La tarde pasó entre conversas y risas, y todo era escuchado por Jhon, que se lamentaba de cada conversación que había entre Tifa y Rania.
Ya entrada la noche, Tifa preparó la habitación de huéspedes, y Jhon, asegurando se de qué ella ya estubiera en su habitación y Rania esté profundamente dormida, Jhon entró silenciosamente, se acercó y delineó su rostro con la mirada, la vio sonreír levemente e intentó tocar sus labios pero se detuvo, empuñando su mano fuertemente.
Y él se acercó un poco más
—Eres muy hermosa. —susurró en su oído, y dejando un roce de beso en sus labios.
Rania se removió en su lugar, mientras Jhon quedaba silenciosamente pegado al piso para no ser descubierto en caso de que Rania despertara.
"Lo sentí tan real...Aláh, gracias por tan hermoso sueño, si pudiera hacerse realidad, entonces sería lo más maravilloso mi amor, te imaginas papá cuidando de nosotros. —escuchó decir a Rania sintiendo el deseo más grande de ponerse de pie y decirles "aquí estoy para consentirlos" pero no podía hacer eso.
Las horas pasaron cuando sintió que Tifa se acercaba y se corrió bajo la cama. Vio entrar a Tifa que pasó directo al baño, para luego salir a preparar el desayuno.
Jhon salió y entró rápidamente al ascensor sin ser visto por Tifa.
Jhon con mucha cautela entraba y salía del departamento y volvía casi de inmediato,
Una semana había transcurrido, una semana en la que cada noche Jhon dejaba un beso en sus mejillas, o en sus labios y velando su sueño
Y seguía escuchando cada palabra que rompían su corazón.
"Así es mi niña, no sabe lo hermoso que se está perdiendo."
—No..no del todo me estoy perdiendo tu embarazo mi ojos lindos, Estoy aquí, cada noche velando tus sueños y cuidando ocultamente de ti. Pero ya no más, hoy será el día que veas que regresé, —se dijo esperando quedar solo para salir y entrar como si recién llegara de viaje.
Dos horas después de ver que Tifa y Rania habían llegado, sacó su maleta y pidió el ascensor, subió al piso, y la puerta se abrió..
Vio salir a Tifa con un velo, y recordó que era ella quien siempre estaba ahí cuando el llegaba de verse con Ainar, sonrió en sus adentro al ver que su mujer fue mucho más inteligente que él para tener un poco de su atención. Jhon caminó arrastrando su maleta y actuando como siempre.
—Hola Jhon.....—dijo Tifa saludando.
Jhon se detuvo en seco y la miró fijamente. No podía descubrirse aún ante Rania y decirle que todo ese tiempo estuvo ahí.
—Hola, disculpa Pero Estoy muy cansado del viaje. —respondió dudando un poco pero pensó en la salud de Rania y su hijo, Así que decidió pasar de largo a su habitación.
Jhon dejó la maleta en el vestidor, tomó su teléfono y marcó a la tienda de flores y envió el mensaje.
"Gracias por ser tú, por ser especial, sin darme cuenta fui descubriendo el grande amor que está creciendo por tí."Una hora después le llegó la notificación del recibidos de las flores.
John bajó, y fue directamente a la cocina, sirvió un vaso de agua y miró las flores en el cesto de la basura.
Apretó los labios dejó el vaso y subió a su habitación.
—No las aceptó...¿Y como porqué las aceptaría..si no tiene ideas de que eres tú quien se las envía.? —se preguntó así mismo a forma de reproche.
Cada día se preparaba para salir a su trabajo y llegar tarde tratando de que Rania esté tranquila sin su presencia, y llegando a la hora justa para entrar a su habitación y velar su sueño, para después salir antes del amanecer.
Los días seguían pasando y Jhon sabía que era el día de la cita médica, se adelantó y llegó al hospital, entró al consultorio del médico tratante.
—Buenos días doctor, soy Jhon Maxwell el esposo de Rania Al-khalifa Maxwell.
—Por fin está usted presente, la señora tiene cita hoy en una hora.
—Por eso estoy aquí, porque deseo pedirle un gran favor.
Jhon habló y explicó al Galeno la situación y el médico comprendió.
—Me alegra mucho saber que ha estado pendiente de ella todo este tiempo señor Maxwell. Pero está bien, cuando esté aquí lo haré pasar como uno de los auxiliares. —dijo el galeno y una hora después Jhon estaba vestido con las ropas de hospital y su mascarilla puesta para pasar desapercibido.
Rania llegó y no prestó atención al auxiliar de espaldas.
El médico hizo las preguntas correspondientes y ordenó pasar a la habitación para realizar el ultrasonido.
—Muy bien señora Maxwell, descubra su vientre. —ordenó
Rania hizo todo lo que le indicaron y Jhon simplemente estaba completa mente en silencio y observando.
El Galeno pasó el transductor por el vientre mirando el monitor y escuchando los latidos fuertes del corazón de su bebé.
Jhon sentía su corazón acelerado, deseaba abrazar fuerte a Rania pero se detenía, el sabía que podía sentirse mal y se maldecía internamente por no poder hacerlo.
—El bebé está en perfectas condiciones, tiene que seguir con el tratamiento y la quiero aquí dentro de dos semanas, para ver su evolución.
—Muchas gracias doctor, damos la vuelta al mundo entero y mi hijo no saldría antes de tiempo. —y Jhon sintió estrujar su corazón.
—¿Vas a viajar? —interrogó el Galeno.
—Si doctor, deseo ir a la playa, sentir el viento rozar mi rostro, lo deseo tanto, siento que me asfixio ahí encerrada.. —dijo Rania sonriendo.
—Y yo estaré ahí esperando por ti mi ojos lindos, ve por favor deseo abrazarte y decirte está Verdad que me esta ahogando. —pensó Jhon sin imaginar esas palabras.
Escuchó el resto de la conversación y las vió salir del consultorio.
El Galeno lo miró y sonrió al verlo ahí como un inexperto y asustado papá primerizo.
—Felicidades señor Maxwell, su bebé y su esposa cada día mejoran.
—Seré cauteloso al momento de presentarme ante ella. No podría nunca en riesgo la salud y vida de mi hijo. —Dijo Jhon sintiendo latir fuerte su corazón y con una felicidad que desbordaba por sus venas.
Tomó el teléfono y marcó el número de la tienda de flores nuevamente y las compró todas pidiendo la enviaran a la misma dirección.
Jhon fue directamente a su trabajo, sin imaginar que esa decisión le pesaría después, miró el reloj a cada momento ansioso de que llegara la hora de ir a la playa, miró el teléfono de Ainar intentó escribir un mensaje Pero no lo hizo, pues seria un mensaje para Ainar lo que rania recibirá, porque jamás él le escribió un mensaje para Rania.
—Ya no más mensajes para Ainar después de esta noche serán para ti como mi esposa. —se dijo mirando el celular.
Las horas pasaron y ya era la hora de tener que ir a la playa, subió a su auto y salió, paro en una tienda de flores y chocolates y las llevó.
—Estás flores no son para ti Ainar, sino para ti Rania, mi esposa. —pensaba y decía las palabras que deseaba decirle cuando la tuviera frente a él.
Llegó a la playa, tomó las flores y chocolates y caminó a su lugar de siempre.
Miró la hora y Ainar no daba señales de su presencia. Una hora más y no aparecía.
Jhon miraba a cada instante el reloj y los minutos le parecen un eternidad.
Sentía una angustia en su corazón, miró el reloj por última vez y subió al auto y fue directo al departamento encontrando los botes de basuras llenos de las flores que envió en la tarde,
Entró al ascensor y subió, pero sentía que esa subida era en cámara lenta, el ascensor se detuvo y las puertas metálicas se abrieron, Jhon entro al departamento y un frio recorrió su espalda, al ver el departamento sin rastros de Rania, corrió a la habitación, dónde se había quedado últimamente y la encontró completa mente vacia de las cosa de Rania, como si ella nunca hubiera estado ahí, subió a pasos largos a la habitación principal y también estaba en igual condiciones que la de huésped y
Jhon cayó sentado sobre la cama.
—¿Dónde estás Rania,? ¿Que hiciste? —se preguntaba sin tener respuesta, tomó su teléfono y marcó una y mil veces al contacto de Ainar y nunca recibir una respuesta de ella.
"El número que marcaste está fuera de servicio "era la respuesta en automático que recibía.
—¡Aaaah! mald1t4 sea —dijo y gritó lanzando el teléfono contra la pared.
—Maldit4 sea, ¿Dónde carajos te has metido mujer?
Jhon salió del departamento sin saber exactamente donde buscar, Rania no tenía amigas o eso creía el y se lamentaba no saber nada de ella, ir donde Khalid Al-khalifa era la última posibilidad para buscarla,
Condujo por toda la ciudad y buscó en los posibles lugares donde estaría.
—Esto es un mal sueño, donde te has metido mujer. —se reprochaba una y otra vez.
Ya al amanecer volvió al departamento y subió, recorrió cada lugar, fue a la habitación de huéspedes y se acostó sobre esa cama que ni rastro de su perfume tenía.
Salió de ahí y fue a su oficina y tomó una botella y empezó a beber,
Una semana pasó ahí encerrado lamentando haber perdido la oportunidad de tener a Rania.
—Y cada vez pedías el divorcio cuando ella pedía una oportunidad, eres un imbécil Jhon Maxwell, eres el imbécil mas grande que pueda existir...te perdí...perdí a mi mujer y a mi hijo —se reprochaba sdi mismo
Una semana más y el timbre de la puerta era insistente.
—¿Quien carajos toca y molesta? —renegó abriendo la puerta y Mustafá dió un paso adentro al verlo tan descuidado.
—Jhon..amigo. ¿Que te ha pasado? —preguntó al verlo con la barba crecida la camisa abierta.
—Lo perdí todo Mustafá...todo.
—¿Acaso no era eso lo que deseabas?—preguntó y Jhon lo fulminó con la mirada.
—Mi mujer y mi hijo han desaparecido Mustafá. —dijo Jhon y Mustafá no comprendía absolutamente nada.
—¿Que estás diciendo?
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LA ESPOSA ÁRABE. Despreciada.
RomanceRania Al-khalifa, era una mujer inteligente, y hermosa, Había crecido en un hogar en dónde las costumbre y tradiciones eran inquebrantables. Estaba comprometida Desde muy pequeña con la familia Al-Rashid. Obligada a casarse con Alih Al-Rashid, y un...