*Inicio conversación de Whatsapp 17:32*
Roberto: Hola
Izhak: ¿Qué quieres ahora?
Roberto: Tenía que intentarlo. Quiero hablar contigo.
Izhak: Yo no quiero. No me hables más.
Roberto: De verdad que lo siento.
Izhak: Muy bien, pero a mí eso me da igual.
Roberto: Deja de parecer un niño pequeño y déjame hablarte.
Izhak: Esto es Whatsapp, puedes hablar todo lo que quieras; otra cosa es que yo lo quiera leer.
Roberto: Bueno, luego no te quejes.
Izhak: ¿Qué?
*Fin de la conversación 17:50*
Roberto no lo dudó ni un segundo e ignorando a su hermano cuando le preguntó que a dónde iba, abrió la puerta y salió corriendo de su casa para poner dirección a la de Izhak. Corrió con todas sus fuerzas como si se le fuese la vida en ello. Vio a varios compañeros de clase por el camino a los que no se molestó ni a saludar.
Llamó al timbre en cuanto estuvo en la puerta de la vivienda que tenía decidido entrar; contestó una mujer.
- ¿Quién es?-preguntaba.
- ¿Está Izhak? Soy Roberto.
- Ah, sí, pasa.
Entonces, la puerta se abrió.
En cuanto consiguió entrar dentro y la que parecía la madre le indicó donde estaba su hijo, salió disparado hacia allí. Entró en la habitación que la había señalado, lo vio tumbado en la cama; entonces, cerró la puerta.
- Izhak...-susurró sin quitarle los ojos de encima. Este pegó un brinco que casi se cae de espaldas. Le recordó mucho a lo sucedido en el cuarto de baño.
- ¿¡Qué quieres?!-exclamaba con todas sus fuerzas mientras se mantenía de pie en la cama.-¡Largo, largo, largo!
- Tengo que hablar contigo.
- ¡No quiero!
Roberto tumbó el frágil y escuálido cuerpo de Izhak casi sin esfuerzo en la cama, agarró sus muñecas con fuerza y las situó por encima de su cabeza. El chaval no paraba de forcejear y exclamar que lo soltase.
- Quiero que me escuches.-insistía Roberto con un tono de voz demasiado tranquilo para esa situación.
- ¡No, no!-intentaba no establecer contacto visual con él. Poco a poco se ponía más rojo y Robert lo notaba. Este acercó más su cara a la de Izhak, lo que provocó que se ruborizase y patalease más.
- Sé que el engañarte estuvo mal; el sentir vergüenza fue algo penoso. Pero tienes que saber que lo siento.-musitó. A ambos se le pusieron los pelos de punta.
- Me da igual que no admitas tu condición sexual.-contestó lo más borde que pudo con lágrimas en los ojos.-Pero yo te dije lo que sentía hacia ti y parece ser que la respuesta que me diste no era cierta; tan sólo querías que me ilusionase para nada.-una lágrima se deslizó por su mejilla izquierda.-Tengo sentimientos, ¿sabes?-hizo una breve pausa-Si no quieres nada, tan sólo dímelo, por favor. Y me olvidaré de ti, lo prometo.
Esa última frase provocó que la muralla que había entre ellos dos se disipase como si nunca hubiese existido. Roberto se inclinó más hacia él lentamente, contemplando como los ojos de Izhak se abrían como platos pero no expresaban disgusto a lo que parecía que iba a suceder. Finalmente, sus labios acabaron unidos y, aunque no tenían mucha experiencia en ese ámbito, sintieron que era el mejor que beso que habían recibido nunca.
Cuando se separaron (aunque seguían estando uno encima del otro), contemplaron como sus mejillas ardían y las acompañaba un ligero color rojizo, tenían una cara de felicidad en el rostro que nunca habían visto dibujada en la piel del otro.
- Siento haber sido tan idiota.-musitó Roberto.
- No, soy yo el que te tiene que pedir perdón. Perdón por no haberte querido escuchar. Pero sí, eres idiota.-rió; el chaval que estaba encima suya también lo hizo. Mantuvieron unos segundos de silencio que aprovecharon para mirarse a los ojos.-Pero tengo una pregunta...
- Dime.
- ¿Qué eres entonces?
- ¿A qué te refieres?
- ¿Gay, bisexual...?
- Ah...-hizo una breve pausa.-Supongo que me toca reconocer que soy demisexual.
- Así que te he robado el corazón, eh.
- ¡Cállate!-exclamó Roberto y lo empujó de forma cariñosa. Izhak rió.-¿Y tú que eres?
- Gay, creo; aunque no lo tengo muy claro... Creo que me harán bullying por esto en el instituto.-sonrió.-Por cierto, ¿qué es eso que ibas a decirme en el cuarto de baño?
- ¿El qué?
- Eso de "pues porque yo te..."-respondió entre risas.
- ¿En serio me vas a hacer decírtelo?-se incorporó en la cama.
- Es para compensar todo esto.-también se incorporó; entonces se encogió de hombros. Lo miró con dulzura.
- No quieras ir tan rápido, enano.-respondió con una sonrisa a la vez que le tocaba la punta de la nariz con el dedo índice de forma cariñosa.
- ¡Pero si has sido tú el que se ha plantado en mi casa y me ha robado un beso!
- ¡Pues a ti parecía gustarte!
- Ya, pero...-Izhak se puso colorado.-¡Cállate, idiota!
Las fujoshis ahora estarán medio desangradas por la nariz y creo que os debo una explicación a todo. ¿Por qué Izhak se había enfadado con Roberto? Creo que tenemos que rebobinar a unos cuantos días atrás...
Como bien sabemos, ya podíamos notar algo entre ellos dos desde el primer capítulo, pero no nos centramos tanto en su relación como en el anterior y sobre todo ahora (hoy han chupado cámara como nunca (texto más bien)). Aunque sabiendo que a ambos les gustan los chicos esto no ha quedado muy bien... En fin. Días atrás, Izhak se había declarado a Roberto y este le había respondido con un sí, que él también lo quería, vaya. El problema comenzó cuando la gente empezó a sospechar... Y claro. Este último quería mantener una coraza de «macho pecho ibérico de los montes», así que intentó pasar de Izhak todo lo que pudo incluso dando el rumor de que le gustaban sólo las mujeres cuando días antes le había confesado a Izhak que el sentimiento era mutuo... Con lo cual, era perfectamente normal que pillase el rebote que pilló y no quisiera hablarle más. Pero claro, todos al fin y al cabo entramos en razón y nos damos cuenta qué es y qué no mejor para nosotros. Así que, ya podemos ver que estos dos acabaron juntos; era el destino, vaya. Esperemos que duren mucho; tanto o incluso más que Sete y Pepe *guiño* *guiño*
ESTÁS LEYENDO
50 Sombras Gays y la clase del salseo
RandomPrimer volumen de la trilogía "50 Sombras Gays", donde nos cuentan relatos serios y no-tan serios de unos adolescentes y su día a día. Os prometemos mucho salseo y risas aseguradas.