Capítulo 5

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- ¡Beso, beso, beso, beso!-vieron Lucía, Rufa y Mada que exclamaban Anabel y Alba al unísono delante de Pepe y Sete.

- Holaaa.-saludó Lucía.-¿Qué hacéis?

- Intentar que Pepe y Sete se besen delante nuestra.-contestó Alba.

- ¿Por qué?-preguntó Rufa entre risas.

- No sé.-respondió Alba.-Es yaoi.

- Venga va.-dijo Sete con una sonrisa (como siempre); a continuación miró a su pareja a los ojos, el cual, asintió instintivamente. Realmente le molestaba que le insistieran tanto. Los besos eran entre él y Pepe; era al fin y al cabo algo íntimo. Tan sólo lo hizo para que se callaran.-Nos damos un pico.-cedió.

A su novio se le pusieron los ojos como platos; no obstante, no dudó ni un segundo en plantarle un beso a Sete (no fue un pico ni de coña) que lo dejó sorprendido aunque sabía que lo iba a besar. Pepe se tuvo que poner un poco de puntillas porque de lo contrario, no llegaba a sus labios; Sete, en cambio, se agachó para que no le costase tanto. Eso los hacía la pareja más adorable del mundo.

A Mada se le pusieron los ojos de fujoshi pervertida automáticamente; poco más y llega a aplaudir. Ese día se había levantado de buen humor, sorprendentemente; eso viendo lo que sucedió el día anterior. No obstante, intentó mantener una sonrisa y la guardia preparada por si Amparo pasaba por la puerta. Pero esta no apareció. «A lo mejor viene a segunda hora.»-pensó.

- Oye,-intentó llamar la atención Rufa-¿Izhak y Roberto tienen algo?

- Nah.-contestó Pepe riéndose.

- Bueno, Izhak se pone colorado cada vez que ve a Roberto, pero este pasa de él.-comentó Sete.

- ¿Entonces Izhak...?-preguntó Rufa insinuando que si era gay.

- Es posible que sea bisexual, pansexual o algo así.-contestó Sete.-Pero no es homosexual, vamos, gay.

- ¿Y Roberto?-preguntó.

- Ese...-contestó Pepe.-Es Roberto.-sonrió; sus amigos y él rieron.


Todos de repente se sentaron en su sitio cuando vieron que pasaban el maestro de sociales junto con un joven de unos veintitantos años por la puerta, parecía ser el alumno de prácticas del que nos había hablado el día anterior. Tenía el pelo castaño oscuro acercándose al negro, sus ojos eran marrones y mantenía una curiosa barba pero sin parecer descuidada; sus orejas estaban adornadas de pendientes y vestía unos tejanos junto con una camiseta de la bandera americana y unas Vans. «Así que ese es el estudiante de prácticas...»-pensó Lucía.-«Pues está bueno.»

- Se llama Ernesto y viene de la Universidad de Almería.-explicó el profesor.-Estará con nosotros durante los dos próximos meses; dad ejemplo.-dijo con una sonrisa.

Pero Lucía no podía dejar de quitarle los ojos al chaval.


Al terminar la clase, se acercó corriendo a sus amigos.

- ¿Lo habéis visto?-preguntó casi emocionada.

- ¡Qué te calles!-oyeron de fondo.

Todos se giraron. Era Izhak. Le estaba gritando a Roberto.

- ¡He dicho que te calles!-casi empieza a llorar. Le pegó patadas a las sillas y a las mesas.

- Izhak, tranquilo...-intentó calmarlo Rufa.

- ¡No te metas! ¡Eres un hijo de puta, Roberto!-exclamaba con todas sus fuerzas. Su cara se tintaba poco a poco de un rojo intenso.

- ¿Pero a ti qué te pasa, subnormal?-le preguntó casi gritando.

- ¡Que vas diciendo cosas que después son una mentira! ¡Muérete!-su tono de voz no bajaba. Al terminar de decir eso, salió de la clase a punto de llorar tras haberle pegado un par de patadas a las sillas. Roberto se quedó perplejo y empezó a hablar con su hermano sobre el tema.

Pepe, Sete y Anabel no podían creerse lo que acababan de ver; pero los que estuvieron en el colegio con él, sí. Cuando se enfadaba hasta tal punto de rabiar, perdía su persona. Más tarde, cuando conseguía relajarse, entraba en razón; pero en ese momento, era cualquier persona menos Izhak.

- ¿Pero qué?-se escuchó de fondo.

Todos se callaron hasta que vino el profesor de la siguiente clase; no obstante, en sus cabezas la pregunta de «¿qué habrá pasado?» no se marchaba.

50 Sombras Gays y la clase del salseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora