CAPITULO 11

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Jhon salió del departamento magistral mente ignorando a Rania, entró al ascensor, bajó, salió y subió a su auto para ir a la construcción del palacete para Fátima, nunca se imaginó que lo que mas le apasionaba, se le estaba volviendo algo muy estresante.....su trabajo en ese palacete.
Llegó fue directo a su oficina temporal con la intensión de empezar a realizar su trabajo para luego ir a la obra que se realizaba.
Miró cada detalle realizado, caminó por los lugares donde estaban los obreros cuando su teléfono sonó.
—Señor, su esposa está aquí. —recibió la llamada y colgó.
Continuó en su labor sin prestarle atención y sin importar que su esposa lo esperaba.
Una hora después de revisar la obra, subió a su auto y fue a un restaurante más cercano donde estaba Mustafá esperando por el.
—Buen día amigo. —saludó Jhon sentándose frente a él.
—Jhon. ¿Te pasó algo? Te ves contrariado amigo.
—No se si estar feliz o arrepentido.
—¿Que te pasó amigo? Cuéntame y si puedo ayudar, con gusto.
—No sé si pueda seguir en este proyecto...
—¿Y no lo puedes cancelar?
—Es un contrato de miles de millones.
—Deja a un arquitecto encargado. ¿Cuánto tiempo durará esa construcción?
—Al ritmo que vamos y con la cantidad de gente que se está trabajando en unos ocho meses. Y no creo resistir todo ese tiempo con esta presión.
—Si quieres puedo hacerme cargo de tu obra, si estoy en ese hotel es porque nadie me contrata como arquitecto.
—¿Cómo que nadie te contrata?
—Tú eres la prueba de eso, yo postulé para ese proyecto y escogieron a los extranjeros.
Jhon estaba sorprendido por las palabras de Mustafá.
—Preséntame tu proyecto, el mismo que enviaste a Khalid Al-khalifa y ven a trabajar conmigo. Formaremos una sociedad aquí y tú serás el arquitecto en jefe.
Mustafá estaba feliz de poder ejercer su profesión, y así, Jhon sentiría menos la presión del trabajo y su matrimonio.
Miró el teléfono buscó el nombre de Ainar y envió mensaje.
—¡Hola, como estás!.—envío Jhon el mensaje a Ainar.
—¡Hola Jhon! Pido disculpas por llegar a tu trabajo haciéndome pasar por tu esposa, solo deseaba llevarte un desayuno delicioso. —respondió Rania al otro lado del teléfono sintiendo doler su corazón.
—¿Eras tú? ¿Donde estás ahora?
—Ya me fuí..no te preocupes. —respondió cortante.
—¿Donde estás? —insistió él.
—Estoy en el Burj Park.
—Espérame ahí....ya voy por tí. —respondió Jhon, apagando su teléfono y saliendo tan de prisa dejando a Mustafá con la palabra en la boca.
Subió a su auto y salió como alma que lleva el diablo por esa autopista y una hora después estaba con una pequeña flor para entregarle a Ainar.

Rania Al-khalifa.
—¡Tifa! Tifa ven por favor. —llamó apresurada mente saliendo de su habitación.
—¡Niña! ¿Te sucede algo? ¿Que te pasó?. —preguntó asustada y arreglando su ropa y cubriendo su velo creyendo que Jhon y Rania habían discutido.
—Tifa ayúdame a empacar el desayuno, Ainar se lo llevará a Jhon.
—¿Ainar? ¿Quién es Ainar?
—Soy yo Tifa... soy yo. Ainar es lo contrario de Rania. —dijo ella entrando al baño a ducharse, mientras Tifa hacía un gesto de negación.
—En verdad...confirmo que estás loca mi niña. —dijo lo último y salió de la habitación para ir a preparar el desayuno que Rania llevaría a Jhon.
Salió del baño y buscó un vestido que la caracterizaba como Ainar, fresco y suelto, sin dejar de ser elegante. Tomó su velo y salió de la habitación.
—Niña, ya está todo cuidadosamente empacado, no se por que se te ocurren estás cosas, dijiste que le confesarías la verdad, que revelarías tu verdadera identidad.
—tuve esa intención Tifa... pero una cosa llevó a la otra y no...no pude.
—Niña... recuerda que la mentira tiene patas cortas. ¿Qué pasará cuando él descubra qué Rania y Ainar es la misma persona.?
—Él estará profundamente enamorado de mí.....lo prometo Tifa,  no será por mucho tiempo.
—Temo a su reacción.
Rania dejó un beso en su mejilla, tomó la cesta y salió del departamento, entró al ascensor y bajó.
Una hora después, Rania cambió a uno de sus autos lujoso con uno menos cotizado.
—¿Que hago con el cello de la familia señora.?
—Retirarlo, no tengo problemas con eso...el auto es tuyo.
—Muchas gracias señora.
Rania sonrió y salió en dirección a la construcción donde estaba Jhon.
Llegó a la gran extensión y se paró frente a los guardias de seguridad.
—Buenos días señor...puedo pasar.
—No se permite el acceso a  particulares esta es un área privada.
—Yo no soy particular yo soy la esposa de Jhon Maxwell el arquitecto en jefe de esta construcción, soy la hija de Khalid Al-khalifa.
—Señora...mil disculpas por no permitir su entrada. —se disculpó el guardia en jefe. Rania sonrió y avanzó tras el y habló amablemente.
—Te disculpo si me guardas el secreto ante los demás.
—Como usted ordene señora...seré una tumba.
—Espero que esa tumba sea cerrada.
—Cerradisima. —repitió cediendo el paso.
—por favor, anuncia a mi esposo que lo espero en su oficina. —dijo Rania teniendo la esperanza de que Jhon llegara a ella en ese momento.
Rania manejó y quince minutos después estaba en la oficina de Jhon.
—¡Buenos días!  ¿Leila, está el señor Jhon?
—No señora...se fue a inspeccionar la obra.
—Está bien....espero entonces.
—Por favor..pase a su oficina.
—Muchas gracias. —respondió y pasó.
Miró cada detalle de la delicada decoración, no imaginaba que había Sido diseñada y decorada por la mujer de la fotografía sobre el escritorio. Arielle L'Blank y sus trillizos.
Rania miró y vio la fotografía donde estaba junto a Jhon y la otra dónde estaban los cinco como una familia.
—Ella es la mujer que amas, muy hermosa, y esos pequeños. ¿Serán tus hijos? No...no creo, si fueran tus hijos no estarías aquí..... Estarías allá luchando por ella. Hermosa mujer dueña del corazón de mi esposo. —dijo mirando a la sonriente mujer de cabellos lila en la fotografía, la dejó en su lugar mientras sus lagrimas rodaban y su corazón se rompía un poco más.
Miró la hora y vio que había pasado mucho tiempo y Jhon no apareció aún sabiendo que ella lo esperaba.
Salio de la oficina, se despidió, salió y subió nuevamente a su auto y salió de los terrenos sintiendo el corazón roto en mil pedazos.
Llegó a la entrada donde estaba el jefe de guardia, y se acercó a ella
—Señora, el señor salió casi enseguida que usted llegó, le avisé que usted estaba.
—Si... Tranquilo él me envió mensaje para encontrarnos en un restaurante. —respondió Rania mintiendo para su mala situación  no quedara en evidencia ante los demás.
Rania sonrió y condujo nuevamente de regreso al departamento cuando el sonido de los mensajes recibidos se escuchaba, tomó el teléfono y miró.
Su corazón dio un vuelco al ver qué era un mensaje de Jhon para Ainar.
—¡Hola, como estás!. —Rania leyó el mensaje y cerró los ojos antes de responderle.
—¡Hola Jhon! Pido disculpas por llegar a tu trabajo haciéndome pasar por tu esposa, solo deseaba llevarte un desayuno delicioso. —respondió Rania, sintiendo doler su corazón mientras sus lágrimas rodaron por sus mejillas.
—¿Eras tú? ¿Dónde estás ahora?
"Claro que era yo... Rania tu esposa, y estoy destrozada justo ahora." —pensó y quiso responder...Pero no lo hizo.
—Ya me fuí..no te preocupes. —respondió cortante.
—¿Dónde estás? —insistió él, Rania cerró los ojos y respondió.
—Estoy en el Burj Park.
—Espérame ahí....ya voy por tí.
—No hace falta, me voy con mis amigas que me están esperando . —envió, y el mensaje no fue leído.

Rania al ver que el mensaje no era leído, fue al centro comercial lo más rápido que pudo y compró una peluca Borgoña, se la colocó y  cambió su velo por  otro y salió nuevamente al Burj Park. No podía dejar que John viera el color de su cabello como como Rania, pues tenía que ser diferente al de Ainar que era muy negro.
Jhon llegó, bajó del auto y fue al Park, miró a todos lados y tomó su teléfono para enviarle un mensaje.
Leyó el último mensaje que había enviado Ainar y pasó sus manos con frustración.
—¡Rayos!  —se lamentó y de pronto vio a Rania caminar en su dirección.
—¡Hola Jhon! Bonito día tengas. Que casualidad encontrarte aquí. ¿Ya desayunaste? —habló amablemente sonríendo. Jhon la miró y vio sus ojos rojos deduciendo que había llorado.
—No... aún no desayuno.
—¡Que bien! —dijo expresando emoción, cerró los ojos al darse cuenta lo evidente que estaba siendo en ese momento.
—Digo...me encanta este lugar para hacer picnic. Te invito, yo siempre lo hago sola.
—¿Sola? —preguntó intrigado y Rania sonrió al ver su diminuto interés.
—Si, sola...no tengo amigas en esta ciudad, y por eso siempre estoy sola.
—Ven te invito a......—Rania quedó en completo silencio al darse cuenta de que su auto no lo había cambiado por el de ella.
—¿Paso algo?
—No...no pasó nada...ven vamos acá que es mejor el lugar, tiene mejor vista, y me esperas un momento por favor. Solo un momento.
—Claro..ve...—respondió muy serio, pero estar ahí ya era un avance para Rania.
Ella se alejó un poco y marcó el número de  Tifa.
—¿Tifa... dónde estás?
—Haciendo compras niña. —responde muy emocionada.
—¿En centro comercial de Burj Park? Dime qué es ahí por favor.
—No niña, Estoy lejos de ahí.
—Tifa...no.
—Que deseas niña.
Rania envió las indicaciones de dónde estaba y quince minutos después llegó el guardia del centro comercial enviado por Tifa, con la cesta de alimentos que había preparado para el horas atrás.
Mientras Rania envió el mensaje a Tifa, recibió un mensaje de Jhon..para Ainar.
"Deseaba verte, solo espero sea un día perfecto para ti, hermosa?
Rania leyó el mensaje, se debatía en responder o no.
No deseaba que su otra parte distrajera a jhon y su yo original.
Decidió no responder y caminó al encuentro con Jhon.
Lo miró muy distraído en el teléfono y concluyó ...que él esperaba un mensaje de Ainar.
—Hoy intentaré que sea solo mío, como Rania. —se dijo para así mismo mientras caminó a su encuentro y sonreía, su corazón desbordaba de felicidad, una felicidad que solo ella sentía desbordante en su interior y que no podía compartir con su esposo, pues ahora luchaba contra el fantasma de una mujer del pasado, y con una mujer a la que ella había inventado.

LA ESPOSA ÁRABE. Despreciada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora