DAY 1

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Día 1: Reconocer el Dolor

Hoy es el primer día de este viaje de 21 días, y quiero que empecemos por lo más importante: reconocer el dolor. A veces, tratamos de evitarlo, de distraernos, de hacernos las fuertes. Pero la realidad es que el primer paso para sanar es admitir lo que sentimos, sin culpas ni máscaras. Es completamente normal que te sientas herida, enojada, o incluso confundida. Estos sentimientos son parte del proceso. No tienes que esconderlos ni tratar de minimizarlos. Reconocer el dolor te permite liberarlo poco a poco, en lugar de dejar que te consuma por dentro.

Ejercicio del día:

Hoy vamos a liberar esas emociones que llevas acumuladas. Quiero que escribas una carta donde expreses absolutamente todo lo que sientes sobre la ruptura. No te censures ni te detengas a pensar si está "bien" o "mal". Simplemente, deja que las palabras fluyan desde tu interior. Escribe sobre: Lo que más te duele. Lo que te gustaría haber dicho o hecho. Cualquier frustración, enojo o tristeza que llevas dentro. Esta carta no la va a leer nadie más que tú. Y si quieres, una vez que la termines, puedes guardarla o destruirla (quemarla o romperla en pedazos, si te hace sentir mejor). Recuerda: puedes quemar la carta, no a él (aunque a veces quisiéramos, ¿verdad?). No importa lo que hagas con ella, lo importante es que uses este espacio para sacar fuera esas emociones que te están pesando.

Reflexión del día:

Hoy has dado un gran paso. Reconocer lo que sientes y escribirlo es una de las formas más poderosas de liberación. No tengas miedo de lo que escribas, porque este ejercicio es solo para ti. Mañana, cuando te levantes, sabrás que has soltado un poco más de ese peso que llevabas dentro.

Te voy a contar algo:

porque sé lo importante que es ser honesta en este proceso. Estuve muchos años en un lugar oscuro, donde saqué la peor versión de mí. Comencé a tener episodios de ansiedad y ataques de pánico, y esto sonará loco, pero todo esto empezó antes de siquiera terminar la relación. Lo peor de todo es que no tenía ni idea de que lo que estaba experimentando eran ataques de pánico. Al principio, pensaba que simplemente había enfermado de los pulmones porque me faltaba el aire. Llegué a ir a doctores, quienes me decían que todo estaba bien, pero dentro de mí algo me gritaba: "¿Entonces por qué siento que me falta el aire, que todo me da vueltas, que no puedo respirar?". Sentía que me iba a desmayar sin terminar de hacerlo. Pasé mucho tiempo sin saber qué era lo que me sucedía. Genuinamente llegué a pensar que me estaba volviendo loca. Así pasé un año completo, en esa incertidumbre. Hasta que un día, por casualidad, vi el video de una chica en YouTube que hablaba de cómo estaba saliendo de una depresión. Cuando mencionó los síntomas de sus ataques de pánico, fue como una revelación para mí. Me di cuenta de que lo que me pasaba tenía un nombre. Sentí un peso gigante desaparecer cuando supe qué era lo que me sucedía. Y por eso insisto tanto en reconocer nuestras emociones. Ponerles nombre, entenderlas, nos da una fuerza increíble para manejarlas mejor y, finalmente, superarlas.

"Recuerda, si te dan ganas de escribirle... ¡Escribe en el cuaderno, no en WhatsApp!"

"21 días: Una guía para mujeres": "Resetea tu corazón"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora