CAPITULO 9

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Eran las siete de la mañana, cuando Mustafá golpeó la puerta de la habitación de Jhon.
-Pasa Mustafá. -ordenó desde el sofá con algunas botellas tiradas. Y sabiendo que era el único amigo que podía encontrarlo ahí.
-Hey....otra vez. ¿Creí que habías superado lo que tanto te atormenta. -dijo Mustafá entrando y mirando el desorden que había.
Jhon levantó la mirada y se carcajeo.
-Sabes Mustafá....vine a este país desconocido con la idea de olvidar definitivamente a una mujer que no es y...no será jamás para mí. ¿Sabes por qué? Porque soy un imbécil, por esperar....y ahora veo que lo único que esperé fue perderla. -habló aún arrastrando las palabras.
-¿Perderla? ¿Porque la perdiste? ¿Que hiciste? -preguntó Mustafá.
-¿Que hice? Nada hice...nada más que esperar a que ella fuera una mujer realizada, ¿Y que pasó? Que se casó con otro...se realizó conmigo amando a otro....eso pasó Mustafá. Y ahora estoy casado con una mujer que no amo...que me obligó a casarme con ella, con eso de sus costumbres y tradiciones que se yo. -expresó Jhon con tantos sentimientos encontrados.
Mustafá miró sin entender.
-¿Casado? ¿Con quién te casaste? Aquella noche desapareciste del club y no me atreví a preguntar por tí, Pero te busqué por todas partes.
-No lo creerás pero...pero de esa noche solo recuerdo que terminé en el altar con una mujer que aún, no veo su rostro, no conozco. Y lo peor de todo es la hija de Khalid Al-khalifa. -dijo Jhon con frustración dejando a Mustafá con una O mayúscula en la boca.
-¿Que te has casado con la futura princesa de Dubai.?
-Pues si....si habrá boda real, y yo tengo que cumplir con el contrato. -respondió Jhon suspirando profundamente.
Miró el teléfono y vio el contacto de ojos lindos y cayó en cuenta que aún seguía sin saber su nombre.
Envió un mensaje del cuan no recibió respuesta. Tiró el teléfono y decidió poner en marcha su decisión de acorralar a Rania para que sea ella quien decida pedir el divorcio.

-Mustafá por favor, prepara mis cosas, dejaré el hotel...me quedaré en un departamento. Bueno no será un departamento cualquiera, será mi hogar. ¿Te imaginas? Un hogar. —pronunció con tono enojado
Mustafá hizo todo lo que Jhon pidió...arregló sus pertenencias mientras Jhon escribía nuevamente un mensaje a la mujer que poco a poco no salía de su cabeza, ahora Arielle L'Blank era un recuerdo algo lejano, con los problemas de cada día, era imposible dedicarle un pensamiento a esa mujer que hasta ahora había Sido la única dueña de sus pensamientos.
Ahora por una razón y otra, era Rania la que siempre estaba en sus pensamientos, y ahora esa otra mujer que desde la noche que la hizo suya también no salía de su mente.
-Hola. ¿Como Estás? desapareciste esa noche. -envió el mensaje que fue visto y recibió respuesta de inmediato
-Está noche en el mismo lugar te estaré esperando. -respondió Rania sintiendo su corazón latir tan fuerte.
Jhon leyó el mensaje y dibujó una sonrisa en sus labios, no respondió, pero sentía la inquietud de volver a ver esa mujer.
-Listo Jhon, tus cosas están empacadas. -dijo Mustafá llamando su atención, y luego cargó las maletas.
Jhon después de cancelar todo, subió a su auto y condujo hasta llegar al edificio dónde estaría su esposa esperando.
Entró al ascensor marcó el dígito del piso y subió. De su mente no salían las palabras que había leído en Aquel mensaje. El ascensor llegó al piso, las puertas metálicas se abrieron y salió.

Rania
Después de que Jhon saliera del departamento esa noche, pasó ideando una y mil cosa para acercarse a él. Al día siguiente, salió de compras con Tifa, pasó toda la mañana y parte de la tarde de una tienda a otra, pues sería ella quien prepararía la cena para su esposo.
Regresaron al departamento, y junto a Tifa preparó un platillo que pudiera gustarle, dos horas después fue a su habitación, buscó un hermoso vestido que se ajustaba a su esbelta figura, su teléfono sonó y vio un mensaje de Jhon que le enviaba a la mujer del velo. Suspiró profundo y no respondió.
Dejó todo sobre la cama, quitó su ropa y fue a la ducha, y ahí bajo la lluvia artificial recordó las palabras de Jhon.

"Me casaré contigo, pero vas a conocer el lado oscuro de tu capricho mujercita.
No me casé contigo, para ser el marido cariñoso lo sabes muy bien. ¿Cierto? Mi corazón no te pertenece, ni mi vida. Estoy decidido a seguir mi propio camino, aunque eso signifique dejar atrás todo este absurdo matrimonio, sigue tu vida como quieras...no me importa lo que hagas o dejes de hacer, no me interesa saber nada de ti."
Salió del baño y miró nuevamente su teléfono con un nuevo mensaje de Jhon, que no era para ella precisamente.
Rania cerró los ojos, sus lágrimas se mezclaron con las gotas de agua que rodaban por su rostro.
-Haré todo cuánto esté en mis manos, voy a lograr que vea y sienta el amor que siento por el. -se dijo mentalmente. Volvió al baño y bajo la lluvia artificial, pasó la esponja por su cuerpo, y recordó las caricias de Jhon. Pasó sus manos por sus pechos, apretó sus piernas por la sensación electrizante que recoria su cuerpo al recordar los labios de Jhon apretando sus pezones.
-¡Oh por Alá! ¿Que estoy haciendo? Esto no es permitido. -se decía pero su razón se negaba a aceptar lo que su cuerpo sentía.
Apretó sus pezones con las yemas de sus dedos al mismo momento que apretaba y mordía uno de sus labios.
-Jhon.... Jhon....cómo me provocas tanto esposo mío. -se habló en susurros. Bajó su mano por su vientre y llegó a su entrepierna tocando su parte más sensible, sintió estremecer su cuerpo, cerró los ojos haciendo un gesto de negación.
-Nooo esto no está bien. -se dijo, terminó de bañarse, se envolvió en una toalla y salió.
Miró nuevamente el teléfono con otro mensaje.
-Hola. ¿Como Estás? desapareciste esa noche.
-Esta noche en el mismo lugar te estaré esperando. -respondió Rania enviando el mensaje que fue visto.
Empezó a secar su cabello y una hora después estaba organizando la mesa, sentía su corazón acelerado, tenía la esperanza de que llegara y aceptara cenar con ella, y olvidando la cita con la mujer del velo.
Tifa la veía sonreír y deseaba que todo fuera fácil como lo imaginaba ella. Rania miró la hora y luego por el ventanal. Eran las nueve de la noche y Jhon no daba señales de presencia.
-Mi niña, ya no vendrá. -dijo Tifa acercándose a Rania.
-Tiene que venir, esta es su casa, nuestro hogar. -habló con voz temblorosa. Tifa se acercó, tomó sus manos y secó una lágrima que rodó por su mejilla.
-Mi niña, no me gusta verte triste, sabías las circunstancias que te llevaron a casarte con él. Y lo claro que fue contigo con respecto a sus sentimientos.
-Lo se Tifa, lo se....Pero voy a intentarlo una y otra vez Tifa, voy a conquistar su corazón.
Tifa cerró los ojos y abrazó a Rania, sabía que necesitaba de ese abrazo y lloró, sus lágrimas rodaron y sus sollozos eran fuertes.
-Por qué Tifa... porqué yo...si solo deseo un amor bonito, ser correspondida en mis sentimientos, hacerme notar ante mi esposo.
-Mi niña. -susurró Tifa cerrando y sintiendo impotencia de no poder ayudar a Rania.
Rania fue a su habitación buscó su velo, cambió su ropa y salió, tomó sus llaves mietras Tifa iba tras de ella
—Rania..¿Que vas hacer? Por dios niña. Detente. —pidió Tifa siguiendo la al ascensor. Rania se giró y la miró con sus ojos nublado.
—Mi esposo verá a su amante Tifa, el no me quiere como su esposa, pero tiene interés en otra mujer...y la verá está noche.
—Por dios Rania.
Rania entró al ascensor, marcó los dígitos y bajó, las puertas metálicas se abrieron, salió y subió al Uber que había pedido. Dio la dirección de la playa, y mientras hacía el recorrido sus lágrimas no dejaban de rodar.
—Esta noche, sera decisiva,  sabrás la verdadera identidad de esa mujer, sabrás la verdad de que esa mujer y yo somos la misma persona. —pensaba, Rania tenía un mar de confusión en su mente. El Uber paró, Rania pagó y bajó, caminó unos pasos y quitó el velo de su rostro. A lo lejos divisó una figura masculina y su cuerpo se estremeció solo de recordar las manos de Jhon sobre su cuerpo.
Caminó a paso lento y se acercó por la espalda.

Jhon no había regresado al departamento, pasó unas horas en su  trabajo y luego recordó el mensaje de la cita en la playa y se dirigió al lugar. Ahora estaba ahí, con las manos en los bolsillos mirando el Vaivén de las olas y escuchando el ruido que le resultaba relajante.
—Mi vida se volvió un desastre en tan poco tiempo, carajo, todo es un desastre....estoy casado con una mujer que apenas ví,...—sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir los pasos de quien ya sabía que llegaría. Se hito y quedó atenta ella, Rania lo  miró fijamente, su corazón latía tan fuerte que sentía querer salir de su pecho, apretó sus puños clavando sus uñas en ella misma para controlar los deseos tan grandes que tenía de colgarse de su cuello y ser recibida con la misma ganas.
—Jhon. —pronunció en susurros. Jhon sonrió y dió un pasó más a ella.
—Hola bonita..¿Cómo estás? —preguntó tomando un mechón de su cabello que jugaba al viento, mientras ella apretaba sus labios formando una fina línea en ellos.
—Estoy bien, eso creo.
—Aún no se tu nombre....por eso es lo de bonita.
—Aah.no lo soy...Pero ya lo sabrás en su momento. —respondió y Jhon se carcajeo.
Jhon la tomó de la mano y caminó con ella para sentarse en la arena.





LA ESPOSA ÁRABE. Despreciada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora