareja, pero cuando se acerca demasiado, pum, te alejas. Muchas veces, las personas con apego evitativo terminan con parejas que tienen apego dependiente (o sea, lo opuesto), y ahí empieza el show: una persona quiere cercanía y la otra quiere más espacio. ¿Cómo empezar a soltar ese patrón? Aquí van algunos consejitos: Reconoce tus patrones: Lo primero es darte cuenta de cuándo te estás distanciando. Porque, spoiler, no siempre es culpa de los demás. Abrirte a la vulnerabilidad (sin morir en el intento): ¡Sí, lo sé! Ser vulnerable suena aterrador, pero es clave. No tienes que compartir todo de golpe, pero sí empezar poco a poco a dejar que los demás te conozcan de verdad. Busca ayuda si es necesario: A veces, hablar con un terapeuta puede ser la mejor manera de manejar estas emociones y encontrar un equilibrio entre ser independiente y conectar emocionalmente con los demás. El apego evitativo puede hacer que parezcas una experta en independencia (y en huir de la intimidad), pero con algo de trabajo personal puedes construir relaciones más equilibradas. ¡Vamos, que no todo está perdido!
Dependencia emocional (o cómo pegarnos como chicle a alguien)
Ah, la dependencia emocional, también conocida como el "pegamento invisible" que te hace querer estar cerca de alguien todo el tiempo. ¿Te has encontrado alguna vez sintiéndote inquieta porque tu pareja no te respondió el mensaje en cinco minutos? ¿O tal vez sientes que, si esa persona no está cerca de ti, el mundo se desmorona un poco? Bueno, bienvenida al mundo de la dependencia emocional. ¿Cómo identificarlo? Si esto te suena familiar, es posible que tengas dependencia emocional: Estás constantemente preocupada de que la otra persona te abandone o te deje de querer. Tus emociones dependen en gran parte de cómo te trata tu pareja (si está bien contigo, tú estás bien; si no, tu día se arruina). Sientes que tu felicidad depende de esa persona y te cuesta sentirte bien cuando no está cerca. ¿De dónde viene todo esto? Como casi todo, la dependencia emocional tiene sus raíces en la infancia. Si tus padres o cuidadores no te brindaron suficiente seguridad emocional o si sentías que el amor y la atención eran condicionados, es posible que hayas aprendido que para sentirte segura necesitas estar pegada a alguien más. En pocas palabras, es como si tu cerebro dijera: "Si no tengo a alguien cerca, no estoy a salvo".
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"21 días: Una guía para mujeres": "Resetea tu corazón"
SpiritualYa terminaste con ese hombre. Ahora te toca recomponerte, volver a ser tú. ¿Te has cansado de llorar o aún tienes ganas de seguir sufriendo? Porque sí, ya sé que olvidar a alguien que quisiste mucho es difícil. Pero aquí va el primer punto: olvidarl...