CAPITULO 16

10 3 0
                                    

Jhon todo ese tiempo habló con Tifa,  haciendo se pasar por la esposa despreciada, y cada día salía muy temprano y llegaba muy tarde en la noche, evitaba encontrarse con ella. Entró y fue directamente a la cocina, sirvió un vaso de agua y miró las flores en el cesto de la basura.
Apretó los labios dejó el vaso y subió a su habitación.
Y como cada noche se concentraba en adelantar el trabajo.
Mientras
Rania sentía estrujar su corazón, había decidido darle fin a su matrimonio sin siquiera haberle dado una mínima oportunidad de parte de Jhon.
—¿Adulterio? —preguntó el abogado Ferrer mientras escuchaba a Rania a través del teléfono.
—Así es abogado, lo único que tengo es su confesión, y no tengo una evidencia.
—Esperemos que con esto sea suficiente para ejecutar el divorcio.
Rania estaba preparando su viaje, sentía que ya nada podía hacer, había intentado y pedido a Jhon, dar una oportunidad a ese matrimonio Pero el dejó más que claro que no lo deseaba.
Tifa había dejado la habitación de Rania completa mente vacía, sin nada de ella, cerró la habitación y llevó todo a la habitación donde estaba Rania.
—Niña aquí está lo más necesario, el resto lo envié a la iglesia.
—Está bien Tifa, saca todo el dinero que puedas, llevaremos efectivo, no quiero que por medio de una tranferencia me encuentren. —pidió Rania, y Tifa así lo hizo.
Los días seguían pasando y era el tiempo de la cita con el médico que la atendía.
—Muy bien señora Maxwell, el bebé está en perfectas condiciones, tiene que seguir con el tratamiento y la quiero aquí dentro de dos semanas, para ver su evolución.
—Muchas gracias doctor, damos la vuelta al mundo entero y mi hijo no saldría antes de tiempo. —habló Rania deseando tener una respuesta positiva de viajar.
—¿Vas a viajar? —interrogó el Galeno.
—Si doctor, deseo ir a la playa, sentir el viento rozar mi rostro, lo deseo tanto, siento que me asfixio ahí encerrada.. —dijo Rania sonriendo.
—Bueno, si  que puede ir señora, siempre y cuando no haga el más mínimo esfuerzo ni tener emociones fuertes. Aún está delicada. —sugirió el Galeno.
—No se preocupe doctor, yo cuidaré de ella siempre. —informó Tifa, Rania se sentó sobre la silla de ruedas y miró a Tifa.
—Vamos Tifa tenemos un viaje que organizar. —habló Rania y salieron del consultorio para volver al departamento.
—Niña. ¿En verdad deseas ir a la playa?
—Voy a despedirme de Jhon.
—Le contarás de tu embarazo?
—No..no le diré nada, será completa mente libre, no quiero que se sienta presionado con un embarazo.
—Pero no tienes por qué decirle del embarazo. ¿Que explicación le darás cuando te vea en silla de ruedas?
—Es verdad, será mejor no ir a verlo,  el no me escribió más así que debe imaginarse que estoy feliz con mi esposo. —dijo Rania sonriendo con tristeza.
—Está visto y comprobado que Jhon Maxwell no quiere a otra mujer que esa de la fotografía. —respondió Tifa.
—Asi es Tifa, y eso me duele, no hacer podido conquistar su corazón como Ainar, y como Rania no recibí ni una oportunidad.
—Lo siento mucho mi niña...pero no estés triste, recuerda que llevas en tu vientre el más hermoso de los tesoros.
Rania salió del estacionamiento del hospital y fue llevada al departamento, todo el trayecto fue en completo silencio, lamentando se,  mentalmente su destino
Llegaron al estacionamiento, Tifa bajó del auto y ayudó a Rania a sentarse en la silla, entraron al ascensor, subieron al piso, las puertas metálicas se abrieron y la sorpresa fue tan grande encontrando todo lleno de flores.
—¿Y esto, que significa Tifa? ¿Quien dejó esto aquí? —preguntó Rania sintiendo su corazón acelerado.
—No lo se niña, talvez se equivocaron de dirección. —respondió Tifa.
—Tira las, deben ser de Alih, no deseo nada de el. —ordenó Rania entrando al departamento en silla , mientras Tifa llamaba al personal de limpieza.
Rania fue a la habitación, miró mucho equipaje hecho, cierto sus ojos y suspiró profundo.
—Ya no hay nada que hacer, será mejor para nuestra tranquilidad, mi amor, seremos tu y yo solamente.
Tifa entró a la habitación y en completo silencio empezó a empacar cada cosa de Rania, eran pocas las que faltaban cuando el sonido del teléfono sonó, Rania lo miró y vio un mensaje del abogado, Rania suspiró profundo y lo leyó, sabía que era el documento del divorcio que ya requería de su firma.
—Los documentos están listos al igual que el viaje a la islas. —Rania envió  un simplemente.
—Gracias.
—¿Todo bien? —preguntó Tifa al ver los ojos cristalinos de Rania.
—Si Tifa...llegó la hora de partir.
—Aquí está nuestros nuevos teléfonos y sus respectivos números. Voy  a llamar un Uber ya envié al chófer a lavar el auto y para cuando llegue no sabrá que responder.
—No quiero que quede nada de mi en ese departamento, que sea como lo que fui en la vida de Jhon, sin rastros de mi existencia aquí.
—No queda nada de ti en la antigua habitación y así quedará esta.
—Perfecto, Jhon no lo notará, fui invisible para él. —expresó Rania con un nudo en la garganta.
Tifa había llamado al chófer del Uber que llegó para llevar las pocas maletas que tenían, Rania subió a la silla de ruedas, Tifa la empujó, y entraron al ascensor.
—Espera...—dijo Rania dando el último vistazo al interior el departamento. Estoy lista. —dijo marcando los dígitos para que las puertas metálicas se cerraran y bajar al estacionamiento.
Subieron al Uber y fueron llevadas al aeropuerto privado del abogado Ferrer.
Pasaron los controles y abordaron el jets privado y media hora después levantó el vuelo rumbo a las islas Bora Bora.
Rania sentía estrujar su corazón, creyó que su mentira de ser otra mujer, sería por poco tiempo.
—Ni Ainar logró conquistar tu corazón, aquella mujer de cabellos morados está tatuada en tu alma, Jhon, y tú jamás permites que otra mujer desplace ese amor que sientes  por ella. —pensó con el corazón roto en mil pedazos, y sus ojos llenos de lágrimas.
—Niña....por favor te hace daño, piensa en tu bebé, aún estás delicada. —pidió Tifa apretando sus manos.
—Lo se Tifa, y trato de controlarme, pero duele tanto su desprecio y tanta indiferencia hacia mi. Lo único que yo deseaba era una oportunidad para conquistar el amor de mi esposo, Pero no lo logré. —respondió entre sollozos. Tifa secó sus lágrimas y la llevó a la habitación para que tratara de descansar.
Entre escalas y largas horas de vuelo una semana después estaban aterrizando en el aeropuerto privado de Bruno Ferrer.....el abogado que la había ayudado en todo hasta ahora.
Bajaron del avión, pasaron nuevamente los controles, y el chófer asignado, las recibió.
—¿Señora Rania Al-khalifa?  —preguntó al verlas con el rostro cubierto.
—Si...soy yo. —respondió haciendo un gesto de saludo inclinando su cabeza.
—Soy el chófer del señor Ferrer, Estoy aquí para llevarlas a su residencia hasta....
—¿Creí que iríamos a un hotel? —respondió Rania cuando se teléfono sonó. Miró la pantalla y  era el contacto abogado.
—¡Hola!  —respondió siendo interrumpida por Bruno.
—Señora Maxwell....me tomé las atribuciones de hospedar las en mi residencia, pensé que ahí estaría más tranquila para su recuperación total.
—Muchas gracias señor Ferrer...no queremos causar molestias....
—Para nada, yo termino de hacer todo aquí y estaré allá para ayudarla en lo que necesite. —dijo Bruno mientras Rania miraba a Tifa y ella haciendo gesto de aceptación.
—Está bien, señor Ferrer, cuando esté aquí lo hablamos. —respondió Rania cortando la llamada, y siguiendo al chófer para subir a la limusina.
El recorrido fue un verdadero paraíso a  los ojos de Rania, el paisaje era algo muy diferente a su país,  se abrazó así misma y acarició su vientre.
—Aquí será nuestro hogar mi pequeño, aquí viviremos. "Lejos de papá, por que no sabe que estás en camino mi amor" —se dijo y terminó la frase en pensamientos. Sus lágrimas rodaron sentía estrujar su alma, había salido de su país como una completa ladrona, a escondidas, sin despedirse ni siquiera de su madre, pues todos  creyendo que los escándalos en redes la apuntaban a ella, sin ella saberlo por su falta de atención a ese tipo de medios de comunicación.
El chófer paró el vehículo,  salió de el y abrió la puerta.
—Hemos llegado señora. —informó sacándola de sus cavilaciones, bajó la silla de ruedas y Rania fue llevada a la gran mansión que tenia frente a ella.
El personal de servicio las esperaban ya teniendo instrucciones de Bruno.
—Bienvenidas señoras, soy Rita, todas aquí, estamos a su servicios para lo que deseen. —se presentó el ama de llaves y Nana de la pequeña Hanna.
—Muchas gracias, trataremos de no molestar. —respondió Rania un poco apenada.
—En lo que pueda ayudar lo hago sin problemas, yo suy su...
—Ella es mi mejor amiga. —respondió Rania interrumpiendo la. Tifa la miró sorprendida al escuchar esas palabras y sonrió.
—No hace falta señorita...—habló Rita.
—Tifa..mi nombre es Tifa.
—Señorita Tifa, aquí hay suficiente personal para atenderlas en lo que necesiten. Son instrucciones de Bruno.
Rania y Tifa agradecieron y fueron guiadas al ascensor para ser llevadas a sus habitaciones.

LA ESPOSA ÁRABE. Despreciada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora