"Es curiosa la opinión que puedo tener acerca de mí algunas veces: sintiéndome mi única y verdadera musa, o despreciarme por completo. Es curioso cuando sólo quiero pasar tiempo conmigo y otros tan sólo quiero deshacerme de mi persona. Es tan curioso que no encuentro una respuesta a ello." Y entonces, cerró el diario con fuerza y lo guardó en su armario.
- Lucía,-la llamó su madre-me voy, que he quedado con unas amigas. ¿Te quedas aquí, no?
- Sí.-respondió esta.
- Vendré sobre las diez y media más o menos. Si necesitas cualquier cosa, llámame.
- Vale.
- Deuu.-se despidió de forma cariñosa.
- Deuu.-respondió Lucía.
En cuanto su madre salió de casa, la chica cogió el móvil y vio como sus amigos hablaban por el grupo de "Family ❤". Los días después al haber jugado a la ouija transcurrieron lo más normales que pudieron; es cierto que dormía con miedo por si volvía a ver a la chica, pero curiosamente, no volvió a aparecer. No dejaba de pensar en aquello que le había dicho: "¿Conoces el significado del 28?" Pregunta a la cual ella no tendría respuesta; no por ahora, claro. Pensaba que la única forma de tener una respuesta -valga la redundancia- era el jugar a la ouija de nuevo; aunque la idea no la convenciese del todo.
Al día siguiente en el instituto, se iban a llevar algunos una grata sorpresa por el alumno nuevo que iba a venir. El director interrumpió la clase de lengua casi sonriendo. Tenía a alguien agarrado de la muñeca y cuando el alumno en cuestión pasó a la clase, se hizo el silencio. Rufaida estaba con el corazón en un puño y casi se le saltaban las lágrimas de la emoción, Lucía estaba detrás de ella y también tenía los ojos como platos. El alumno nuevo era Harry Styles.
Rufa se percató de que a su lado había un hueco libre, se echó la mano a la frente, el santo al cielo, todo lo que pudiera echarse y empezó a temblar cuando supo que cabía la posibilidad de que lo sentasen al lado suya.
- Harry se ha mudado a España; supongo que no tengo que explicar mucho quién es.-rió-.Quería terminar sus estudios aquí para así aprender el idioma.-¿No los había terminado? Hizo una breve pausa.-Habladle siempre en Español para que no le cueste tanto tiempo el aprender.-entonces lo miró.-Creo que aquí la gente cuidará de ti.-sonrió.
- Harry, puedes sentarte al lado de Rufa.-dijo la maestra, que al decir eso la señaló.
"Mierda mierda mierda".-pensaba.-"Pero... ¿No tendría que estar contenta por esto? Pero mierda, joder."
Se encontraba demasiado nerviosa frente a esa situación. No quería decir nada que hiciese que pensase algo malo de ella. Aunque el pensar qué iba a decir era algo inútil, puesto que después las cosas salen como tienen que salir.
Entonces, se sentó a su lado. Toda la clase los miraba; pero en cuanto la maestra empezó a explicar, muchos dejaron de prestar atención a Rufa, que estaba más roja que un tomate.
- Me... Me gusta mucho tu música.-consiguió decir (susurrando) al fin la chica. Fue casi tartamudeando, pero se alegró de haber sacado las fuerzas suficientes para hablarle.
- Ah,-la miró-gracias.-entonces sonrió.
Rufa sintió como si se derritiese por dentro. "¿No hace demasiado calor?"-se preguntó para ella misma. Pensó eso hasta que se percató de que todos llevaban sudaderas y en el resto del país nevaba. Lo miraba de vez en cuando de reojo, y en cuanto él se daba cuenta y le respondía con la mirada, la chica ponía toda su atención al libro de texto; y así durante toda la hora.
Cuando salieron al recreo, sus amigas se abalanzaron hacia ella; la noticia del alumno nuevo ya se había difundido por todo el instituto. Cuando Lucía McTits se enteró de esta, no podía creérselo.
- Pues ya podría venir Michael Clifford a nuestra clase.-dijo antes de pegarle un bocado a su bocadillo de bacon.
- O Takahiro Morita.-comentaba Anabel.
- Ha sido demasiada suerte.-Lucía aún estaba que no se lo creía.-Sobre todo que esté justo en nuestra clase.
- El destino.-respondió Rufa entre risas.
- Aquí sólo falta el salseo.-Mada se insinuó.
Rufa se puso colorada.
- Pues no estaría mal.
- ¡Mirad!-exclamó Ampi.-Por ahí viene.
Harry estaba cerca de ellas y había muchas fans a su alrededor. Algunos profesores intentaban separarlas. Se percataron de que caminaba hacia donde ellas estaban. A Ru le iba a dar un ataque al corazón en menos que tarda este hombre en cantar.
- Eh...-dijo nada más llegar a ellas. Sí, iba a hablar con Rufaida.-hola.
- Hola Harry.-intentó pronunciar la chica.
- What's your name? I thought I was a little rude before.-se tocó la nuca.
- ¿Qué ha dicho?-susurró Ampi, que el inglés no era su fuerte.
- Que cómo te llamas.-respondió Mada.-Dice que antes no fue demasiado educado.
- Ah, so... soy Rufa.-respondió.
- Encantado.-intentó pronunciar con su acento inglés. Entonces, sonrió.-Well, adiós.-y se fue.
Nada más irse, Anabel tocó las mejillas de su amiga y pudo percatarse de que estaba ardiendo; temblaba más que ella cuando se ponía nerviosa. Mada se rió y Lucía no podía quitarse esa sonrisa de la boca, aunque le seguía pareciendo demasiada coincidencia todo eso.
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50 Sombras Gays y la clase del salseo
DiversosPrimer volumen de la trilogía "50 Sombras Gays", donde nos cuentan relatos serios y no-tan serios de unos adolescentes y su día a día. Os prometemos mucho salseo y risas aseguradas.