CAPITULO 15 DE REGRESO A CASA

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Un mes había pasado.

—Tifa, ya quiero regresar al departamento, ya no quiero estar en este hospital. —pidió Rania ya casi recuperada.
—Podemos volver cuando el doctor lo disponga niña.
—Muy bien señora Maxwell, los resultados de los exámenes son muy favorables, ahora haremos una ecografía para ver cómo sigue nuestro consentido ahí dentro. —las interrumpió el Galeno. Rania sintió acelerar su corazón al saber que ya pronto estaría fuera de ese hospital.
—Que bueno doctor, ya deseo volver a casa.
—Pero tienes que estar completa mente acostada, por un periodo de tres meses, si cumples con esa condición te daré el alta, aún estás delicada,  y necesitas estar tranquila. —sugirió el Galeno.
—Lo se doctor, y tenga por seguro que lo voy a cumplir. —aceptó Rania y fue trasladada al consultorio donde le harían la ecografía.
El Galeno realizó el ultrasonido y dos horas después Rania estaba saliendo del hospital en una silla de ruedas para volver al departamento.
El trayecto fue lento, Pero muy seguro, aún tenía un leve desprendimiento de placenta además de ser placenta previa.
Llegaron al edificio y subieron al piso, entraron al departamento, y  Tifa empujando la silla de ruedas mientras  Rania quitó su velo.
—Vamos niña tienes que acostarte, hay que seguir las indicaciones del médico.
Un momento más por favor Tifa, Jhon no está, y no creo que regrese a este departamento, desapareció sin decir nada, me imagino que en estos dias recibiré los papeles del divorcio.
—Mi niña, y si le dices que estás esperando un bebé, y que estás delicada de salud, que en cualquier momento lo puedes perder.
—No,, no Tifa, como le voy a decir que mi hijo es suyo, si me odia como Rania.
—Pero el tiene que saber que eres también Ainar.
—No Tifa, guardaré un buen recuerdo de su amor aunque no sea amor, Pero de mi parte si fue amor, lo amé desde el primer momento que me vi en sus ojos, él.. él ama a esa hermosa mujer de cabellos morado, yo...yo me quedaré con el recuerdo de los momentos robados, y si...fui feliz entre sus brazos, mi primer amor, mi primer hombre, el padre de mi hijo.
Rania habló con voz temblorosa sintiendo una gran nostalgia, deseaba estar entre los brazos de Jhon, ser consentida en esos momentos que se sentía tan vulnerable, Jhon había desaparecido sin decir dónde estaba, nunca un mensaje a Rania ni como Ainar. Simplemente volvió a Nueva York dando el tiempo necesario que Tifa había pedido en nombre de Rania.
—Mi niña, a nuestro pequeño no le faltará amor, además no te agites,  recuerda que no puedes tener emociones fuertes, estas delicada y mejor así, que Jhon no esté así estarás tranquila sin ese velo que cubra tu rostro todo el tiempo, así sin él aquí estaras mas relajada.
—Así es Tifa...me sentiría nerviosa con la presencia de Jhon y tener que explicarle lo de mi bebé, sería muy incómodo para mí admitir ante el que lo engañé.
—No lo engañaste mi vida, el no te dió tiempo para escucharte la noche que le dirías la verdad.
—Igual Tifa, lo engañé, y sabes algo,  nunca entendí el por qué tiró ese ramo de flores por los pies, no me dió tiempo de preguntar.
—Ya mi niña, deja a ese hombre...que si se limita a enviarte los papeles del divorcio sin necesidad de que lo tengas de frente sería mucho mejor, no te estreses.
La tarde pasó entre conversa y risas, Tifa preparó los platillos de antojos que sentía Rania.
Ya entrada la noche, Tifa preparó la habitación de huéspedes.
—Dormiré aquí en el sofá....—sugirió Tifa, para poder cuidarla.
—No Tifa, no puedes estar incómoda, ve a tu habitación, yo estaré bien, cualquier cosa te llamo.
—No estoy convencida.
—No me sentiré bien Tifa, estaré pendiente de ti toda la noche porque se que estarás incómoda.
—Está bien mi niña, dormiré arriba Pero cualquier cosa...por favor me llamas.
—Si lo haré Tifa, solo cuento contigo, no dejaría que le pase algo a mi bebé.
Tifa dejó acostada a Rania en la cama, y fue a su habitación.
Rania cerró los ojos anhelando que Jhon estuviera ahí junto a ella.
Las horas pasaron, Rania estaba en los más profundo de su sueño, sonreía, porque su sueño era placentero.
" Veía a su pequeño correr por la orilla de la playa, corría a los brazos de Jhon que se encontraba en cuclillas
con los brazos abiertos esperando por el pequeño que corria en su dirección, lo vio levantarlo y jugar con el dando vueltas, mientras el pequeño reia a carcajadas."
Miró a Jhon acercarse a ella muy sonriente, la abrazó por la cintura y unió sus labios a los de ella.
—Eres muy hermosa . —susurró en su oído. También sintió el roce de los labios sobre lo de ella."
Rania se removió en su lugar y abrió los ojos llevándose sus manos a ellos.
—Lo sentí tan real...Alá gracias por tan hermoso sueño, si pudiera hacerse realidad, entonces sería lo más maravilloso mi amor, te imaginas papá cuidando de nosotros. —expresó Rania con lágrimas rodando por sus mejillas mientras acariciaba su vientre.
Miró a la ventana viendo que aun estaba el cielo oscuro, suspiró profundo cerró los ojos volviendo a conciliar el sueño.
Las horas pasaron cuando Tifa entró a la habitación viendo a Rania dormir plácidamente con una leve sonrisa en sus labios.
Tifa preparó el baño, luego y salió para preparar el desayuno.
Una hora después volvió a la habitación con la bandeja entre sus manos.
—Ya despertaste cariño, dormías con una dulce sonrisa en tus labios, mira, aquí tu desayuno...vamos tenemos que fortalecer a ese pequeñín para que crezca sano y fuerte.
—Tifa, fue el sueño más hermoso, éramos una familia de verdad, llena de amor....pero es solo eso...un sueño que jamás se hará realidad. —habló Rania mirando hacia la ventana. Tifa cerró los ojos y suspiró profundo.
—Que puedo decir mi niña, claro que también deseo que eso suceda...por favor no te martirices, recuerda que no te hace bien.
Rania sonrió tristemente y empezó a comer muy despacio. Sentía un nudo en su garganta al ver que Jhon no estaba ahí y que como Ainar tampoco recibía un mensaje.
Una hora después fue al baño se duchó y luego se arregló, sentada en su silla de ruedas pasaba los días en la terraza y jardines de su departamento.
Una semana había transcurrido, una semana en la que cada noche soñaba que Jhon dejaba un beso en sus mejillas, o en sus labios.
—Este encierro me volverá loca Tifa... quiero ir a la playa, sentir el viento en mi rostro.
—Lo se niña, Pero recuerda...
—Lo se Tifa, primero está mi bebé, lo protegería con mi vida, es lo único hermoso que tengo de Jhon. —la interrumpió.
—Así es mi niña, no sabe lo hermoso que se está perdiendo.
Tifa y Rania continuaron hablando y cada día que pasaba sentía que su recuperación era  total.
Dos semanas habían pasado, cuando el sonido de la puerta se escuchó abrir.
Tifa salió de la habitación, colocó su velo y fue a la sala viendo entrar a Jhon con su maleta y pasar.
—Hola Jhon.....—dijo Tifa, intentando ocultar su nerviosismo.
Jhon se detuvo en seco y la miró fijamente.
—Hola, disculpa Pero Estoy muy cansado del viaje. —respondió y pasando de largo a su habitación.
Tifa sintió acelerar su corazón, sentía temor de ser descubierta, y a no tener la libertad de estar con Rania el tiempo que Jhon este dentro del departamento, apretó sus puños sintiendo ganas de golpearlo.
—Grandísimo imbécil, si supieras que serás Padre y no lo mereces. —se dijo por lo bajo, audible solo para ella, vio a Jhon perderse en el pasillo que se dirige a su habitación y corrió a la habitación de Rania.
—Niña, no te alteres...Pero ahora sera mas complicado que salgas de esta habitación.
—¿Que sucede Tifa?
—El señor Jhon acaba de llegar.
—Por Alá, el no puede saber de mí y mucho menos en mi estado de embarazo. Tifa, poco a poco ve organizando todo, voy a comunicarme con el doctor para una revisión.
—¿Niña, estás segura?
—Si Tifa...con Jhon aquí, no podré llevar mi embarazo con tranquilidad, siempre tendré el temor de que entre a esta habitación.
—Está bien Rania, tenemos que estar segura de que ya no corre peligro el bebé.
Tifa salió de la habitación y en ese momento el timbre sonó. Tifa abrió la puerta cuando un ramo de rosas fue entregado sin decir nada de parte de la persona que lo entregó
—¿Disculpe quien envió esto? —preguntó Tifa sin tener respuesta.
Miró la tarjeta  y leyó.

"Gracias por ser tú, por ser especial, sin darme cuenta fui descubriendo el grande amor que está creciendo por tí."

—Seguro se equivocó de piso, mejor lo dejo aquí. —dijo Tifa tirando el bouquet en el cesto de basura.
Tomó el teléfono y llamó al hospital, para la cita de Rania.
Mientras Tifa hacía lo suyo....Rania tomó su teléfono y marcó a su abogado dónde pidió redactar un acuerdo de divorcio.

LA ESPOSA ÁRABE. Despreciada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora