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Comodidad.
Alissa.
Mi cabeza reposa en su pecho desnudo, mientras el acaricia mi cabello y el sonido del agua acompaña la noche fría.
La luz de las velas ilumina el interior de la cueva, y las olas tibias bañan nuestros pies. Y la brisa nocturna trae el aroma del mar, que se fusiona con el olor de nuestras pieles. Cierro los ojos y siento cómo me inunda su aroma disfrutando de todas las sensaciones.
El aire esta cargado de la fragancia del mar. El sonido de las olas es constante, como si hubiera una partitura eterna en el aire. Y el viento trae una sensación fresca a nuestros rostros.
Por lo que me siento cómoda a su lado.
Es increíble como sus carisias me tranquilizan pero sus besos me quitan la paz llevándome a un abismo de deseo desenfrenado. Algo que nunca había experimentado con nadie.
Sus dedos trazan círculos sobre mi piel, y dejan estremecimientos de calor a su paso. Sus labios se acercan a mi cuello, mis sentidos están abiertos, y mi corazón se alza y se pone a mil. Siento su calor. Noto la tensión. Y me abrazo a la locura de sentirme viva.
Un escalofrío recorre mi cuerpo, y noto un dolor agradable en la zona del pecho, como una trampa del placer. Mis dedos buscan su cabello, y siento su textura. Y su aliento caliente me mantiene cautiva.
No puedo contenerme, mi cuerpo está al borde de la locura. Todo mi ser se encuentra seducido por sus manos, su boca. Y por esos ojos grises que me vuelven loca.
Solo quiero sentirlo, quiero condenarme a amarlo, sin poder alejarme de el. Quiero volverme adicta a su ser.
El parece leer mis pensamientos y luego de sonreírme con malísima besa mis labios con un deseo palpable por parte de ambos, yo hundo mis manos entre sus cabellos y el muerde mi labio con delicadeza.
—Creo que debemos irnos.
Al separarnos me sonríe una vez más y tomo asiento y el igual. Baja de la piedra donde reposaban nuestros cuerpos y me ayuda a que yo también lo haga.
Me carga y escondo mi cara en el hueco de su cuello dejando que me lleve en brazos, siento su perfume otra vez y me sumerjo en el delicioso olor que emana su cuello.
Camina conmigo a pasos lentos hasta llegar a la cabaña, entramos y no hay nadie en ningún lado. No hay rastro de Luck ni Liam. Logan y Cody regresaron a la ciudad a buscar algo de ayuda con Cedric.
Alfred tuvo que viajar fuera del país pero regresara en cuanto pueda.
James luego de tomar un poco de agua se va hasta la habitación a donde llegamos y yo lo sigo.
—¿Que pasa?.
—No empaque más ropa, ¿Lo olvidas?.
Sacude su cabeza y suelta una risita que no entiendo, yo me tiro sobre la cama cansada y el saca una maleta del clóset la cual acerca hacia mi. Me mira esperando a que la abra y cuando lo hago veo parte de mi ropa pero también de el.
—¿Que es todo esto?
—Le pedí a una de las empleadas que empacara ropa. —responde obvio.
Empacar ropa, eso me hace suponer que nos quedamos un par de días aquí. Y sabiendo lo mucho que adoro la playa todo sería perfecto si no tuviéramos a un loco atado en el sótano.
