CAPITULO 30

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Rania, Arielle y Tifa, pasaron parte de la tarde y muy entrada la noche mirando todo tipo de ropa zapatos y perfumería.
Era una pasarela de modas donde ella y Tifa modelaron los mejores trajes.
—Rania, Tifa, ahora vamos al salón de belleza, el cambio tiene que ser completo. —dijo Arielle.
Las tres fueron al salón y spa, dónde le realizaron los cambios que pidieron.
—Estás muy hermosa mi niña. —dijo Tifa.
—Tu también Tifa....y verás que volverás loco a esos dos. -dijo Arielle riendo.
Ya casi al amanecer fueron a la mansión Alighieri L'Blank, fueron a sus habitaciones y se dispusieron a descansar después de una larga noche de chicas.
Al día siguiente.
Muy en la mañana Jhon despertó muy emocionado, haber pasado la noche de camping junto a su padre era una de las experiencias que más felicidad le causaba.
—Papá...¿puedo llamar a mami?
—Claro que sí mi campeón. Toma márcale de mi teléfono.
Jhon marcó el número de Rania y contestó de inmediato.
—Mami...ya estoy despierto. —dijo el pequeño Jhon.
—Hola mi vida. ¿Como te fue en la noche de fogatas?
—Muy bien mamá, salimos de caza. —dijo Jhon dejando a su madre un poco preocupada.
—Ten mucho cuidado cariño...y hoy por favor ten cuidado. Estoy muy pendiente de ti.
—Tranquila mami, papi cuida bien de mí.
—¿Y este número del que me hablas de quien es? —preguntó Rania para confirmar que era de Jhon.
—Es de papi, el me prestó para hablarte. —respondió el pequeño.
—Bueno mi vida, cuídate mucho...te amo. —se despidió Rania esperando que Jhon tomara el teléfono para hablar con ella.
"Gracias por prestarme el teléfono papá"  —escuchó en el momento de entregar el teléfono a Jhon y este cerrando la llamada. Rania sintió un mal sabor de boca al ver que Jhon no se interesó en hablar con ella, miró la pantalla del celular, cerró los ojos y apretó los labios.
—¿Que pasó Rania? —preguntó Tifa al ver cambiar su semblante.
—Era mi bebé, hablando me del teléfono de su padre.
—Y te pusiste así porque él no quiso hablar contigo. —preguntó Tifa.
—Ahora será por nuestro hijo, no voy a esperar nada de él. —respondió Rania sintiendo un nudo en su garganta.
—No te aflijas Rania, tu demuéstrale que lo superaste Desde hace mucho tiempo. -le sugirió Arielle.
—Claro que sí, y así sabrá lo que perdió. —dijo Tifa y continuó.
—Y cuando te vea lo hermosa que estás y que no lo miras...jmm ese hombre se arrepentirá de haberle hecho caso a Arielle y Gabriell. -habló Tifa y todas rieron.
—Ya te quiero ver a ti eligiendo a uno de esos dos. —dijo Rania y Tifa se volvió muy seria.
—No..nunca me imaginé estar entre dos pretendientes. —habló Tifa blanqueando los ojos.
—¿Y cuál de los dos cumple tus expectativas? ¿Cuál es el más atractivo para ti? —preguntó Arielle sonriendo y Rania muy atenta sin dejar de mirarla. Tifa suspiró profundo haciendo un gesto de negación.
—Uno es muy pero muy mujeriego, tengo años conociéndolo y tratando con el, le he conocido una que otra conquista por ahí. Mustafá....Mustafá lo traté como unas tres veces y es muy serio y recatado, a pesar de nuestras raíces y tradiciones, a él no le importa que sea viuda. -respondió Tifa y las chicas sonrieron.
—En verdad es un gran dilema mi amiga. -dijo Arielle.
—Y yo no imagino estar en su lugar. —habló Rania riendo.
Una hora después, Rania, Tifa y Arielle, estaban de regreso al pueblo de Arezzo.
Jhon y Jhon JR. Compartieron el día de pesca, era ya casi el atardecer cuando todos decidieron volver a casa.
—¿Ya se termina todo papá?
—Creo que si...solo falta la premiación y la fiesta de cierre de festividades.
—¿Pero seguiremos compartiendo verdad? Se terminan las vacaciones y tendremos que regresar a Roma, y ya no te veré papá. -habló con tono de tristeza el pequeño Jhon, Jhon paró la camioneta y se puso frente a él.
—Claro que será así mi campeón, yo no volveré a Nueva York, me radicaré en Roma para poder estar contigo en todo momento, y tengo una sorpresa para ti..
—¿Cuál es papá?
—Ya compré una hacienda para que pases las vacaciones aquí.
—¿Y tu también estarás?
—Por su puesto que si... también mamá y la abuela.
—¡Yupiiiii! Tendré mi propia hacienda...¡Gracias papá! —expresó con toda la alegría del mundo y se abrazó a su padre. Continuaron el viaje y fueron a la hacienda de los Alighieri donde esperaba Rania por su hijo.
—Estás muy hermosa Rania. —dijo Dora al verla tan cambiada.
—Gracias señora Dora. —respondiendo al abrazo.
—En verdad que mi hijo es un ciego.
—Ya veremos si es un ciego mamá Dora. —respondió Arielle cuando se escucharon las camionetas llegar.
Todos salieron a recibir a los padres con sus hijos, y era el turno de Rania.
Caminó a paso lento mientras el viento revoloteó sus cabellos ondulados y su esbelta figura tallada en un vestido ceñido al cuerpo.
—¡Mamá! —gritó Jhon y corrió a sus brazos. Jhon la miró fijamente y observó lo hermosa que estaba, parpadeó y tragó el nudo en su garganta. ¿Necesitaba sentirse libre para ponerse asi de bella? Se cuestionaba mentalmente.
—Mi vida ..te extrañé tanto. ¿Te divertiste?
—Si mamá, y mira pescamos el robalo más grande. —expresó con alegría y Rania le aplaudió.
—Felicidades mi amor, lo más importante es que la pasaste muy contento haciendo lo que te gusta. —dijo Rania poniéndose de pie y mirar a Jhon.
—Buenas tardes Jhon...y muchas gracias por cuidar a mi hijo. -habló Rania con total indiferencia.
Jhon sintió un estrujón en el pecho al ver la actitud indiferente de ella al saludar con un simplemente buenas tardes Jhon.
La vio despedirse de todos, y alejarse para después subir a la camioneta de Bruno y salir de ahí.
Jhon suspiró profundo apretó sus puños al igual que sus dientes.
—No puedo darle mucho tiempo libre, tengo que actuar ya. —dijo Jhon en el momento en que Arielle se acercó a él.
—Pues empieza ya, por que ayer que estaban en una cafetería, alguien la invitó a salir. —dijo Arielle y Jhon se giró de una a mirarla de forma interrogativo.
—Ella no puede aceptar ..es mi mujer, que no se crea libre. —habló Jhon seguro de que lo dicho por Arielle era verdad.
—Ella es una mujer libre de escoger Jhon.
—Eso lo veremos. -respondió y salió furioso tras de Rania.
—Pues entonces, date prisa...Rania es una mujer muy hermosa y está libre. —habló Arielle sarcástica.
Jhon cogió sus llaves y salió para ir tras de Rania, manejó y todo el trayecto, su mente fue un caos
—¡Joder! ¿Cómo es que deja que otro la invite a salir, no es una mujer ...si..si lo es. —se discutía mentalmente.
Llegó a la hacienda Ferrer justo en el momento en que Rania llegaba, vio bajar a Jhon y correr al interior de la hacienda, salió de la camioneta y se acercó a ella.
—Rania...puedo hablar un momento contigo por favor. —pidió y Rania se giró al escuchar esa vos que hacía estremecer su corazón.
—No veo de que podamos hablar, Jhon está bien grandecito para entender que puedes venir por el cuando lo desees.
—¿Podemos ir a otro lugar ?
—Jhon..lo que tengas que decirme... dímelo aquí, no te lo tiempo para ir a otro lugar, hace día días que no estoy con mi hijo, y es la primera vez que estoy lejos de él.
—No pretendo alejarte de nuestro hijo....—dijo Jhon y fue interrumpido por el pequeño Jhon que salió al encuentro de su madre que no lo siguió.
—Mamá... papá, veniste por mi nuevamente. —preguntó y pasó por la mente de Jhon una idea. Más bien una locura. Miró a su hijo y guiñó un ojo y le sonrió, el pequeño muy inteligente comprendió y corrió a subirse a la camioneta y abrió la puerta mientras Jhon tomaba a Rania en sus brazos y le subió para luego hacerlo el
—¿¡Qué cres que haces Jhon? ¡Déjanos bajar! —habló desesperadamente Rania forsegeando para intentar soltarse del agarre de Jhon.
—¿No papi!...¡no lo hagas!....¡sigue sigue adelante! —cadi gritó muy emocionado el pequeño Jhon mientras aplaudía.
Jhónathan Maxwell siguió rumbo a la hacienda que había adquirido y le puso por nombre MÍ Árabe.
Llegó al estacionamiento que quedaba en el jardín delantero, Jhon JR. Bajó corriendo y miró los caballos que estaban a lo lejos en el establo.
—¡Mamá...mira esos caballos! —habló con emoción, el pequeño, Rania vio los ojos de su pequeño destellante de una inmensa alegría. Miró a Jhon y este le sonrió encogiendo sus hombros.
—Le prometí a mi hijo que tendría su propia hacienda con muchos caballos y todos los animales que el desea tener. —dijo Jhon acercándose a ella a paso lento.
—Jhon, debes ser muy claro con el niño, debes explicarle que tú y yo.....sus labios fueron sellados por un apasionante beso que le robó Jhon.
Rania sintió acelerar su corazón sus piernas flaquearon, intentó zafarse  del agarre de Jhon que le tenía rodeada su cintura apretándola a su cuerpo.
Jhon se separó y la miró fijamente a los ojos..
—Volverás a ser mía...eres mi mujer...mia...— habló sobre sus labios, Rania parpadeó intentó alejarse Pero el no se lo permitió.
La envolvió entre sus brazos y volvió a capturar sus labios debitando los y Rania cediendo él paso a esa lengua inquieta que la exploraba intensamente.
Rania sentía su corazón desenfrenado, estar en los brazos de Jhon como Rania y diciéndole que era suya, la hacía sentir en las nubes.

LA ESPOSA ÁRABE. Despreciada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora