CAPITULO 17

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Rania entró a una de las habitaciones principales, después fue al baño se despojó de sus prendas y se metió bajo la lluvia artificial.
—Un nuevo comienzo, espero recuperarme pronto. —se daba ánimos así mismo.
Tifa ordenó sus cosas, cuando los golpes en la puerta llamaron su atención. Abrió la puerta y era Rita en compañía del médico para examinar a Rania.
—Bruno envió al médico para valorar el estado de la señorita Rania. —informó Rita.
—Muchas gracias, puede pasar por favor. —respondió Tifa, el Galeno pasó a la pequeña sala de estar dentro de la habitación y Rania salió con su rostro descubierto.
—Disculpe doctor por la demora.
—Tranquila, tengo todo el tiempo del mundo, Bruno es mi mejor amigo y no le fallaría en esto.
—Muchas gracias Doctor, me apena mucho esto, ya quiero estar bien.
—Tranquila, es mi trabajo y lo amo.
Rania respondió cada pregunta realizada por el médico, revisó cada medicamento recetado y pidió nuevamente realizar ultrasonido.
—Continuarás con los medicamentos, y realizaremos estos exámenes para ver como está ese jovencito ahí dentro.
—Muchas gracias doctor.....
—Elián.... Elián Rogers. —se presentó el Galeno.
—Rania Al-khalifa y ella es Tifa Al-Sabah mi mejor amiga. —se presentó Rania y presentó a Tifa. Elian la miró fijamente a los ojos.
Elián se despidió y salió de la habitación dejando a Rania y siendo acompañado por Tifa a quien dió un apretón de mano sintiendo una sensación electrizante recorrer su cuerpo. Tifa retiró su mano del agarre de elian e hizo un movimiento de venia con su cabeza, Elián salió de la habitación y Tifa caminó algo distraída
—Tifa...¿Me estás escuchando?
Tifa la miró y se carcajeo.
—¿Que pasa Tifa.? —preguntó Rania sonriendo al verla con su rostro teñido de un rosa intenso.
—Que bello es.. y vaya que es un coqueto ese doctor. —respondió sonriendo.
—Tifa, nunca conocí un pretendiente tuyo, y que bueno que jamás te casaron en contra de tu voluntad.
—Claro que amé una vez....y con toda el alma, incluso nos íbamos a casar pero el se adelantó y me dejó sola y con el corazón roto en mil pedazos.
—¿Que sucedió? ?Se casó?
—No..el era corredor de la fórmula 1, y sufrió un accidente.
—Lo siento mucho Tifa, de verdad. ¿Y Desde entonces no te has vuelto a enamorar?
—No niña, puedo decir lo que dije...Pero de ahi no pasa a más. Jamás traicionaria a  Hassan mi único amor.
—Pero el no querría que estes sola, tienes que vivir y seguir tu vida.
—Ya son años y no me siento preparada para seguir adelante. —respondió Tifa cuando un pequeño huracán entró corriendo a la habitación.
—Hola señora bonita....¿Eres la novia de papi? —preguntó la pequeña niña de unos saltones ojos verdes y cabellos rubios.
—Hola pequeña hermosa....¿Y quién es tu papi? —preguntó Rania sonriendo al verla ahí parada frente a ella.
—Hola soy Hanna Ferrer Lombardi, mi papá es Bruno.
—Mucho gusto pequeña, soy Rania y soy como una amiga de el señor Ferrer...no.... no soy su novia.
—Mmm que mal, creí que ya tendría una mamá.
—¿Y tú mami? —preguntó Rania sonriendo.
—Mami murió al yo nacer. —respondió Hanna, y Rania sintió estrujar su corazón, de pronto por su mente pasaron miles de ideas, imaginando el mismo destino para su bebé, y aún peor, sabiendo que su pequeño no contaría  con la protección de su padre..
Y sus lágrimas rodaron.
—Ni lo piense mi niña, tu vivirás y cuidarás a tu pequeña o pequeño. —dijo Tifa abrazándola sabiendo el pensamiento que tenía en esos momentos.
—Tifa.... prometes que si me pasa algo cuidarás de mi hijo, por favor prometerlo.
—Eso no pasará Rania...no pienses eso, no atraigas tragedia a tu vida, ten pensamientos positivos mi niña.
—Prometerlo Tifa...—insistió
—Está bien lo prometo,  aunque no sea necesario. —respondió Tifa abrazando a Rania.
—Hanna, cariño ¿Que haces aquí? Creí que estabas en el invernadero . —preguntó Rita entrando con una bandeja y picadas para Rania.
—Quería conocer a la amiga de papi.
—Si, está bien, es solo que me dió mucha tristeza saber parte de su historia sobre su nacimiento. —dijo Rania.
—No fue mi intención  causarte tristeza Rania...discúlpame.  —expresó la pequeña sintiendo culpa.
—No mi amor... tranquila, Estoy muy llorona y es por el embarazo.
—Tendrás un bebé y yo lo cuidaré. —dijo y dio saltos de alegría.
Rania sonrió y se abrazó a ella. Las horas pasaron y la noche llegó, Rania sentía esa presión en su pecho cada ves que recordaba a Jhon, no había dejado rastros de ella en ese departamento, miró su teléfono, y sus lágrimas seguían rodando, miró el teléfono teniendo la certeza de  que jamás le llegaría un mensaje de Jhon para Ainar.
La noche pasó, y  llegando el día, y con el teniendo el cuidado con su bebé. Una semana había transcurrido y ya estaba en el consultorio del Galeno.
—Muy bien...este joven, o señorita se agarra con uñas y dientes, estás completa mente recuperada con el leve desprendimiento. Pero tienes que seguir un reposo absoluto, eso de la placenta previa no es bueno y tenemos que tener el máximo cuidado. —recomendó Elian Rogers.
—Tranquilo doctor, me cuidaré el tiempo necesario, no permitiré que le pase algo malo a mi hijo.
Tifa y Rania estaban de regreso a la mansión Ferrer, siguiendo las instrucciones del médico.
Las semanas seguían su curso y ya era un mes que había pasado, entre citas médicas y compartiendo tiempo con Hanna.
Sentadas en la terraza de su habitación y riendo con Hanna, fueron interrumpidas.
—Que cuadro más hermoso el que veo. —esa voz ronca se escuchó tras Rania y Hanna corrió a los brazos de su padre.
—¡Papá! ¡Papito volviste!. —expresó con tanta alegría.
—Si mi vida, volví y traje muchos regalos maravillosos que sé, te van a  gustar.
—Gracias Papi, ya recibí un regalo maravilloso... es Rania y Tifa, ellas me cuentan muchas historias lindas. —respondió muy emocionada la pequeña Hanna.
Bruno miró a Rania y luego a Tifa y sonrió.
—Muchas gracias por compartir con mi hija.
—Es una niña maravillosa. —respondió Rania, mientras Tifa respondía al  abrazo de Hanna.
Tifa y Hanna salieron de la habitación, dando la privacidad que necesitaban para dar la información de todo lo que Bruno realizó.
—Envié los documentos por correo como me pediste, y...
—Está bien abogado..era todo lo que deseaba saber, ya no quiero saber nada que tenga que ver con Jhon, ahora el debe estar feliz sintiéndose libre de su esposa árabe a la que despreció siempre, quiero estar tranquila, pasar mi embarazo en completa paz, este lugar es muy hermoso. Gracias por sugerirme visitarlo.  —habló Rania con mezcla de emoción y tristeza. Bruno la miró fijamente y cerró los ojos decidiendo que no sería el momento.
—Cuando estés completamente recuperada te llevaré a visitar muchos lugares, es muy hermoso este lugar, yo decidí radicarme aquí luego del nacimiento de mi princesa.
—Si... se respira tranquilidad, me encantaría caminar descalza sobre la tierra húmeda, sentir esa sensación refrescante bajo mis pies. Pero tengo que estar en cama y si deseo salir es en silla de ruedas, es mínimo el esfuerzo que tengo que hacer si deseo que mi embarazo llegue a término.
—Pues a cuidarte Rania, y considerarme tu amigo, de corazón te ofrezco mi amistad, puedes contar conmigo siempre.
—Muchas gracias abogado......
—Haber señora...si te ofresco mi amistad. ¿No crees que merezco ser llamado y tratado sin tantas formalidades? —habló Bruno con gestos dolidos.
—Está bien Bruno...nunca antes tuve un amigo. En verdad se me hace difícil.
—Ya te acostumbrarás, solo tiempo al tiempo.
—Si... tiempo al tiempo. —repitió Rania suspirando profunda mente.
Y los días seguían su curso,
—Entonces, aquí te quedarás hasta que el bebé nazca, todos te vamos a cuidar. —Expresó Bruno sintiendo un estrujón en su corazón. Vio en Rania a Luiginna, y onrió tristemente algo que no pasó desapercibido para Rania.
—¿Sucede algo Bruno? De pronto ví tristeza en tus ojos. —preguntó Rania.
—Habemos hombres que no vemos el amor frente a nosotros, nos damos cuenta de eso, solo cuando ya es tarde y no podemos hacer nada para remediarlo.
—La verdad no sé que decirte Bruno. —respondió Rania sintiendo estrujar su corazón, pues  Jhon nunca se permitió siquiera, mirarla por un momento y notar la existencia del amor que ella sentía por él.
—El se arrepentirá Rania, se arrepentirá de no mirar a su alrededor. —dijo Bruno sintiendo se identificado con Jhon.
—En mi caso, no me dieron la oportunidad de decir la verdad sobre mi identidad, y que tuviera la oportunidad de escoger entre el amor que podía darle, y dejar de lado el desprecio que sentía por mi.
—Vamos a dejar estás conversaciones tristes, vamos que tienes que recuperarte, para poder mostrarte este paraíso y entonces decidas si te radicas aqui o regresas a Dubai. —dijo Bruno sintiendo y tomando sus manos. Algo a lo  que Rania no estaba acostumbrada.
—No regresaré a Dubai, no tengo nada allá. —respondió con una sonrisa melancólica, recordando a su familia que se dedicó a ignorarla por completo.
—Entonces te quedarás aquí.
—No quiero que tú novia lo mal intérprete.
—No la tengo, Desde que....—Bruno cerró los ojos y guardó silencio recordando su doloroso pasado.
—Perdón...perdón por mi indiscreción. Alá, es que yo y mi bocota. Algo me dijo Hanna sobre su nacimiento...y ...—Rania Al-khalifa apretó sus labios y cerró los ojos.
Bruno la miró en completo silencio, y haciendo un gesto de aceptación.
—Ya tendremos mucho tiempo para contar nuestras historias. —dijo Bruno, se puso de pie y salió silenciosa mente de la habitación de Rania.

LA ESPOSA ÁRABE. Despreciada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora