Jhon pasó el resto de la tarde compartiendo con Jhónathan, cada padre posó para las memorables fotografías del recuerdo. Rania al ver lo feliz que reía su hijo, regresó a la hacienda Arielles por Tifa, llegó y se encontró con Dora.
-Buenas tardes señora, disculpe venir sin avisar Pero vengo por mi amiga.
-Pasa hija...y Tranquila que Tifa está preparando y té de no se qué, me dijo. -respondió Dora muy sonriente.
-Ve siéntate a mi lado...déjame decirte que Estoy muy...pero muy agradecida con la vida, por haberme permitido conocer a mi nieto, hijo de mi único hijo. -habló con nostalgia Pero sintiendo alegría en su corazón.
Rania sonrió al escuchar esas palabras, sentía que era aceptada Pero no cedería ante Jhon muy fácil.
-Me alegra mucho saber que está feliz por mi pequeño hijo y créame no fue nunca mi intensión que creciera lejos de su padre.
-Lo se hija, sabes..en esa época Jhon estuvo en Nueva York, todo ese tiempo se debatía entre la razón de su matrimonio y la pasión momentánea por tu otro yo. Me contó los malos entendidos que lo obligaron a casarse contigo, Pero fue Ainar con su belleza y calidez de ese primer encuentro que lo cautivó, y luego tener que casarse y después tu le dices que eras casada, y no aclararle que eras ella.. Bueno ya sabes todo los malos momentos que vivieron.
-Cuando estaba dispuesta a decirle la verdad el siempre fue cortante y no me escuchó nunca.
-El se fue de aquí al descubrir que Rania y Ainar eran la misma persona, bueno...yo le ayudé a qué sea el quien vea más allá del velo de su esposa.
-Estuvo un mes ignorando me.
-Fue precaución hija...el cada día después de salir del departamento me contaba lo cuidadoso que fue contigo mientras dormías. -contó Dora, viendo un brillo en la mirada de Rania.
Rania sentía su corazón acelerado, ya sabía todo aquello que le confesó Jhon, pero recién se enteraba que había regresado sabiendo que era ella la mujer del velo.
-Yo envié la demanda de divorcio como tanto lo pidió él. Perdóneme señora, Pero yo...—fué interrumpida.
-Yo te entiendo hija, y si...estoy de acuerdo que lo castigues un poco, Pero que ese castigo no me impida ver a mi nieto..por favor. -pidió Dora apretando sus manos.
-No...nunca haría eso señora, y si me fui..fue por qué Jhon me pidió muchas veces el divorcio, no quería retenerlo a mi lado por un matrimonio a fuerzas, y también no sabía cómo decirle que esperaba un hijo suyo.
-Te entiendo hija, no te juzgo, yo también tuve que irme con mi hijo, Pero bueno ..después todo se arregló y el tiempo que duró fui feliz. Tómate tu tiempo, Pero no me lo quites a mi, déjame disfrutar de mi nieto hermoso. -pidió Dora y llegó Tifa con el té y las galletas.
-Rania, creí que estabas en la feria con Jhon, Gabriell se lo llevó.
-Si..fui a la feria y hoy era cabalgata de padres e hijos...lo hubieras visto lo feliz que estaba mi pequeño, su sonrisa era amplia, sus ojitos brillantes de felicidad.
-Será que le dijo... -se preguntó Tifa en voz alta.
-No ..no querida, mi hijo nunca haría algo así, el respetará el tiempo de Rania. -respondió Dora, segura de que el llamado de la sangre entre el padre e hijo era más fuerte que cualquier otra verdad oculta.
Pasaron el resto de la tarde hablando de cosas triviales, y ya entrada la noche, llegaron todos a la hacienda.
—Mamá, fue un día genial, montamos a caballos y quedamos en segundo lugar. —dijo muy emocionado Jhon JR, entregando una medalla a su madre.
—El próximo año será el primer lugar, ya verás que si. ¿Nos vamos? —preguntó Rania.
—Si mamá, por qué mañana será rafting...y.
—No jovencito...eso sí que no...eso es muy peligroso. En casa hablamos, ahora despídete que nos vamos. —respondió Rania negándose a esa posibilidad.
—Bueno...está bien mamá. —dijo Jhon cruzando los brazos, Bruno, Tifa y Rania se despidieron para regresar a la hacienda Ferrer.
—Rania...espera. —habló Jhon agarrando su brazo.
—Aquí no Jhon....por favor.
—Solo quería darte las gracias por este día junto a mi hijo, te Vi en la feria....y. —Rania lo interrumpió.
—Te dije que no voy a quitar tu derecho como padre, y gracias por cuidar de él.
—Es mi hijo Rania...por favor.
Rania lo miró fijamente soltándose del agarre y se alejó. Jhon sintió un estrujón en su corazón, ya no había una petición de dar segunda oportunidad de su parte, o no había respuesta a esa propuesta de dar una segunda oportunidad.
Jhon los vio alejarse, cerró los ojos y apretó sus puños tan fuerte.
—Podemos hablar Jhon. —pidió Gabriell y fueron a la parte más lejana del jardín.
—¿Que pasa Gabriell?
—No me has pedido un consejo, y no soy quien para darte consejos. Pero sigue tu instinto. ¿Recuerdas lo que yo hice el día de tu boda con Arielle? Yo seguí Mi instinto y mírame ahora... míranos ahora, tenemos una familia maravillosa.
—Tú jamás le pediste el divorcio muchas veces Arielle.... Yo vivía ignorado la y pidiéndole el divorcio cuando ella Me pedía darle una oportunidad a nuestro matrimonio. Ella firmó los papeles del divorcio.
—Y yo que tú, firmaría esos papeles. —dijo Arielle acercándose a ellos y haber escuchado parte de la conversación.
—Si firmo los papeles del divorcio le habré perdido para siempre.
—Tienes toda la posibilidad del mundo de reconquistarla Jhon, de enamorarla nuevamente, porque ella se enamoró de ti y está dolida, es comprensible, pero tú fuiste el cabeza dura, que no vio más allá de un velo. —sugirió Arielle.
—También es buena esa posibilidad, le das el divorcio, y entonces está libre y ella sabrá que la buscas por qué no deseas perderla. —dijo Gabriell. Jhon suspiró profundo y regresó para ir a su habitación.
Fue al baño, se duchó y luego tirado sobre la cama y mirando a la nada, analizaba los pros y contra de esa posibilidad de firmar el divorcio.
El celular sonó y vio el nombre de Mustafá reflejar en la pantalla.
—Mustafá...¿dime qué ya estás viajando?. —preguntó Jhon
—Estoy en Amsterdam, posiblemente mañana por la mañana estoy llegando a Florencia.
—No perdiste el tiempo.
—Voy a ver a Tifa, simplemente desapareció sin decirme nada.
—Muy bien, te espero aquí hermano.
Jhon cortó la llamada y se dispuso a descansar, o más bien a tratar de hacerlo, en su cabeza rondaban muchas cosas en las que tenía que tomar una decisión urgente.Rania.
Rania salió de la hacienda ALIGHIERI, subió a la camioneta y todo el trayecto fue escuchar a Jhon contar todo lo que había compartido con ese nuevo tío. Tifa miró a Rania al igual que Bruno, cuando escuchaban decir a Jhon que su tío Jhon le había enseñado una técnica para sostener las riendas del caballo y este pueda marcar los pasos.
—Mami, el tío Jhon me invitó a pasar el día mañana, el me cuidará.
—Cariño, rafting es para personas experimentadas, tú no sabes nada de eso, por favor no insistas.
—No es rafting, cariño....es camping..
—Camping...si es eso mamá.
—Eso consiste en ir y formar un campamento, y luego ir de caza. —aclaró Bruno.
Rania terminó cediendo ante la insistencia de John.
Llegaron a la hacienda y cada uno fue a su habitación.
—Mami, vendrás con nosotros. Por favor.
—No cariño...no puedo, eso es cosa de hombres, y tú....tu irás con..con..
—Con mi papá..¿Cierto? —soltó el pequeño Jhon dejando estática a su madre. Rania tragó el nudo formado en su garganta y parpadeó.
—¿Quien te dijo eso mi vida?
—Nadie, el se llama Jhon Maxwell y yo...mi nombre es Jhon Al-khalifa, yo ví esa fotografía que guardas, y ahora que lo veo frente a mi se que es el mismo hombre.
—¿Y tú le dijiste eso a él?
—No tengo tu permiso para hacerlo mamita.
—¿Y deseas decirle que tú eres su hijo, o que se lo diga yo?
—Se lo diré yo mamita, Pero como guardas muy bien esa foto, ese será un secreto de los dos. —dijo Jhon, creyendo cumplir esa promesa.
Rania sintió un apretón en su corazón al escuchar esas palabras.
—Mi hijo es un niño muy inteligente.—dijo Rania sintiendo un alivio de no tener que explicarle a su hijo sobre su padre.
—¿Mamá, entonces me dejarás mañana ir con papá?
—Si mi amor, claro que puedes, el siempre estará para tí, al igual que yo.
Jhon besó a su madre y al final después de contar toda su aventura lo venció el cansancio, Rania lo cubrió con el cobertor y se acostó a su lado a velar su sueño y pensando en darle la oportunidad que Jhon estaba pidiendo.
Y así poco a poco Rania fue cayendo en los brazos de Morfeo.
Tifa estaba sentada frente al espejo peinando su cabello oscuro y mirando su imagen, era una mujer de treinta y cinco años, y se negaba a la posibilidad de un nuevo amor.
Cerró los ojos y a su mente le llegó el recuerdo de Mustafá.
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LA ESPOSA ÁRABE. Despreciada.
RomanceRania Al-khalifa, era una mujer inteligente, y hermosa, Había crecido en un hogar en dónde las costumbre y tradiciones eran inquebrantables. Estaba comprometida Desde muy pequeña con la familia Al-Rashid. Obligada a casarse con Alih Al-Rashid, y un...